Hay que echar la vista muy atrás para ver a Ermua con alguien a frente que no sea socialista. Demasiado. Lo cierto es que desde hace más de 50 años, en el último medio siglo, el PSE-EE es el partido que ha salido vencedor de manera ininterrumpida en la localidad vizcaína, algo inusual en una sociedad que tiende a cambiar de partido de una legislatura a otra. Ermua, en efecto, es una excepción. Lo es por sus más de 13 elecciones consecutivas alzándose con el triunfo y por ser el territorio donde un partido lleva más años lleva gobernando en Euskadi, superando pueblos que claros rasgos obreros y socialistas como Zumárraga, más de 18 años; o Irún, más de 25.
Lo cierto es que se podría denominar a la localidad vasca como la cuna del socialismo, aunque todo este fenómeno no se podría entender en parte sin Carlos Totorika, histórico político que se mantuvo durante 27 años consecutivos como alcalde de la ciudad. En junio de 2018, Totorika decidió hacerse a un lado y dejar paso al que es su sucesor, Juan Carlos Abascal, que continúa siendo la cabeza visible en el Ayuntamiento de Ermua.
Entre lágrimas y visiblemente emocionado, Totorika atesoró siete legislaturas seguidas, dos de ellas siendo con mayoría absoluta. La última, y la que marcó tanto a los ciudadanos vizcaínos y también a los vascos, fue cuando se vivió el asesinato del concejal del Partido Popular, Miguel Ángel Blanco, secuestrado por tres miembros de la banda terrorista ETA. Fue tiroteado dos días después en un descampado, mientras que más de 500.000 personas se reunieron en la mayor manifestación jamás vista contra esta organización terrorista, en Bilbao.
"El Ermua de ahora es muy distinto al de los años 80"
Un momento que Totorika, visiblemente emocionado, no quiso olvidar en su discurso de despedida. Lo resumió en que "el Ermua de ahora es muy distinto al de los años 80", subrayando cambios en la actividad industrial y dejando claro que, siempre que un alcalde es reelegido, es porque el trabajo realizado "ha sido bien valorado". Una vez que dejó su cargo, se marchó tranquilo, consciente de que su legado podría perdurar un poco más. Lo cierto es que a día de hoy, el PSE-EE continúa siendo el partido político idóneo para más de 2.000 votantes, situándose por encima de EH Bildu. Terminó con seis escaños, dos más que su perseguidor, una cifra que permitirá a Abascal continuar al frente del municipio hasta 2027.
La excepción en las urnas autonómicas
Y en lo que se refiere a lo autonómico, Ermua fue el único territorio que dibujó un puntito en rojo en el mapa de Euskadi. Superó por muy poco a EAJ-PNV, pero de esta manera Ermua mantuvo una fidelidad prácticamente irrompible, y es que a excepción del año 2016, de las últimas cinco elecciones, en cuatro ha terminado el PSOE como el partido político con más papeletas en las urnas. Como gran sorpresa, hay que subrayar la que se vivió en las de 2001, año en el que Juan José Ibarretxe se proclamó nuevo lehendakari tras el triunfo del PNV. En Ermua, en cambio, el PNV fue el tercer partido político más votado por detrás del PSE-EE y de un Partido Popular que se llevó más de 4.000 votos, es decir, el 37,2%.
En las elecciones vascas del año 2001, el Partido Popular fue el más votado por los de Ermua de forma sorprendente, con más de 4.000 votos
Unos años más adelante, fue el segundo más votado, a menos de 100 papeletas del socialismo. Fueron las dos elecciones vascas en las que más presencia tuvo el partido en la localidad vizcaína, algo inusual teniendo en cuenta que, desde hace más de medio siglo, Ermua es la baza principal del PSOE.