El pasado domingo, en la noche del 21-A, el PNV logró, por la mínimia, evitar una derrota electoral que ya casi se daba por asumida. Los problemas en Osakidetza, educación y el desencanto general con el Ejecutivo de coalición entre PNV y PSE-EE dejaban más que abierta la posibilidad de un sorpasso de EH Bildu. Sin embargo, los jeltzales lograron salvar los muebles y, aunque empataron a 27 escaños con la formación soberanista -perdiendo 4 respecto a 2020-, lograron casi 30.000 votos más que hace cuatro años y se mantuvieron como la fuerza más votada.

Una victoria agradiculce en la que la participación tuvo mucho que ver. En las anteriores elecciones vascas, celebraras el 12 de julio de 2020, la abstención alcanzó el 49,2%, en pleno escenario postpandemia; y en esta ocasión el porcentaje de quienes han optado por no ir a las urnas se ha reducido a algo menos del 37%, casi 700.000 personas. Un dato que podría haber cambiado por completo los resultados. De hecho, como ya expresó el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, a mayor participación, mejores hubieran sido sus resultados. Aunque esto, según un estudio de Silvan&Miracle, podría no haber sido así ya que Bildu movilizó mucho voto entre quienes antes obtaban por la abstención

Finalmente el resultado de estos comicios, aunque fue especialmente positivo para la izquierda abertzale, dejo un panorma político no tan diferente al de los últimos 8 años. Con PNV y PSE conservando la mayoría absoluta en el Parlamento vasco; y la izquierda abertzale, aunque con mucha más representación que hace cuatro años, todavía como una fuerza de la oposición con la que no es imprescindible pactar. 

Con todo esto, hay una parte de la ciudadanía vasca que no ha quedado conforme con que el escenario de las últimas legislaturas se mantenga. Según los datos publicados en el Sondeo Postelectoral elaborado por el Gobierno vasco, un 70% de los votantes valoraron muy positivamente (13%) o bastante positivamente (53%) los resultados de estas elecciones; mientras que un 13% opinaron lo contrario. Un 10% los considera negativamente y un 3% cree que son muy negativos. 

El candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales (i), y el presidente del PNV Andoni Ortuzar (d) EFE

Además, el estudio compartido este viernes muestra que del 37% de personas que se abstuvieron, un 15% perferiría haber acubido a votar una vez vistos los resultados. Algo habitual en otras comicios donde este porcentaje suele rondar entre el 14 y el 19%. El caso aquí es que, con unas elecciones tan ajustadas como las del pasado domingo, cualquier variación podría haber condicionado la balanza hacia uno u otro lado

Decisiones de última hora

Otro de los datos que saca a relucir este estudio gira en torno a los motivos por los que ese 37% ha optado por no votar. Según muestra el Ejecutivo vasco, un 31% de quienes se abstuvieron, lo hicieron porque se sientene "desengaños" con la clase política. Les siguen un 17% al que "no le convencia" ningún partido ni ningún candidato; un 10% que considera que estas eleccones "no sirven de nada"; y un 7% al que estas elecciones en concreto "no le interesaban"

Por otra parte, un porcentaje muy alto, el 80% tenían ya decidido su voto incluso antes de que comenzara la camapaña electoral. Pero el otro 20%, el que pudo decidir el resultado final, lo decidió en los 15 días previos a las autonómicas. De estos, como muestra el Sociómetro, un 11% lo decidió durante la campaña, un 2% en la jornada de reflexión y un 7% el mismo día de las elecciones.

Además, entre quienes se abstuvieron, un 53% ya había tomado esta decisión antes de la campaña; un 17% durante la campaña; un 3% en la jornada de reflesión; y un 22% el propio 21-A. Esto muestra que los partidos fallaron a la hora de atraer a buena parte de los votantes y un 42% optó por quedar en casa durante la campaña