Esta misma semana, la Fundación Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo ha recibido la Medalla de Oro de Vitoria-Gasteiz por "su defensa de la libertad, los Derechos Humanos y los valores democráticos y éticos". Un espacio museístico que abrió sus puertas hace ya tres años con el objetivo de "preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo, construir la memoria colectiva de las víctimas y concienciar al conjunto de la población para la defensa de la libertad y de los derechos humanos y contra el terrorismo".
Días previos a la entrega de este distintivo, la plataforma 'Memoria Osoa, Bizikidetzaren alde', que integra a víctimas de la violencia policial, convocó una concentración en la capital vasca para mostrar su rechazo a la decisión del Ayuntamiento de Vitoria. Desde la plataforma sostienen que esta concesión supone una "discriminación y exclusión de los damnificados por la violencia y el terrorismo de Estado". "Es absolutamente humillante e indecoroso que una institución pública premie a una entidad que perpetua la discriminación entre víctimas e impulsa la exclusión de miles provocadas por la violencia de Estado", aseguraban desde esta plataforma en la que está integrada, entre otras, la Asociación 3 de marzo.
Asimismo, en la concentración, manifestaron que "la convivencia ha de pivotar sobre el respeto al sufrimiento padecido por todos, al compromiso con los derechos humanos de todas las personas sin exclusiones y a la memoria de todo lo ocurrido como garante de la no repetición". En este sentido, se referían a las víctimas del franquismo y a las que padecieron violencia por parte de los aparatos del Estado durante la transición y la democracia, de las que —dicen— "carecen un reconocimiento público y oficial".
Homenajes a presos en las fiestas
Todo ello ocurre durante un mes, el de agosto, en el que se celebran la mayoría de las fiestas patronales de las ciudades y los pueblos. Fiestas en las que, una vez más, aparecen en los espacios públicos fotografías, pancartas o pintadas que recuerdan a miembros de ETA, algo que vienen denunciando colectivos de víctimas como Covite o la Fundación Fernando Buesa.
Algunos municipios donde se han podido ver esta clase de escenas en las últimas semanas son, entre otros, Rentería, Orio o Lekeitio. Y uno de los más recientes, el de Vitoria, que celebra sus fiestas del 4 al 9 de agosto. Durante el tradicional txupinazo para dar la bienvenida a las fiestas, se volvieron a ver, como en años anteriores, pancartas por los presos de ETA.
Asimismo, también en la capital vasca, la Fundación Fernando Buesa denuncia la misma situación en las txoznas, donde este tipo de pancartas son habituales. "En una sociedad sana no se permitiría que el espacio público y festivo estuviera plagado de pancartas de apoyo a quienes durante décadas mataron, secuestraron, hirieron, extorsionaron y persiguieron en nombre de ETA", señalan desde la fundación.
En este sentido, subrayan como "imprescindicle" la necesidad de deslegitimar el terrorismo de ETA "si queremos construir una convivencia basada en valores democráticos". "La reflexión ética y la autocrítica sincera de quienes ejercieron la violencia terrorista y de quienes la apoyaron es lo que permitirá avanzar hacia una verdadera convivencia en paz y libertad".
Y también, el mismo 4 de agosto, las plataformas de apoyo a los presos de ETA, Etxerat y Sare, reclamaban en la playa de Ondarreta de San Sebastián "la derogación de la legislación penitenciaria de excepción ", dentro del marco de la campaña 'Kosta ala kosta ertxera' (a casa cueste lo que cueste).