Las elecciones de Estados Unidos están a la vuelta de la esquina. Tras una campaña electoral muy intensa, el próximo 5 de noviembre se conocerá al presidente número 47 del gigante americano: Donald Trump por el Partido Republicano o Kamala Harris por el Demócrata.
Una cita electoral que afecta a todo el panorama mundial y, por supuesto, se presentan diferentes escenarios en función de quién salga elegido. ¿Cómo afectará la elección, ya sea de Trump o Harris, a Europa e, inevitablemente también a Euskadi, en lo que a geopolítica se refiere?
Aunque en un principio se creía que el panorama internacional no iba a afectar demasiado en la campaña electoral estadounidense, lo cierto es que las distintas guerras que están teniendo lugar actualmente han tenido mucha presencia en ella.
"Se pensaba que no iba a influir mucho porque el votante estadounidense estaba más pendiente de cuestiones internas como la inflación o la inmigración, pero las encuestas se voltearon en el momento en el que Israel invadió Líbano y parece que eso generó una especie de atención", explica el politólogo, Mikel Gómez.
Y, aunque la geopolítica quizás no cambie, sí puede hacerlo la forma en que Estados Unidos "juegue su papel e influencia global". "Euskadi es un territorio muy conectado al mundo y, por tanto, interdependiente también de lo que suceda en otras partes", indica Iñigo Arbiol, licenciado en Historia Moderna y Contemporánea y doctor por la Universidad de Deusto.
La guerra de Ucrania, clave
Una de las guerras a la que hay que prestar especial atención para entender qué podría pasar es a la de Ucrania. Si Trump gana las elecciones y, como parece, retira el apoyo a Ucrania, "dejaría prácticamente sola a Europa" en su apoyo al país, lo que obligaría a la Unión Europea "a hacer unos esfuerzos económicos mucho mayores".
Según detalla Gómez, las consecuencias directas en lo que a geopolítica estratégica se refiere, es que sería mucho más difícil que Ucrania logre una victoria o, al menos, conseguir la expulsión de Rusia de territorio ucraniano.
"No sabemos hasta qué punto Putin desea simplemente anexionarse las partes prorrusas que hay en Ucrania o pretende invadir el país por completo. En principio, ese equilibrio que ahora mismo hay podría romperse. Esa ruptura del equilibrio podría favorecer que la guerra termine antes, pero la consecuencia es que Rusia aumentaría su poder de influencia en la zona este de Europa y un debilitamiento de la posición geoestratégica de Europa", señala.
Sobre este mismo asunto hace hincapié Arbiol. Si, como ha hecho hasta ahora, EE.UU. dejara de apoyar militarmente a Ucrania, la UE "no tendría la capacidad militar para poder sustituirle y tendría serias implicaciones en la capacidad de Ucrania para defenderse de Rusia". "Euskadi es un territorio que forma parte de la UE y como tal los esfuerzos políticos, económicos o de cualquier tipo que tuviera que hacer repercutirían indirectamente en Euskadi".
Otro de los escenarios que podrían darse es que Trump no retire el apoyo a Ucrania o no de una manera directa, pero que si reduce el gasto militar, "exigiría a los países europeos aumentar el porcentaje de gasto en defensa". "Esto genera lógicamente problemas en cuanto a reparto presupuestario en partidas económicas de gastos sociales, etc.".
Debilitamiento de la OTAN
Además, si Trump gana las elecciones, también se produciría —explica— un debilitamiento de la OTAN. "La Unión Europea depende mucho de la estrategia de defensa de la OTAN. Por ejemplo, Francia ya está diciendo que habría que empezar a plantearse una estrategia de defensa independiente de Estados Unidos y con intereses geoestratégicos muy diferentes".
Pero este, insiste, sería un escenario a largo plazo porque elaborar una estrategia de defensa común europea "no va a ser ni barato, ni fácil" por las propias dinámicas de los estados. "El ejemplo más claro es el de Hungría porque digamos que casi boicotearía cualquier estrategia común en materia de defensa porque Orban es un aliado potencial de Putin".