Aranzadi busca una treintena de víctimas del franquismo en la fosa común de Orduña
- La Sociedad de Ciencias Aranzadi trabaja para devolver a las familias los restos de treinta represaliados de la Guerra Civil que descansan en el Cementerio de Orduña
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Con la excavadora en marcha, los guantes puestos y la pala en mano, el Cementerio de Orduña, en Bizkaia, vuelve a ser escenario de una misión histórica: recuperar los últimos restos de víctimas de la Guerra Civil. Voluntarios con estudios antropológicos, históricos y turísticos juntan sus fuerzas y se calzan unas katiuskas para excavar el terreno y exhumar la treintena de cuerpos de represaliados de la Guerra Civil que aquí descansan.
Esta semana, la Sociedad de Ciencias Aranzadi ―gracias al impulso de Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, y la UPV/EHU―, ha iniciado la tercera y última fase de la intervención en el Cementerio de Orduña para tratar de devolver a sus familias los treinta cuerpos previstos en esta última fase de la operación.
"Eran personas con identidad y nombre, y ahora trabajamos para devolverlos", explica a este diario en la propia excavación Lourdes Herrasti, antropóloga y voluntaria de la Sociedad Aranzadi, también implicada en el proyecto.
El Cementerio de Orduña en cifras
En las dos excavaciones anteriores, realizadas en 2014 y 2022, se logró recuperar los restos de 71 individuos que fueron enterrados en las fosas de este camposanto.
Por su parte, esta tercera y última intervención en el Cementerio de Orduña quedó bloqueada porque requería el derribo de 96 nichos levantados sobre los restos de los represaliados. Finalmente, el Gobierno vasco, a través de Gogora, subvenciona el proyecto con 48.150 euros y las familias afectadas por el derribo entregaron su permiso para que se pudiesen realizar los trabajos.
En esta nueva fase Aranzadi estima encontrar treinta cuerpos enterrados de forma forzosa durante el franquismo. Se trata de la recuperación de cuerpos de la Guerra Civil más numerosa realizada hasta la fecha en Euskadi.
La clave: el ADN de los familiares
“Once cuerpos han sido identificados y entregados, pero aún hay muchos familiares con los que no se ha conseguido contactar”, asegura Herrasti a Crónica Vasca junto a los voluntarios que trabajan en la fosa.
Por ello, los implicados en la excavación hacen un llamamiento a los familiares de los represaliados que figuran en el registro a que acudan a este centro para que presten sus muestras de ADN.
"Este es el eslabón que nos falta para identificar a todos", concluye Herrasti. El resto de sus palabras y otros detalles sobre la excavación se publicarán en este diario en los próximos días.