Es la noticia de lo que va de año en Euskadi. Aitor Esteban será, salvo sorpresa, presidente del PNV después de las renuncias de Andoni Ortuzar y Markel Olano. Ambos jeltzales, durante la jornada del jueves, hicieron público en un comunicado su adiós a la reelección en la segunda vuelta del proceso electoral interno.
El vizcaíno, formado en la Universidad de Deusto y profesor universitario, será la nueva cara visible del PNV como culminación de los cambios, algunos más esperados que otros, que comenzaron con la elección de Imanol Pradales como sucesor de Iñigo Urkullu.
Esteban tiene en su haber una larga trayectoria política forjada primero en Euskadi y completada después como portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados. Allí, en Madrid, alcanzó el estrellato y la buena prensa que ahora le han servido para descabalgar por sorpresa a Andoni Ortuzar.
Para esta suerte de 'jaque pastor' propio de un ajedrecista ha contado con la colaboración de su esposa, Itxaso Atutxa, que recientemente abandonó la dirección del PNV de Bizkaia. Ella es la mujer que más poder ha alcanzado en el partido. Y forma parte del clan de los Atutxa, con mucha solera en el partido. Ambos son padres de dos hijos treinteañeros.
Afiliado al PNV desde 1978, Esteban se integró en Euzko Gaztedi (las juventudes jeltzales) con tan solo 16 años. Su padre, nacionalista vasco, fue el que le enseñó las primeras nociones del euskera, además del sentimiento hacia el rugby y el Athletic Club, dos de sus pasiones en el ámbito deportivo.
En los Scouts
Justo en ese año clave de la Transición Esteban compaginaba su quehacer político con una de sus pasiones juveniles: ser boy scout del Colegio Corazón de María, ubicado en el barrio de San Francisco y germen de lo que hoy es Askartza, de la orden de los claretianos.
Los scouts viajaban en verano a un pueblo ubicado al norte de Burgos. Tierra que no le era ajena a Esteban, ya que, como muestran sus apellidos, nada vascos, tiene raíces castellanas. Su madre es de Soria y Esteban tiene una vivienda en dicha provincia.
Un monitor de aquellos campamentos juveniles define a aquel joven como "afable y simpático, interesado por la historia y en especial por la de de América y del oeste".
Una vez que se licenció en Derecho por la Universidad de Deusto, Esteban fue profesor en dicho centro impartiendo clases de Derecho Constitucional y Administrativo, además de una asignatura que conecta con lo ya dicho: 'Historia y Cultura indígena de Norte y Mesoamérica' en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación.
Películas del oeste
De hecho, fascinado desde pequeño por las películas de indios y vaqueros, los western, contó en una entrevista que aprendió inglés para leer todo lo que se publicaba sobre las tribus. Es un visitante frecuente de las reservas de Estados Unidos e incluso impulsó que España firmara el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales.
Según dice, habla sioux, tercer idioma indígena más hablado de Estados Unidos, además del euskera, francés, inglés, alemán y algo de árabe. Su pasión por dicha cultura es tan notable que incluso bautizó a uno de sus hijos con agua de una reserva indígena.
Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados.
Sus buenas dotes de comunicación y su capacidad de diálogo le han llevado a que, durante su andadura parlamentaria se le haya considerado uno de los mejores diputados del Congreso.
Prueba de ello es que desde 2017 ha obtenido en varias ocaciones el premio 'Emilia Castelar' al mejor orador del Parlamento. Un galardón nada sencillo de lograr porque lo entrega la Asociación de Periodistas Parlamentarios.
Su relación con la prensa es buena. Es un hombre accesible para los periodistas que siempre habla con seriedad, con conocimiento de causa y con la manía de recordar que lo firmado es sagrado y tiene que cumplirse. Conoce al dedillo los vericuetos del cupo vasco y el concierto económico. Y se ha ganado la fama de hábil negociador por la vía de los hechos.
Este jeltzale de Bilbao siempre ha sido considerado una persona "cercana" por quienes lo conocen. Y participativo en diversos eventos de lo más variopinto.
De hecho, no dudó en presentarse en un campo de Candamo (Asturias) en 2013 para recrear la histórica batalla de Areces de febrero del año 1937.
Aitor Esteban, durante la recreación de la batalla de Areces de febrero de 1937.
Lo hizo, como puede verse en la imagen adjunta, vestido con el uniforme verde de gudari, número de identificación en la muñeca, botas, una boina en la cabeza, una pistola y una gran ikurriña en su mano izquierda.
"Cuando me sacaron la foto estaba ya sin resuello, debía ser la última trinchera y de tanto saltar y arrastrarme, ya no podía más...", recordó entre risas este amante de la historia que ahora pilotará la formación hegemónica en Euskadi.