
Luis Ramón Arrieta, Secretario de la Comisión Económica del Consejo de Gobierno de la Universidad de Deusto Vitoria
Luis Ramón Arrieta: "Euskadi necesita un plan de recuperación tras el descomunal impacto del terrorismo de ETA"
Luis Ramón Arrieta analiza cómo el daño estructural del terrorismo de ETA sigue afectando la economía vasca hoy en día
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El estudio El impacto económico del terrorismo: un análisis del caso vasco por el exdirectivo de BBVA, investigador y secretario de la Comisión Económica de la Universidad de Deusto, Luis Ramón Arrieta, analiza las consecuencias económicas del terrorismo de ETA en Euskadi.
Además del enorme coste humano, se identifican dos tipos de daños en el ámbito económico: los directos, que se cifran en 25.000 millones de euros, y los indirectos, cuyo impacto en la economía vasca sigue vigente. Estos incluyen la pérdida de inversión y PIB, afectando a día de hoy tanto al tejido empresarial como a la capacidad de emprendimiento de los vascos y vascas.
— En el estudio afirma que hay dos tipos de costes, los directos y los indirectos.
— Sí. El terrorismo, además del terrible daño humano que provocó, también genera un gran impacto en la economía. El coste directo es el valor económico de los daños causados, los activos destruidos, las indemnizaciones de víctimas, el coste de la seguridad, etc. El coste indirecto, es el daño estructural que sufrimos a día de hoy desde el punto de vista económico. Este daño se puede resumir en varios puntos.
— ¿Cuál sería el primer punto?
— La deslocalización de las empresas. ETA expulsó del País Vasco entre 150.000 y 200.000 personas en los años 80, 90 y 2000, los años más duros del terrorismo de ETA que se conocen como Los Años de plomo. Al expulsar a tantísima gente, expulsó también a muchas empresas, y con ellas, empresarios, directivos y empleados, entre otros. En este sentido, se perdieron muchísimos puestos de trabajo de alto valor. En nuestro estudio hemos calculado que se pudieron perder alrededor de 30.000 puestos de trabajo de alto valor añadido.
Al agredir con tanta intensidad a empresarios y directivos, el valor de la economía vasca, la capacidad de emprendimiento, la capacidad de poner en marcha empresas, se debilita. A día de hoy el País Vasco la penúltima comunidad autónoma de España en emprendimiento. Esto es una consecuencia directa de estos años. Es uno de los daños indirectos derivados del terrorismo.
— ¿Cuál sería el segundo punto?
— En segundo lugar, los conflictos laborales. El terrorismo radicalizó a algunos sindicatos, lo que convirtió al País Vasco en una de las regiones con mayor conflictividad laboral. Actualmente, aquí se concentran casi el 50% de las huelgas de toda España, a pesar de representar solo poco más del 5% de la economía nacional.
— Y, ¿el tercero?
— El valor del empresario. La figura del empresario se ha devaluado en la sociedad vasca. La sociedad no valora suficientemente lo que aportan los empresarios en la creación de riqueza y en la creación de empleo.

Luis Ramón Arrieta, exdirectivo de BBVA, investigador y secretario de la Comisión Económica de la Universidad de Deusto
— El informe analiza cómo con la llegada del terrorismo de ETA la inversión se desplomó…
— Sí. hasta 1970 la participación del País Vasco en la economía española estaba en consonancia con su peso económico, sin embargo, con la llegada del terrorismo la inversión se desplomó. Algunos inversores internacionales se sentían atraídos por la normativa fiscal del País Vasco, pero también lo percibían como una zona de alta actividad terrorista. El terrorismo genera miedo, lo contrario a lo que requiere una inversión. Los informes de agencias internacionales les desaconsejaban invertir aquí, lo que llevó a muchos a trasladar sus inversiones a Cataluña, Madrid y otras partes de España. El País Vasco estaba clasificado como “zona de acción terrorista”.
— ¿Cómo afectó esta pérdida de inversión al stock de capital?
— Al frenar la inversión durante tantísimo tiempo el stock de capital se desplomó. Somos la comunidad autónoma con mayor pérdida de stock de capital relativo en las últimas seis décadas. Durante el periodo de actividad terrorista, el País Vasco perdió un 43% de su stock de capital relativo. Al no haberse abordado estos costes estructurales, seguimos perdiendo inversión y stock de capital relativo. A día de hoy, en comparación con 1960, la reducción supera ya el 50%, lo que representa la mayor caída de stock y de inversión de toda España.
— ¿Por qué es tan importante el stock de capital?
— El stock de capital es la suma de las inversiones públicas y privadas de un territorio. Si no hay inversión, no se crean empresas ni empleos. El stock de capital es la base de cualquier economía. Y su caída ha afectado directamente al PIB del País Vasco, que ha perdido más peso relativo que cualquier otra comunidad autónoma en España.
— Dice que el crecimiento del PIB de Euskadi es inferior a la media nacional…
— Es la consecuencia directa de la pérdida de inversión. Desde hace años la economía vasca crece por debajo de la media española. Entre 1975 y 2019 el País Vasco presenta una pérdida relativa del PIB del 24% respecto a la media nacional, el peor dato del Estado. Esto sigue afectando nuestra capacidad de generar empleo y riqueza. Es una de las grandes consecuencias que acarreamos a día de hoy como consecuencia del terrorismo de ETA. Podríamos decir que ETA quebró el modelo económico vasco porque ETA causó un gran daño estructural.

Luis Ramón Arrieta, exdirectivo de BBVA, investigador y secretario de la Comisión Económica de la Universidad de Deusto
— ¿Y qué pasó con los depósitos bancarios?
— En los conocidos como Años de plomo no existían leyes de protección de datos, y algunos empleados de oficinas bancarias, vinculados a ETA facilitaban datos de ahorradores a la banda, y ésta amenazaba a los titulares, exigiendo el “impuesto revolucionario”. Esto provocó importantes salidas de depósitos hacia otras zonas de España, depósitos que nunca volvieron.
— ¿Cómo ha ayudado el concierto económico a paliar los efectos económicos del terrorismo?
— Estas consecuencias podrían haber sido aún más graves sin el Concierto Económico. Este acuerdo con el Estado nos permite recaudar nuestros propios impuestos y financiar nuestros gastos públicos. Dado que nuestro volumen de “economía sumergida” es casi la mitad que la media del Estado, eso permitió que nuestra capacidad de inversión pública fuera mayor, y la adecuada gestión de los responsables institucionales permitió minimizar los daños económicos que estaba causando ETA. Sin el Concierto hoy tendríamos una situación económica mucho más difícil.
— En Irlanda del Norte, tras el fin del terrorismo, se implementó un plan de recuperación. ¿Se ha hecho algo similar en Euskadi?
— No. En Irlanda del Norte se llevó a cabo un diagnóstico económico y se pusieron en marcha medidas para atraer inversión y reconstruir su economía. Como resultado, hoy es una de las regiones europeas de tamaño medio más atractivas para la inversión.
En Euskadi, en cambio, no se ha realizado un diagnóstico ni se ha diseñado un plan de recuperación económica. Como resultado, seguimos padeciendo las consecuencias del terrorismo sin haber implementado estrategias para corregir los daños estructurales.
Es importante recordar que el País Vasco sufrió el fenómeno terrorista más prolongado del mundo occidental: 52 años, más del doble que los 28 años de Irlanda del Norte.
— Además, ellos no disponían de concierto económico…
— No. Sin embargo, durante los 28 años de terrorismo en Irlanda del Norte, el gobierno británico se vio obligado a mandarles dinero adicional para sufragar los daños económicos causados por el terrorismo.
En nuestro caso, no fue necesario ese dinero especial por parte del gobierno de Madrid, aunque sí hubo ayudas por otras cuestiones. Como mencionamos, gran parte del daño directo —25.000 millones de euros—, se pagó con recursos del conjunto de los españoles.
— Entonces, ¿en el caso de Euskadi no se ha hecho un diagnóstico económico?
— No. Creo que se está avanzando en la reconciliación y que ese proceso se está gestionando bien. Sin embargo, no hemos llevado a cabo un diagnóstico económico. Y sin ese diagnóstico, tampoco hemos puesto en marcha medidas para la recuperación económica del País Vasco ni para corregir el daño estructural que dejó el terrorismo.
Esa es la asignatura pendiente. Es fundamental hacer esta reflexión y tomar conciencia de la situación, porque aún hoy la opinión pública, tanto en el País Vasco como en el resto de España, , no sabe realmente que tenemos una situación económica que es muy complicada. Nuestra economía crece a un ritmo inferior al del resto del país.

Luis Ramón Arrieta, exdirectivo de BBVA, investigador y secretario de la Comisión Económica de la Universidad de Deusto
— ¿Qué debemos hacer en Euskadi?
— En Irlanda del Norte, el coste humano del terrorismo fue muy duro. Aunque su conflicto duró menos tiempo —28 años—, tuvieron 2.800 asesinatos hasta la firma de los Acuerdos de Paz del Viernes Santo en 1998. A partir de ese momento hicieron dos cosas.
Por un lado, implementaron programas específicos de apoyo a las víctimas y de reinserción. Por otro lado, realizaron un diagnóstico económico que evidenció la necesidad de un plan de recuperación. A partir de ahí, el nuevo Gobierno regional, junto con el Reino Unido, se puso a trabajar en esta dirección. También colaboraron con la UE, explicando su situación y logrando financiación para programas de ayuda económica. Durante más de dos décadas, estos fondos han sido esenciales para reconstruir la maltrecha economía que el terrorismo dejó
Un dato poco conocido es que, incluso tras el Brexit, la UE sigue comprometida con la recuperación de Irlanda del Norte. Todos los europeos estamos ayudando a la recuperación de Irlanda del Norte. Además, diseñaron un plan fiscal especial para atraer inversión y revertir la tendencia económica. De hecho, en 2023, Irlanda del Norte fue reconocida como la mejor región europea de tamaño medio para la inversión.
— ¿A quién le corresponde hacer este diagnóstico y un Plan?
— Entiendo que a nuestros responsables institucionales, y también a la sociedad civil, pero con el liderazgo de los primeros.
Los datos ya están disponibles. Nuestro trabajo de investigación es, en parte, un diagnóstico. Lo que pasa es que quizás nos da un poco de miedo el contarlo. No queremos verlo. Es como El rey desnudo. Este es el concepto. El rey deambula por su palacio desnudo pero como todo el mundo le tiene miedo nadie le dice que está desnudo. Esta es la realidad de la economía vasca. Nos encontramos ante una situación económica muy deteriorada. La realidad económica es que nos estamos empequeñeciendo muchísimo. Si no se aborda a medio plazo nuestro modelo de concierto económico podría colapsar. No sería sostenible.
En todo caso, hoy tenemos una gran oportunidad, vivimos, después de muchas décadas, en un escenario de paz y con todos trabajando en un marco de convivencia; debemos esforzarnos en conseguir un futuro mejor para nuestro País.