El expresidente del Gobierno y presidente de FAES, José María Aznar
La Fundación FAES de Aznar agita el discurso cada vez más bronco del PP contra el PNV
FAES aviva la tensión y descarta acuerdos con el Partido Nacionalista Vasco
Más información: El PP vuela todos los puentes con el PNV y elige al mayor azote de Aitor Esteban como número dos
Las relaciones políticas pueden ser como un matrimonio. Malavenido, algunas veces. Al borde del divorcio o la separación, en otras. Extraños compañeros de cama, en tantos otros casos. La relación del Partido Popular con el Partido Nacionalista Vasco ha transitado y se mueve por todos estos escenarios, el amor al recelo, hasta llegar a una voladura de puentes y de puntos de entendimiento que arrastran muchas infidelidades pasadas.
El PP no perdona que el PNV fuera quien diera la puntilla al Gobierno de Mariano Rajoy y alumbrase lo que, a sus ojos, es un Gobierno Frankenstein. Él no de los vascos a la investidura de Feijóo en 2023, reafirmó a los populares en que no hay camino posible con el tractor de Aitor Esteban. Y en este divorcio, la fundación FAES de Aznar es quien más alto y claro habla para no olvidar el largo historial de desencuentros entre ambos partidos.
De todos esos polvos, los lodos que hoy remueve el PP para boicotear la cesión del palacete de París al Partido Nacionalista Vasco, para frenar la cooficialidad del euskera en las instituciones europeas, la última afrenta de la madrileña Isabel Díaz Ayuso al lehendakari Pradales en la Conferencia de Presidentes o el intento del PP de vincular a los jeltzales con el Caso Koldo. Las espadas están en alto y FAES agita el fuego de la controversia.
En 2024, FAES ya advertía que el centroderecha español no podrá entenderse mucho más con el PNV. En un informe titulado “El estado de la cuestión vasca: ¿Estatuto o estatus?”, la fundación de Aznar concluía que “el PNV solo respeta aquello que es capaz de generar una alternativa y amenazar su posición política; todo lo demás lo interioriza como una debilidad del adversario y una nueva oportunidad para él”. Y por eso –añadía- “no se deben adoptar posturas complementarias o subordinadas al nacionalismo vasco. Conviene no engañarse a la hora de interpretar la identidad auténtica de determinados interlocutores”.
“Aprovechategui” y “pagafantas”
Con esos interlocutores, el popular Miguel Tellado no tiene intención de negociar una nueva investidura. Ha llamado “aprovechategui” a Aitor Esteban en uno de esos epítetos que en el PNV van a tardar en olvidar mucho tiempo. Para FAES, además de “aprovechategui”, el PNV es un “pagagantas” del matrimonio político de Sánchez con Bildu. Alegan que lo que un día sirvió para tumbar a Rajoy (la corrupción del PP), ahora no se esgrime para finiquitar a Sánchez. “Si “pagafantas” estuviera en el diccionario de la RAE, se definiría aproximadamente como lo que el PNV es hoy para Sánchez y para Bildu, a costa de sí mismo y de la sociedad vasca”, sentenciaba la fundación en un duro artículo publicado el pasado 3 de julio en su página web.
“¿Qué ha ganado Euskadi desde la moción de 2018? Nada —añadían—-. ¿Quién puede y quiere defender hoy a Euskadi frente al proyecto hegemónico de Otegui? ¿Quién puede y quiere defender su memoria limpia de falsificaciones, su futuro, su foralidad, su Estatuto, su Constitución y su influencia en España y en Europa? ¿Quién puede ofrecerle una salida al ocaso del PNV, desplazado hacia un izquierdismo grotesco, y al rojo amanecer rupturista de Otegui? ¿Quién puede devolver el progreso, defender la convivencia?”
En el PP no creen que el PNV vaya a girar hacia una estrategia más pragmática de acuerdos que permitan una hipotética investidura de un candidato del PP. “El recurso de los nacionalistas vascos a Vox es puramente oportunista”, analizaba FAES tras el no del Aitor Esteban a Feijóo en 2023. “Lo mismo dijeron de Ciudadanos y de UPyD. También estos partidos constituían una línea roja para el PNV. Lo cierto es que la crisis electoral del PNV es evidente, y que puede muy probablemente manifestarse en las próximas elecciones autonómicas. El PNV se presentará como dique frente a Bildu para retener al electorado más cauto del PP y competirá con Bildu para no aparecer simplemente “autonomista”. Ambas estrategias, además de contradictorias, tienen mal pronóstico, y el PNV lo sabe”.
El tono del discurso contra el Partido Nacionalista Vasco ha ido in crescendo conforme la investigación del Caso Koldo ha ido alumbrando más novedades sobre Santos Cerdán y José Luis Ábalos. En junio, FAES cargaba contra el PNV para calibrar “la depredación de los socios independentistas”.
En un editorial titulado “Emergencia democrática, emergencia nacional”, la fundación de Aznar, dirigida por el vasco Javier Zarzalejos, señalaba que “basta con registrar la insólita reacción del presidente del PNV, el vasco-soriano Aitor Esteban, recriminando a Sánchez haberse precipitado en su comparecencia “al tomar el informe de la UCO como si fuera una sentencia”. “El PNV ha hecho muchas cosas en su historia —añadía el think tank—, pero está de erigirse en más sanchista que Sánchez es difícil de superar”.
Un repaso a la literatura escrita por FAES sobre el PNV no deja lugar a dudas sobre las posiciones completamente alejadas que hoy separan a los de Feijóo del PNV. “PNV, PSOE, Sumar, Podemos, toda esa destructiva coalición que sostiene una acción de gobierno demoledora para la democracia y la concordia de los españoles han sido los que han enterrado la memoria de la atrocidad continuada en la que el País Vasco y, por extensión, toda España sufrió a manos de ETA, pero también de las estructuras políticas, sindicales y sociales de la banda”, escribía FAES el año pasado en otro duro editorial. Un texto en el que volvía a cargar contra el PNV por su estrategia electoral que conduce, en su opinión, a más Bildu en el País Vasco. “Bildu es la obra de los que ahora fingen pedirles cuentas. Por eso no tienen prisa ¿Por qué habrían de tenerla si los que aparentan pedirles cuentas en realidad trabajan para ellos?”, sentenciaban.