Si algo sitúa a Euskadi en el mapa mundial es su oferta y cultura gastronómica. De hecho, es la segunda comunidad autónoma con más estrellas Michelín, 25 en total. La gastronomía y el enoturismo son los principales atractivos turísticos del territorio y desde el Gobierno vasco lanzaron hace ya diez años la primera red de producto turístico enogastronómico de España: Euskadi Gastronomika. Una marca de calidad del Club de Producto Turístico Gastronómico de Euskadi, promovida por Basquetour, Agencia Vasca de Turismo dependiente del departamento de Comercio, Consumo y Turismo que tiene como objetivo consolidar el liderazgo del País Vasco como destino referente en esta materia.
La red está formada por establecimientos hosteleros y comerciales que ofrecen una amplia variedad de espacios donde comer y donde comprar; pero también cuenta con museos y empresas de actividades gastronómicas, bodegas, queserías y otro tipo de empresas productoras que ofertan un sinfín de planes y actividades enogastronómicas.
Euskadi Gastronomika aúna el potencial de empresas, productores, productos y servicios de cada rincón de Euskadi, para poner a disposición de los consumidores una oferta de turismo gastronómico completa, planificada e integral que responda a todas tus expectativas. Esto incluye restaurantes, asadores, sidrerías, bares de pintxos, productores, bodegas, pastelerías, tiendas gourmet, alojamientos, empresas de actividades, guías y agencias turísticas… Más de 750 posibilidades de conocer y disfrutar de la cultura gastronómica de Euskadi.
Experiencia del ‘txotx’ en Gipuzkoa
Uno de los platos fuertes de la larga lista de planes es el ritual del 'txots'. Se trata de una experiencia única en Euskadi que tiene su origen en las catas de sidra que ofrecían los sidreros a los futuros compradores, directamente de la barrica, realizando un pequeño agujero que se tapaba al finalizar la degustación con una zotza (palillo). Esta costumbre se ha mantenido durante generaciones convirtiéndose en toda una experiencia.
Además de degustar esta bebida milenaria, la experiencia también pasa por visitar los manzanales, los caseríos, las zonas de elaboración, las bodegas… Todo ello, en los lugares más privilegiados de San Sebastián.
El enoturismo de Rioja Alavesa
El enoturismo se ha consagrado como uno de los mayores atractivos para el público nacional y también internacional. El volumen de negocio producido solamente por las visitas a bodegas y museos que forman parte de las Rutas del Vino de España en 2019 generó un impacto económico de más de 85 millones de euros. Y Rioja Alavesa es una de las grandes estrellas con más de 204.000 visitantes al año.
Ya entrada la primavera y el buen tiempo, los amantes de la enología tienen una cita con la ruta del vino de Rioja Alavesa, certificada desde 2006. Un total de 23 bodegas repartidas por toda la zona y rodeadas de paisajes, viñedos, pueblos, villas y gastronomía.
Rioja Alavesa dispone de múltiples opciones; bodegas familiares, centenarias, con calados históricos o las más vanguardistas diseñadas por los arquitectos más afamados del mundo. Además, la experiencia puede completarse con sesiones de SPA o vinoterapia que ofrecen muchos de los establecimientos que hay en la zona; o con un rato para el aprendizaje pasando por el centro de interpretación del vino o la Casa Museo de la Abadía para descubrir el pasado de Rioja Alavesa.
Pastor por un día en Urkiola
Otro de los planes únicos que ofrece Euskadi pasa por el Parque Natural de Urkiola. Allí, el pastor Patxi Solana invita a los curiosos que se acerquen a compartir su día a día en Alluitz Natura, un caserío ubicado en uno de los paisajes más privilegiados del territorio.
La experiencia arranca precisamente en el caserío, donde está la granja y la quesería y dónde los visitantes ayudan a ordeñar a las ovejas y, si coincide la época, ayudarán a esquilarlas. Con esa misma leche recién ordeñada, se procede a elaborar un queso fresco o una cuajada. Después, comienza el paseo por las campas del Parque de Urkiola, junto con el pastor Patxi Solana, el anfitrión durante toda la jornada, y su perro Harri, el encargado de mover el rebaño de ovejas latxas.
Y para poner el punto final, una degustación de queso Denominación de Origen Idiazabal de manos de su productor. Una experiencia que se puede vivir durante todo el año.