El mundo empresarial se ha modernizado mucho. Las compañías se han ido adaptando a los numerosos avances que ha habido de forma particular en su sector, pero también han aprovechado las nuevas tendencias que han empezado a surgir en el ámbito de las corporaciones a nivel general. El objetivo, dar un mejor servicio, ser más competitivas, y resultar más atractivas para los consumidores.
En esos nuevos contextos nacen los clústeres. El término clúster se refiere a una concentración geográfica de empresas interrelacionadas que se encuentran dentro de un mismo sector. No es un concepto únicamente empresarial, ya que también puede existir este modelo en instituciones y organizaciones, pero en el área de las compañías está bastante expandido desde hace años.
Uno de los más destacados es el de la construcción. En este sector, las empresas constructoras se unen a proveedores de materiales, fabricantes de equipos, consultorías, e incluso a veces organismo gubernamentales e instituciones educativas. El objetivo se centra en mejorar la competitividad utilizando la colaboración, el intercambio de conocimientos y la innovación.
A nivel nacional, el clúster de la construcción del Pais Vasco es uno de los grandes referentes. Sin embargo, muchos empresarios del sector repartidos por las tres provincias de la Comunidad no acaban de decidirse a apostar por este nuevo modelo, pese a los numerosos beneficios que se pueden obtener. A continuación, varios ejemplos de ello.
Mayor innovación y tecnología
Como se mencionaba con anterioridad, los clústeres suelen reunir empresas con intereses comunes con el fin de mejor en competitividad. Esta idea de crecer de la mano fomenta el intercambio de conocimientos y el acceso a tecnologías avanzadas.
La colaboración suele desembocar en construcciones sostenibles y nuevas técnicas que hacen los proyectos mejores y más eficientes.
Mayor conocimiento del mercado
Una empresa de construcción por si sola tiene conocimiento del sector, pero es evidente que puede encontrarse con limitaciones a la hora de acceder a información relacionada con regulaciones, nuevas formas de producción, o demandas de los clientes.
En ese contexto, el hecho de estar dentro de un clúster permite una mejor compresión de todo el entorno que la rodea.
Asociaciones de carácter estratégico
Es importante destacar que en un clúster de empresas de construcción pueden entrar otras instituciones que estén alejadas de una compañía tradicional, como podrían ser universidades o centros de investigación.
Esto es interesante desde muchos puntos de vista, pero también a la hora de participar en grandes proyectos o licitaciones públicas, ya que el conocimiento de los requisitos específicos puede ser mayor.
Caída de los costes
Es algo evidente. El hecho de compartir servicios comunes e infraestructuras, como laboratorios o centros logísticos, con otras empresas, reduce claramente los costes operativos.
A eso se puede añadir que, al contar dentro de la organización con compañías proveedoras, el acceso a su material es más sencillo y más barato.
Más acceso al talento
Los profesionales más cualificados suelen apostar por las empresas más grandes. Por ello, el hecho de poder acceder laboralmente a un clúster siempre va a resultar atractivo para un posible trabajador con grandes capacidades.
Por otro lado, estos grupos cuentan normalmente con una red de talento en diferentes ámbitos, con el fin de contratar personas de gran nivel profesional cuando resulta necesario.
Mayor credibilidad
En muchos momentos de la vida de las empresas, la fidelidad por parte de los clientes o el apoyo económico por parte de entidades bancarias, vienen marcadas por la credibilidad que la compañía tenga.
En un mundo tan complicado como el de la construcción, donde los vaivenes económicos son tan comunes, el hecho de presentarse con el nombre de un grupo detrás, que da solidez a cualquier propuesta presentada, puede marcar la diferencia.
Mejor internacionalización
Como no podría ser de otra forma, una unión de compañías del estilo de un clúster de construcción va a ser más conocida que una empresa por si sola.
Esto se debe a su presencia en diferentes obras va a ser mayor, y todo ello contribuirá directamente en la posibilidad de entrar en mercados internacionales.
Acceso a financiación
El hecho de poder contar en el clúster con organizaciones o instituciones de carácter público puede dar ciertas ventajas. Esto permitirá a las empresas estar perfectamente enteradas de cualquier novedad a nivel de subvención, facilidad de financiación o incentivo fiscal.
Este hecho desembocará en que las compañías sepan como desarrollar su actividad con el fin de entrar dentro de los parámetros que marcan las autoridades para acceder a esas ventajas.
Más sostenibles y responsables
En un mundo como el actual, donde la sostenibilidad es uno de los puntos más importantes de cualquier tipo de actividad, el hecho de pertenecer a un clúster es relevante.
Este tipo de grupos suelen ser impulsores de prácticas respetuosas con el medio ambiente. A esto se le puede añadir lo comentado en el punto anterior, ya que el hecho de compartir grupo con organizaciones públicas ayuda a conocer de primera mano la normativa vigente relacionada con esta materia.
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