La Osakidetza de Sagardui según los médicos: opacidad y verticalidad política
Los profesionales afirman que esta "indignación" viene provocada por la falta de diálogo y de búsqueda de soluciones del departamento de Salud a los problemas surgidos durante años
8 diciembre, 2022 05:00Fueron muchas las claves sobre Osakidetza que el miércoles salieron a la luz. Bajo el punto de vista de los profesionales de la OSI Donostialdea, el sistema de salud vasco está cimentado sobre dos pilares: la opacidad y la falta de comunicación entre dirección y trabajadores, algo que a su vez deriva en un sistema vertical de trabajo en el que las normas son impuestas y, en algunos casos muy a pesar de los trabajadores, estos deben acatarlas.
“Aquí hay muchas más cosas que un cese”, repetían continuamente los portavoces de esta OSI donostiarra; y es que el hartazgo o, como ellos describieron, la “indignación”, no solo vienen provocados por el cese y posterior dimisión “en solidaridad” de cinco altos cargos de esta institución; más bien han sido provocados por un continuo “desplante” al Hospital Donostia y a las diferentes entidades que forman parte del sistema de salud guipuzcoano. Una serie de “decisiones técnicas mal tomadas” que podían suponer una amenaza a lo que “tanto tiempo, dinero y esfuerzo” les ha costado.
Jerarquía vertical
Los profesionales lo tienen claro, la base de la gran problemática por la que esta atravesando Osakidetza es la relación de confianza -o su ausencia- entre un superior jerárquico que a veces tiene “un limitado conocimiento técnico” y un subordinado que “sí tiene ese conocimiento y cuya lealtad es, ante todo y fundamentalmente, con el sistema de salud”, explicaban.
Un problema que llevan viviendo durante años pero que la decisión de cesar a Itziar Pérez e Idoia Gurrutxaga, tomada por la dirección del Servicio vasco de Salud, ha sacado a la luz. “Las decisiones son tomadas de forma unilateral, por eso, exigimos una mesa consultiva o de trabajo, en la que se pueda hablar con la dirección y transmitirles un feedback sobre cuáles son nuestras necesidades”, explicaban.
Esta jerarquía vertical, se quejaban los médicos guipuzcoanos, está provocando un resultado: la hegemonía del sistema de salud bizkaino sobre el de Guipúzcoa con la excusa de “querer centralizar los recursos”. “Cada territorio tiene sus peculiaridades asistenciales, organizativas y sus recursos”, insistían, “intentar unificar esas diferencias es un error. Todos hacemos grande a Osakidetza y esto es porque todos derivamos pacientes a otros hospitales sin ningún problema. Cada semana, personalmente, envío numerosos pacientes a Cruces, pero también es cierto que aquí hacemos cosas estupendas y se deben reconocer”, matizaba Adolfo López de Munain, jefe del servicio de Neurología del Hospital Donostia.
Y ponía varios ejemplos, que se suman al polémico traslado del servicio de cardiología de Basurto a Cruces: “Hace 20 años descubrimos en Donosti el primer gen, y el más importante, causante de la enfermedad de Parkinson. En un giro sorprendente de los acontecimientos Osakidetza decidió trasladar ese estudio a Bilbao. Todas las familias y pacientes estaban aquí y, sin embargo, sin razones, se optó por llevarlo a cabo ahí”. El médico describía este movimiento como una “medida sin explicación”, y añadía, “lo mismo pasó con el banco de sangre de Guipúzcoa y su traslado, sin aparente razón, a Galdakao en 2010. Se hizo sin contar con la opinión de los médicos de aquí”.
Otro ejemplo, decisión tomada de forma unilateral aseguraban: construir una OSI oncológica -Onkologikoa- a 250 metros de la otra ya existente. “Es una barbaridad”, incidía López de Munain, “porque los pacientes con cáncer tienen patologías que afectan a todos los sistemas y no se puede tener a estos pacientes yendo de un lado para otro. No es sostenible separar ambas OSIS”. En todo caso, el gran problema relacionado con el edificio oncológico, decían, es que no son conocedores de los planes que Salud tiene para él. “Lo que sabemos son cosas que te cuentan, rumores… Y así no puede funcionar. Dicen que algunas decisiones irían más allá de lo sanitario. Si es verdad, deberían decirlo. Parece que hay problemas de titularidad del edificio, pero los profesionales lo desconocemos”, declaraciones que los portavoces de los médicos críticos con el departamento enmarcaban dentro de otra de las problemáticas: “la opacidad”.
Opacidad
Y es que los profesionales se quejaban, además de hechos como el del Hospital oncológico sobre el que se van enterando de novedades “a través de rumores”, de que no es la primera vez que se intentan poner en contacto con la dirección de Salud para pedir mejoras, mostrar necesidades o trasladar algún problema y en ninguno de estos intentos “ha habido respuesta”.
Las formas ni han sido, ni son “las correctas” y aseguraban: “Independientemente de los errores en la gestión que ha podido tener la dirección de este Sistema de Salud, lo que no nos parece normal es que esto se haya hecho de esta forma”; e insistían en que, por su parte, se ha hecho desde el principio una llamada al diálogo, pero que la manera opaca de trabajar del ejecutivo y esa “jerarquía marcada en la verticalidad” hacen difícil que esta situación se revierta a corto plazo: “Habrá concentraciones en los próximos días”.