Parecía un parte de guerra. Cada día el Gobierno vasco contabilizaba y anunciaba el número de muertes de la jornada pasada, de ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos y de aquellos que habían contraído el virus, un virus que puso en jaque a la sociedad. Tres años después, el Gobierno vasco lo sigue haciendo, semanalmente eso sí, aunque parece que, a pesar de ser cifras sustancialmente menores, a nadie le importa el número de gente que a día de hoy sigue enfermando y muriendo por el coronavirus.
A día de hoy, y según los últimos datos del ministerio de Sanidad, 13.798.747 de españoles han sido infectados por este virus, más de tres millones -3.130.036- han sido personas menores de 60 años, y de ellos 120.426 han perdido la vida. En Euskadi, según datos del Departamento de Salud del Gobierno vasco, y por primera vez desde el inicio de la pandemia no hay enfermos covid en las UCIs -cuando al comienzo de la pandemia se registraron hasta 236 personas en las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos vascas-, aunque en esta última semana tres personas con covid perdieron la vida. Destaca, además, el empeoramiento de la situación en planta, ya que se ha doblado prácticamente la cifra de enfermos covid. Actualmente hay 70 enfermos, cuando hace dos semanas eran 47.
Una mezcla entre el paso del tiempo y la inmunidad conseguida, a través de un cóctel de vacunación e infecciones a altos niveles, han permitido a la sociedad olvidarse y normalizar estas cifras. Y así, lo que antes era miedo a las consecuencias de esta pandemia, al colapso sanitario, a la posible crisis económica… Ha pasado a segundo plano hasta el punto de convertirse en mera resignación y resiliencia.
Pequeños pasos hacia la normalidad
Y es que esta resignación vino de poco a poco y en pequeños pasos. Uno de ellos: el fin del confinamiento, el 21 de junio de 2020, tras más de tres meses en los que la actividad de Euskadi y de todo el país se paralizó; otro: el fin de las mascarillas exteriores, el 10 de febrero de 2022, tras casi dos años de pandemia. Poco más de dos meses después, el 20 de abril de ese mismo año, se eliminó su obligatoriedad en interiores, exceptuando centros sanitarios, residencias de mayores y transporte público. Transporte que tuvo que esperar casi un año más para la retirada de los cubrebocas, el pasado 8 de febrero.
Y a pesar de estos pequeños pasos hacia la normalidad, y a que ya nadie habla de la incidencia acumulada ni de las muertes registradas en cada territorio; los expertos avisan: el covid sigue vivo. Afirmación que secundan numerosos expertos que han participado en un estudio recientemente publicado por la revista Nature. En él avisan de que pese a las vacunas y las medidas preventivas, "el virus y sus mutaciones siguen estando presentes en la sociedad"; y ante esto la única solución para frenarlo sería una coordinación entre paises y un mayor porcentaje de la población vacunado.
Las consecuencias tres años después
Y es que aunque parece lejano, está pandemia llegó a paralizar la actividad de todo el territorio, provocando consecuencias económicas fatales. No solo por la inversión a la que tuvo que hacer frente el propio Ejecutivo vasco para frenar el virus, cifrada en más de 1.700 millones de euros entre 2020 y 2022, sino también por el número de empresas que se vieron afectadas: 1.070 empresas vascas han bajado la persiana desde el inicio de la pandemia. Además, según los datos proporcionados por Confebask, al cierre de 2022, las empresas industriales -uno de los grandes pilares de la economía vasca - fueron las más afectadas, llegando a registrar una reducción del 3,2%.
La pandemia no solo ha tenido consecuencias en el tejido empresarial vasco. La ‘joya de la corona vasca’, Osakidetza, también se ha visto resentida tras la llegada del virus. Y es que, aunque el Gobierno vasco asegura que “los problemas ya venían de antes”, los profesionales explican que "la pandemia no ha hecho más que agudizarlos" dejando a la luz la falta de comunicación y consenso entre unos sanitarios “saturados” y su dirección. Así, con la economía mermada, la profesionales sanitarios solicitando “refuerzo urgente de personal y mejoras de condiciones” y un tejido empresarial que no consigue recuperarse cumple el coronavirus tres años en Euskadi.