Los trenes de vapor están desapareciendo. Se conservan, a día de hoy, menos de 400 y una veintena están operativas. En 1975, el aún Príncipe de España, Juan Carlos de Borbón, apagó la última locomotora de Renfe e inuguró la electrificación del corredor Madrid-Guadalajara.

Se cerró, así, una etapa de 124 años de trenes de vapor. La primera de la península Ibérica nació en 1851, conocida como La Mataró. Hoy día, Euskadi recoge la mayor cantidad de ferrocarriles eléctricos, solo por detrás de Suiza. 

La locomotora Aurrera: un viaje al pasado

Vagones de madera para sentirse como en el año de su construcción, entre 1892 y 1898, y dos pequeñas plataformas en los extremos o balconcillos. Casi cinco emocionantes kilómetros de trayecto son los que recorre uno de los pocos trenes de vapor que quedan hoy día: la locomotora Aurrera. 

Realiza un recorrido cada fin de semana entre el Museo Vasco del Ferrocarril, en Azpeitia (Gipuzkoa), hasta el pueblo de Lasao para recordar el recorrido que hacía el Ferrocarril de Urola. Se puede recorrer los valles de Gipuzkoa desde Semana Santa hasta el Puente de los Santos de noviembre. Cada sábado se hace a las 12:00 y 17:30 y, cada domingo, a las 12:00 horas. 

El tren mantiene unos vagones del tipo C-2, C-4 y TC-52. Los dos primeros son del año 1925 y se utilizaron para el Ferrocarril de Urola, mientras que el tercer vagón es del año 1944 y se usó en la línea de Bilbao-Donostia. 

El viaje en este tren también incluye una visita al museo, que fue el responsable de restaurar en 1991 la locomotora y hoy día mantiene una de las mejores colecciones ferroviarias europeas. Desde todo tipo de vehículos, 87 en total, hasta relojes e instalaciones eléctricas. 

Uno de las que se expone y de los más llamativos es la Espinal, nacida en 1887. Es la más antigua de Robert Stephenson, pionero del ferrocarril. También destacan los tesoros Euzkadi y la Zugaztieta. 

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