El parque de atracciones más antiguo de Euskadi que consigue cientos de visitas 100 años después

Con la llegada del verano hay quienes prefieren marchar a la playa y otros al monte. Pero, ¿qué pasa si existen lugares que juntan las dos cosas y, encima, ofrecen actividades llamativas? Se desata la diversión, como ocurre en Donostia, Gipuzkoa. 

Esta ciudad, además de ser una de las más bonitas del norte y en la que el monte y la playa se encuentran a unos cuantos metros de distancia, cuenta con el parque de atracciones más antiguo de Euskadi y el segundo más viejo de España, por detrás del Tibidabo catalán. 

El parque de atracciones de Monte Igueldo

Lo más característico es su torreón o antiguo faro, que se puede ver desde lejos. El parque de atracciones de Monte Igueldo es recordado por miles de vascos por sus más de 100 años de historia. Nació en 1912 gracias a la idea del abogado Evaristo San Martín y al arquitecto Luis Elizalde, y cuenta con 20 atracciones que no superan los tres euros. 

Entre estas destacan la Montaña Suiza, la montaña rusa de acero más antigua del mundo; el Río Misterioso: unas barcas para cuatro con las que se disfruta de increíbles vistas a la playa de La Concha y a la ciudad de Donostia; la Casa del Terror, el Gran Laberinto, Kosmicar, las casetas de juego y las camas elásticas, entre otras.  

Antiguamente no solo era un parque de atracciones, sino que había un casino, un salón de baile, un salón de actos y dos salas de cine.

¿Cómo acceder y cuál es el precio?

Al monte Igueldo se puede subir de varias formas, como en autobús o en coche. Pero la manera más popular de hacerlo es en su funicular por 4.25 euros, también inaugurado en 1912 por la reina María Cristina. Se coge en la estación de la Plaza del Funicular. 

El funicular fue declarado 'Bien Cultural' por el Gobierno vasco debido a su infraestructura, que es la original, los vagones, la forma de funcionamiento, las placas y los anuncios de aquella época. Se trata del tercero más antiguo del Estado y con el que se puede acceder, a la mezcla de mirador con vistas preciosas a la ciudad y de parque de atracciones, al más puro estilo de los años 10 gracias a su estructura de madera. 

Una vez en el parque, y según afirman varios usuarios, los precios no son tan asequibles como parece. Algunos de ellos aseguran que la mayoría de atracciones superan los 3 euros, alguna de ellas incluso doblan esa cantidad. Además, insisten los visitantes, la comida y bebida que se me puede consumir en este parque de atracciones también supera el precio de lo que costaría una comida convencional.

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