En los primeros meses de este 2023, el servicio especializado de información y atención a mujeres víctimas de violencia doméstica o por razón de sexo, Satevi, ha recibido 1.830 llamadas por agresiones sexuales, un 10% más que las que se produjeron en este mismo intervalo de tiempo en el pasado año. Una cifra donde destacan además las 137 llamadas por maltrato, según unos datos del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales.
Según ha recogido Europa Press, los responsables de este servicio contra las agresiones por motivos de género, durante este verano se ha detectado un aumento de las llamadas nocturnas por parte de las víctimas, y aseveran que la violencia contra las mujeres "no se va de vacaciones". Además, en esta línea indican que las llamadas recibidas en estas fechas son "más largas y angustiosas", porque la víctima pasa más tiempo con el agresor durante el día.
De estas 1.830 llamadas telefónicas, 1.723 pertenecen a casos que han necesitado posteriormente de un acompañamiento a la mujer maltratada, y 1.327 han necesitado "de contención emocional para canalizar la angustia, conectar con la realidad que están viviendo, trabajar la conciencia del maltrato y reforzar los pasos que está dando en su proceso". Además, 137 de estos episodios (un 7,48%), se atribuyen a casos de maltrato sexual.
Con todo esto, como informa Europa Press, desde Satevi indican que en los últimos años la cantidad de llamadas contabilizadas se ha mantenido en una cifra más o menos similar, aunque en este 2023 han aumentado respecto a las 1.668 del pasado año. Además, aunque la mayoría de estas responden a casos de violencia de género por parte de la pareja o expareja, pero en esta caso se ha visto un pequeño aumento de los delitos contra la libertad sexual.
Así, el servicio vasco contra las agresiones por motivos de género asevera que la conciencia de la violencia hace que las mujeres pidan más ayuda y asesoramiento, y también a que los delitos contra la libertad sexual "han roto la barrera de la creencia de que solo pasan fuera" para llegar a asumir que también "pasan en casa, por personas de confianza y conocidos".
Buscar vías de salida
Respecto al aumento de llamadas nocturnas, la técnica de Satevi, Ixone Collado Urkijo, ha señalado que, las mujeres buscan momentos donde no coinciden con el agresor para poder "descargar su angustia o buscar vías de salida de la violencia". Además, explica que las víctimas que han tenido algún percance con motivo de las fiestas, les relatan por la noche lo que "les ha sucedido en la calle", y las que conviven con su pareja recurren a ese momento porque es "el único un poco más seguro para que ellas puedan hablar tranquilamente" porque "duermen con su agresor".
Con esto, desde Satevi señalan que las mujeres llaman en el 91,48% de los casos, independientemente de si son ellas las víctimas, allegadas a estas o profesionales que han detectado maltrato. Además, el 42,64% de las mujeres atendidas mantienen una relación de pareja y un 45,11% se refieren a la expareja como los causantes del episodio de violencia.
Con esto, según el informe, la mayoría de las agresiones que sufren las mujeres, independientemente del tipo de delito cometido, son ejercidas por personas del entorno, "es decir, por personas de su confianza o cercanas a ellas, lo que genera un mayor daño y dificultad a la hora de denunciar".
Por otra parte, un 48% de los casos se ha orientado a estas mujeres a recursos relacionados con la atención jurídica, la psicológica, servicios sociales específicos de maltrato y con perspectiva de género, "algo fundamental a tener en cuenta para una intervención sin juicios".
Un 70% de casos de origen nacional
Como recoge Europa Press, en el 70,41% de los casos, tanto la víctima como el agresor son de origen nacional. Esto, explican en Satevi, demuestra que, en contra de "la creencia popular", los agresores en su mayoría son de origen nacional y no extranjeros, lo que denota que se mantiene "la cultura patriarcal a pesar de los esfuerzos de la educación y las campañas de sensibilización".
En esta línea, Collado ha especificado que "la gran mayoría de llamadas son mujeres blancas de aquí, con unas realidades medianamente normalizadas". "La violencia no entiende de clases ni del barrio en el que vivas. Donde menos te lo esperas, hay un caso de violencia, y se ve un poco el fenómeno de que los casos de violencia más gordos son de 'camisa blanca y corbata'", ha añadido.
Así, como indican, más del 55% de las mujeres atendidas tenía menores a su cargo y ha considerado que "una dificultad añadida" es ser cuidadoras principales o mujeres en situación de monomarentalidad, lo que "complica aún más la situación, exponiéndolas aún más a la violencia y a perpetuarse la vulnerabilidad".
Por ello, Collado ha querido poner el foco de atención en "las dobles y triples vulnerabilidades" que padecen las migrantes. "Una mujer migrada que está sola, que en muchas ocasiones cuida aquí ella sola de menores, porque es la única progenitora o porque ella sola se responsabiliza de sus hijos; que igual habla otro idioma y está en una situación muy precaria a nivel laboral; si vive algo así, pedir ayuda, poner una denuncia o dar pasos para salir de la situación de violencia, le resulta más difícil", ha concluido.