Existen decenas de inventos que usamos a diario y que no sabemos que tienen origen vasco. Entre ellos se encuentra la baraja de cartas de Heraclio Fournier, la más usada por los españoles. Así como la olla de presión express de la marca Fagor o el sacacorchos Boj. 

Pero hay uno, en especial, muy usado por los adolescentes y relacionado con el mundo del deporte que tuvo lugar en la provincia de Gipuzkoa el siglo pasado. Se trata de un skate o monopatín que sigue siendo muy popular hoy día. 

Sancheski: la revolución del 'skate'

El deporte del skate nació en los años 60 en Estados Unidos después de que a los surfistas californianos se les prohibiera hacer surf, como señala la secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá. Estos fueron quienes cogieron una tabla pequeña de surf y les pusieron las ruedas de unos patines. 

Pronto se volvería un deporte muy conocido a nivel mundial. Algunas tiendas de deporte españolas empezaron a albergar marcas de surf y skate allá por los años 90, cuando solo vendían bañadores y raquetas de tenis. Una de las más destacadas fue la catalana Free Sports, en la que había una rampa. Por lo que los comercios deportivos se volvieron puntos de encuentro entre los más jóvenes. 

Fue la marca guipuzcoana de Sancheski la que llevó al skate a la fama al ser la primera marca de monopatín en el Estado. Todo comenzó con Francisco Sánchez Espinosa, un comerciante que llevaba una tienda de ski y donde firmaba sus productos a partir de la unión de su apellido y este deporte. 

Sus hijos, Javier y José María, con la llegada del skate, vieron la posibilidad de llevar el surf a las calles. Así, la primera tabla de la marca Sancheski, de madera de haya y ruedas de aluminio o caucho, fue patentada en 1966. Como aún no era un deporte tan conocido y, como los patinadores no sabían muy bien cómo utilizarla, Sancheski se dedicó a preparar exhibiciones por el país copiando las piruetas que hacían los patinadores estadounidenses.

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