La llegada del otoño hace que muchos quieran seguir viajando debido a las temperaturas más bajas, a los precios y a la menor cantidad de gente que hay en los lugares. Uno de los lugares, dentro de España, por el que más se decantan es Euskadi. 

No es de extrañar por su gran belleza, por sus ciudades rodeadas de naturaleza y montes, por toda su historia y por su increíble gastronomía. Los pueblos que se encuentran en el territorio vasco son infinitos, muy diferentes los unos de los otros y cada uno cuenta con su propio encanto. 

Oñate: un lugar con mucho encanto

El municipio de Oñate, en la provincia de Gipuzkoa y con más de 11.000 vecinos, es el más extenso de la zona. Lo forman unos 16 barrios y el más conocido es el de Arantzazu, a nueve kilómetros del casco antiguo de la ciudad. En este lugar se encuentra el santuario más impresionante de Euskadi, el de Arantzazu.

La basílica se levantó en los años 50 en un precipicio y en su construcción participaron los mejores artistas vascos, como Jorge Oteiza, Nestor Basterretxea, Eduardo Chillida y Lucio Muñoz. En uno de los principales accesos del municipio se encuentra la universidad Sancti Spiritus, del siglo XVI, considerada una de las joyas arquitectónicas del renacimiento vasco. Cuenta con un estilo elegante. 

La iglesia parroquial de San Miguel, gótica, barroca y neoclásica, es otra construcción que no debe perderse todo turista. Así como el monasterio de Bidaurreta, la Plaza de los Fueros y la Plaza de Santa Marina, rodeada de los palacios de Antia, Madinabeitia y Baruekua.

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