San Sebastián, la exitosa: que el nombre no te confunda

El Antiguo no se llama así por casualidad. En este barrio, que presume con su playa de Ondarreta desde la que se llega a nado a la isla de Santa Clara, nació San Sebastián. Chillida vinculó definitivamente El Antiguo al mar con su escultura El peine de los vientos.

En el otro extremo del barrio está el Pico del Loro, observatorio perfecto de la isla. Y entre uno y otro punto muchas cosas para ver en El Antiguo.

Una de ellas, el Palacio de Miramar, construido en el lugar que ocupó un monasterio dedicado a San Sebastián,nombre que se le dio a la ciudad, fundada en el siglo XII. Casi 700 años después la Reina María Cristina ordenó la construcción del palacio, morada de la corte.

El Palacio transformó el barrio que continuo haciéndolo en la etapa industrial con la implantación de empresas ya desaparecidas / OFICINA DE INFORMACIÓN Y TURISMO

Sobrepasa el centenario el Parque de atracciones del Monte Igueldo, abierto en 1912.Todo un elemento vintage que además de atracciones es un mirador cuyas vistas rivalizan con las del Pico del Loro.

Se puede acceder en coche, a pie por la ladera del Igueldo o en funicular. La última es la más recurrente / A. VIRI

Donostia se visita por muchas razones. Una de las más repetidas es la gastronomía. Pocos salen de la capital guipuzcoana sin haber probado sus pintxos. Uno de los bares más antiguos de El Antiguo es la taberna Luis. Además de las vistas, la generosa barra, la sonrisa y dedicación los feligreses destaca por sus precios son más bajos que en la parte vieja.

Porque no, El Antiguo no es lo Viejo donde también hay que ir a comer como uno mas de los miles de turistas, pero también por razones culturales. Al fondo de la calle Mayor, la basílica de Santa María frena el recorrido por una vía en la que se disfruta del sabor añejo de establecimientos que llevan abiertos mas de un siglo. Santa María disputa con la iglesia de San Vicente el honor de ser la mas antigua de la ciudad. Una barroca y otra gótica, ambas visitables.

La fachada se encuentra alineada con la iglesia del Buen Pastor que es el edificio más alto de Donostia gracias a su aguja de 75 metros / A. VIRI

Entre una y otra apenas hay 200 metros que transcurren por la calle 31 de Agosto. O por la calle San Telmo que es la misma. Curiosa historia la de esta calle ijalonada por la iglesia de San Telmo, la escultura de la reconstructora, comercio tradicional, restos de muralla o el bar más antiguo.

La parte vieja de San Sebastián, la zona más visitada, esconde curiosidades como la de esta calle, única que no arrasó el incendio de 1813 / A. VIRI

Sobran razones

No es necesario que ninguna revista diga que San Sebastián es un destino atractivo. Lo es en 2024 y lo será en los próximos años. Hay quienes para ensalzarla la denominan pequeño Paris, pero la ciudad de la luz envidia a Donostia por su mar, por sus montes y por su gente. Cierto es que San Sebastián, a un paso de Francia, tiene edificios de inspiración parisina. Sin ir más lejos el ayuntamiento, que fue casino, o la diputación, lo son.

El casino, ahora ayuntamiento, se comenzó a construir en 1882, convirtiéndose en reclamo turístico. Su actividad cesó en 1924 / A. VIRI

Por tener, San Sebastián tiene palacios y un castillo. Al ya citado Palacio de Miramar se le suman el del duque de Mandas y el de Aiete. Para visitar el Castillo de la Mota, hay que subir al monte Urgull.

Donostia, sede de reyes, tiene algo de inalcanzable en cuestión de mercado inmobiliario. Loiola, es la calle comercial más cara de Euskadi, con alquileres cercanos a los 2.000 euros metro cuadrado.

Pero los comercios con solera no están necesariamente en esa calle. Encontrarlos es fácil en la parte vieja. Allí están los sombreros de casa Ponsol, la pastelería Otaegui o la perfumería Benegas.

Fue la primera sombrerería de Euskadi y es una de las más antiguas de España / A. VIRI

Adentrándonos en el mundo de las curiosidades no podemos olvidar que la calle más corta se llama así, Corta. Y esta en el barrio de Gros. La más antigua , la calle 31 de Agosto o San Telmo Kalea. La fama de calles empinadas se la llevan Zemoriya, San Antonio y Konkorrenea. Y la mas estrecha, es la calleja de santa Corda.

A comer

Raro, raro sería marcharse de Donostia sin pasar por un restaurante.

Sukaldean: tradición, innovación y experimentación. Aitor Santamaría, 31 años, con apellido de saga gastronómica, tuvo que aplazar la inauguración del restaurante ubicado en los bajos del Hotel Zenit, por la llegada de la pandemia. En el tiempo que ha transcurrido desde entonces, se ha ganado un merecido hueco entre los clientes y el respeto de sus colegas de profesión. Cotiza al alza por su cocina, originalidad y deseos de innovar.

La demanda le ha llevado a instaurar una degustación de quesos exclusivos, procedentes de producciones pequeñas, artesanales y sostenibles. Son extensas la bodega y el menú, que se elabora con producto de proximidad de máxima calidad. Magníficos resultados con la parrilla que se dejan notar en las kokotxas de merluza. Hay que ser persistente para asar durante 12 horas un cordero que presenta con salsa reducida de su propio caldo y muy creativo para inventarse una aceituna de gilda capaz de competir en sabor con la más genuina.

De la universidad, a la cocina. Aitor Santamaria descubrió que lo que había vivido de niño con padres y vuelos le aportaba más que los estudios de comunicación, así que se dedicó a ello / A. VIRI

Topa Sukalderia. Otro concepto con el que disfrutar desde cócteles hasta platillos mexicanos. El guacamole, que se prepara y adereza el comensal, es un espectáculo. Las alcachofas en tempura con mole de Pujol que hidratan con producto local, una delicia. Y la hamburguesa Macondo extraordinaria gusta hasta a quien no adora la carne.

Se puede comer en el local o pedir para llevar. Su cocina busca y celebra los puntos de encuentro entre los vascos y latinoamericanos / A. VIRI

Alojamiento

Repetimos restaurante y alojamiento cuando algo nos gusta, y es el caso de Arbaso que además de una excelente ubicación es el lugar idóneo para experimentar las tradiciones vascas. Su decoración, siempre con elementos realizados por artistas locales, es un homenaje a la ciudad. Desde el hall con chimenea hasta las habitaciones donde se extiende la calidez de la madera, la impresión es la de estar en casa. Una casa con restaurante propio, el Narru encargado de los desayunos de los clientes del hotel.

El Arbaso , en un edificio neoclásico del siglo XIX, es un hotel boutique de 4 estrellas frente a la iglesia del Buen Pastor / A. VIRI

Lo sabíamos ya pero la plataforma OvationNetwork y la revista Forbes han descubierto que la gastronomía y belleza de San Sebastián son razones suficientes para incluir a San Sebastián entre los mejores destinos para visitar este 2024.