Las patatas bravas son una tradición culinaria de España. Nadie que visite el país debería irse sin probar este delicioso plato con salsa picante de cayena, pimentón, cebolla, ajo, vinagre y sal por encima. Y, en Euskadi, con más motivos.
Aunque se desconoce su historia exacta, se sabe que es auténticamente español, ya que la ONU lo determinó en 2008 tras un estudio sobre las patatas en el mundo. Algunos creen que este plato típico se originó en Barcelona, mientras que otros aseguran que es madrileño y que nació en los años 60.
Este es el origen de las patatas bravas
La primera referencia de esta tapa se encuentra en 1967, cuando el periodista Luis Carandell mencionó las patatas bravas en su libro “Vivir en Madrid”. Existen dos bares madrileños a los que se les atribuye la creación de este icónico plato español.
Se trata de Casa Perico y La Casona, lugares que encantaron a los madrileños y donde se formaban largas colas para probar este manjar. Ahora, estos bares solo viven en los recuerdos de aquellos tiempos. No es el caso de este restaurante que encontramos en Bizkaia, que el pasado 2023 puso en marcha una innovación única.
Así son las bravas más innovadoras
No es solo una tapa. El chef Íñigo Kortabitarte, propietario del restaurante Kobika en Durango (Bizkaia), ha reinventado este famoso plato en forma de pintxo. Ganó el Premio a la Mejor Estética en el campeonato internacional de patatas bravas el pasado mes de septiembre. Su creación parece un sándwich trampantojo. Muy crujiente, con una base de patata frita cremosa y su salsa característica por encima. Un bocado que ha sorprendido a muchos por capturar el sabor de las tradicionales patatas bravas.
Kortabitarte ha cocido las patatas con cebolla, puerro y ajo asado, aplastándolas para conseguir una capa fina y así elaborar el sándwich. Luego troceó algunas patatas en dados, las mezcló con salsa brava para el relleno, y añadió toques de mayonesa y salsa picante por encima, acompañadas de flores.