Comer demasiada carne roja no es bueno. Así lo asegura la revista sobre historia National Geographic en su artículo Incluso una pequeña cantidad de carne roja puede aumentar el riesgo de diabetes. Aquellos que deciden consumir carne roja en exceso tienen más posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 con "solo dos raciones de carne roja a la semana, según una investigación". Es justo la cantidad que recomienda la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).
"Si en España consumimos unos 50 kilos de carne al año, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el estadounidense medio (así como el australiano, el argentino, el mongol y el serbio) consume más de 100 kilos de carne al año. Ahora, empieza a ganar fuerza la idea de que, quizás, lo mejor sea no comer nada de carne roja en absoluto o, como mucho, porciones pequeñas una vez por semana", expone la revista.
Sin embargo, para muchos, el consumo de este tipo de carne es inevitable. Por ello se decantan por las mejores piezas. Algunos expertos exponen que para elegir una pieza hay que optar por los cortes magros. Es decir, en el caso de elegir comer carne, se debe consumir con menos frecuencia y optar por unas piezas que contengan una mejor calidad nutricional.
El truco de Martín Berasategui
No es fácil dar con el punto adecuado de la carne. Por lo que el chef vasco Martín Berasategui ofreció hace unos años en el programa Robin Food de EITB un truco sencillo para lograr el punto perfecto de la carne y, así, contentar a todos los comensales.
Berasategui comienza con un solomillo de ternera y aplica un truco muy fácil que todos pueden realizar en su casa. Primero hay que atemperarlo o sacarlo de la nevera con cinco horas de antelación antes de prepararlo, taparlo y dejarlo a temperatura ambiente para ayudar en la cocción y no dejar que el solomillo se queme por fuera y por dentro quede frío.
Después se marca la pieza en la sartén, se le da la vuelta una vez en mitad de la cocción y se dejará hacer durante seis minutos cada lado. Por último hay que dejarlo en el horno durante 25 minutos a 170ºC. Para saber si este está al gusto de todos, el truco reside en cómo servir el solomillo.
Por ejemplo, a quienes les gusta la carne poco hecha recibirán los trozos de la zona del cabecero. A quienes les guste la carne al punto podrán obtener porciones de la zona central y a quienes deseen la carne muy hecha se les dejará los trozos de la punta del solomillo. Es una manera de aprovechar todo el solomillo sin preparar los filetes uno a uno para todos los comensales. Si a todos les apetece un solomillo poco hecho solo falta dejarlo más tiempo en el horno.