Antes de que el verano acabe, toca disfrutar al máximo de los planes. Por este mismo motivo, lo que más buscan los vascos antes de que el otoño comience es el de acudir a distintas cascadas para refrescarse. Y es que Euskadi sobresale no solo por su historia, cultura y tradición, sino por tener un hermoso paisaje montañoso.
Un paisaje muy variado y compuesto de bosques frondosos, ríos, montañas y una costa alucinante. La Comunidad Autónoma Vasca es llamativa por sus colinas verdes, playas de arena dorada y grandes acantilados. Así como sus parques naturales, como el de Gorbeia, el de Urkiola y el de Aizkorri-Aratz, entre otros; y sus maravillosas cascadas a las que se accede a través de rutas y paisajes naturales impactantes.
Cascada de Diablozulo, un tesoro escondido
Lo mismo ocurre cerca de Euskadi, en Navarra. Una región no muy diferente a la vasca, pues guarda tesoros naturales escondidos que captan la atención de los más curiosos. Uno de estos es la cascada de Diablozulo, muy parecida a la famosa cascada balinesa de Leke Leke. Un salto de agua de 11 metros ubicado en la parte baja de la montaña de Higa de Monreal, en el sureste de Pamplona y muy querida por los amantes de la naturaleza.
Para llegar hasta este lugar oculto y bello es necesario realizar un recorrido muy sencillo y apto para todo tipo de público. La web sobre viajes Viajar al paladar, en su artículo Ruta cascada de Diablozulo, expone que este se puede llevar a cabo desde la localidad de Yárnoz o desde Monreal, pues se encuentra "a unos 50m del Camino de Santiago aragonés que une Monreal y Yárnoz".
Se trata de una ruta "corta y sencilla". La más corta y bonita es la de Yárnoz, ya que el recorrido transcurre, en su mayoría, entre vegetación. Una vez alcanzamos el pueblo del Valle de Elorz, Yárnoz, aparcaremos en la entrada, aunque también encontraremos aparcamiento al final de la localidad y junto a una iglesia.
"El sendero comienza justo al pasar la iglesia a la izquierda, en este caso iremos en sentido contrario al Camino de Santiago en dirección a Monreal", expone la web. El recorrido se lleva a cabo entre una senda de tierra y "siguiendo la ladera de la Sierra de Alaiz". Se trata de una ruta sin pérdida y en la que, muy fácilmente, nos toparemos con un "pequeño torrente que hay que sobrepasar por un puente de madera". Después subimos las escaleras de madera.
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A lo lejos veremos una gran cantidad de árboles que "flanquean la regata de Diablozulo". Una vez en este punto, en el que comienza la hilera de árboles, dejamos atrás el camino y tomaremos el camino de la derecha "siguiendo la regata por la linde de un campo de cultivo". Tras 50 metros y muy bien guardada entre los árboles, veremos y disfrutaremos de la maravillosa cascada de Diablozulo.