Una de las señas de identidad bilbaínas es su bacalao al pilpil. Un plato único que enamora a todos desde hace años. Todo lo que se sabe sobre su origen es una leyenda. Lo más extendido acerca de este maravilloso plato es que fue el empresario Simón Gurtubay quien pidió por telegrama, hace años, 100 o 120 bacaladas y que la 'o' se acabó confundiendo con un cero. Así, la ciudad adquirió más de un millón de bacaladas.
No pasó mucho tiempo hasta que los carlistas asediaron la ciudad y, cuando los ciudadanos se quedaron sin nada para comer, Gurtubay era quien tenía bacalao para dar y regalar. Pero, dejando de lado esta leyenda, lo cierto es que este alimento ya existía desde hace mucho tiempo en la villa, según señala EL CORREO en su artículo La falsa leyenda del origen del bacalao en Bilbao asociada a los Gurtubay.
De hecho, el bacalao se consumía de manera habitual, ya que la capital vizcaína era una de las ciudades españolas donde entraba este producto. Además, el inventor Frederick Fischer contó en su libro Viajes por España en 1797 y 1798 que su consumo era tan grande que los daneses se hicieron ricos por su exportación.
El mejor bacalao al pilpil de Euskadi, en Bilbao
Existen diferentes maneras de preparar el bacalao: a la vizcaína, al pilpil o al club ranero. El primero ya tuvo su fama "antes de las guerras carlistas", mientras que el origen del segundo se desconoce. Lo que se sabe es que el aceite de oliva era un producto que los pudientes obtenían, ya que "era caro" y "poco abundante". De ahí que en el siglo XX el pilpil fuese considerado una "fórmula de lujo". Ahora, el bacalao al pilpil es el más demandado en la capital vizcaína.
No solo se prepara como plato, sino como pintxo, y gusta mucho igualmente. Quienes llevan el Café Bar Bilbao de la Plaza Nueva lo saben bien: los que contienen este pescado son los bocados que más triunfan. Todo porque quienes se esconden tras las barras saben darle su toque único para conquistar a los bilbaínos de toda la vida y a los turistas.
El pintxo lo preparan con mimo, añadiendo pimiento rojo a la rebanada de pan, un trocito de bacalao y su salsa pilpil por encima con ajo frito. La fusión de los pocos ingredientes que contiene enamora a todo el que lo prueba. No le hace falta más. También lo tienen a modo de ración por 16 euros, así como el bacalao a la bilbaína por el mismo precio.
Este bar, de los de toda la vida, atrae a los clientes desde hace décadas. No es de extrañar por su llamativa y colorida barra llena de pequeñas obras de arte y en la que, además del pintxo de bacalao al pilpil, destacan los torreones de morcilla y queso de cabra. Los más indecisos podrán degustar 12 pintxos por un precio de 27 euros.