Mujer combatiendo la ola de calor / Freepik

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Sociedad

Un cardiólogo alerta sobre los efectos de la ola de calor: “No es necesario sobrehidratarse, no es efectivo”

El Departamento de Seguridad ha activado a diario avisos amarillos por calor y se prolongará, al menos, hasta el domingo

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La ola de calor que se instaló en Euskadi hace cinco días seguirá apretando, como mínimo, hasta el próximo miércoles 13 de agosto. Durante este periodo, las máximas superarán los 30 grados de forma generalizada, salvo en la costa.

El episodio está castigando especialmente a Álava, donde el calor comenzó a hacerse notar el pasado lunes con termómetros que rozaron los 37 grados en la comarca alavesa del Valle de Ayala y marcaron alrededor de 35 grados en gran parte del interior. En el litoral, en cambio, el mercurio se mantuvo más moderado y no pasó de los 30.

Desde entonces, y salvo un respiro relativo el martes, las altas temperaturas han persistido. El Departamento de Seguridad ha activado a diario avisos amarillos por calor, y este mismo viernes la Consejería dirigida por Bingen Zupiria ha anunciado que el actual aviso se prolongará, al menos, hasta el domingo.

Ante este panorama, los profesionales sanitarios insisten en extremar precauciones. El cardiólogo Eduardo Uribe-Etxeberria advierte que, aunque la hidratación es clave, “no es necesario sobrehidratarse, no es efectivo”.

Según explica, “la recomendación general es mantener un consumo de entre 1,5 y 2 litros de agua al día, salvo indicación médica específica”.

Hombre luchando con la ola de calor / Freepik

Hombre luchando con la ola de calor / Freepik

Golpe de calor e insolación: no son lo mismo

Uno de los errores más frecuentes es confundir el golpe de calor con la insolación. “No es lo mismo”, subraya Uribe-Etxeberria. “Un golpe de calor es un continuo de los efectos del calor en el organismo humano. Mientras que la insolación es un golpe de calor menor”.

El especialista detalla que “la gente con insolación tiene sudoración, mientras que quienes sufren un golpe de calor presentan fiebre muy alta, de hasta 41 grados, y no sudan”. En ambos casos, los síntomas iniciales pueden ser similares: “cansancio, calambres, falta de agilidad, dolor de cabeza, pulso y respiración acelerada… incluso puede ir a más, llegando a provocar trastornos de conciencia e incluso coma”.

Cómo actuar ante los primeros síntomas

En caso de insolación, el médico recomienda actuar con rapidez: “Inicialmente, hay que retirar a la persona del sol, hidratarle lentamente, pulverizar agua o utilizar compresas frías y mantenerle en reposo entre 30 y 60 minutos, vigilando su evolución. Si la situación empeora, hay que recurrir a profesionales sanitarios de inmediato”.

Cuando se trata de un golpe de calor grave, la urgencia es aún mayor, ya que puede poner en riesgo la vida. La clave está en la detección temprana y en no subestimar los síntomas.

Los más vulnerables

Aunque cualquiera puede verse afectado, hay grupos que sufren más con las olas de calor. “Gente que trabaja al aire libre, deportistas, niños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas” son, según Uribe-Etxeberria, los colectivos más vulnerables.

Los trabajadores expuestos a altas temperaturas durante largas jornadas, como operarios de la construcción o agricultores, requieren medidas preventivas adicionales. En el caso de los niños, su sistema de termorregulación no está completamente desarrollado, lo que les hace más susceptibles. Las embarazadas, por su parte, soportan un mayor esfuerzo cardiovascular, y las personas con enfermedades crónicas pueden ver agravada su condición por el estrés térmico.

Pautas básicas de prevención

Para evitar llegar a una insolación o un golpe de calor, el cardiólogo insiste en seguir unas pautas sencillas:

  • Mantener una buena hidratación —“entre 1,5 y 2 litros de agua al día”—.

  • Usar ropa cómoda y de colores claros que permita la transpiración.

  • Buscar refugios climáticos o lugares frescos en las horas centrales del día.

A estas recomendaciones añade la importancia de “evitar la actividad física intensa en las horas de mayor calor y prestar atención a los síntomas iniciales, sin restarles importancia”.

Con las temperaturas previstas para los próximos días, Euskadi encara un tramo final de ola de calor que pondrá a prueba la resistencia de sus habitantes, especialmente en zonas del interior como el Valle de Ayala.