Esta semana, las redes sociales se han llenado de publicaciones, fotos y vídeos que retratan algunos de los momentos más especiales de las fiestas de La Blanca. Desde el esperado chupinazo con la bajada del Celedón, que congregó a miles de personas en la Plaza de la Virgen Blanca, hasta las ya clásicas escenas de humor y camaradería entre las kuadrillas de blusas y neskas después de un día —o varios— de celebración ininterrumpida.
El chupinazo al ritmo de La Morocha
Sin duda, el instante más comentado y compartido en redes tuvo lugar el pasado lunes 4 de agosto, cuando Vitoria vivió el tradicional chupinazo, acompañado de la bajada del Celedón, que marca el arranque oficial de las fiestas. Este momento, que año tras año se convierte en el epicentro de la emoción colectiva, reunió a una multitud que vibraba al unísono.
La plaza estaba abarrotada de vitorianos y también de numerosos visitantes que quisieron experimentar en primera persona este rito festivo. No obstante, y como viene ocurriendo en ediciones anteriores, la jornada no estuvo exenta de polémica: la presencia de pancartas a favor de presos de ETA, denunciadas públicamente por Covite y la Fundación Fernando Buesa, volvió a generar debate.
Al margen de esas tensiones políticas en un evento de carácter cultural, la imagen que realmente dio la vuelta a las redes fue la del público entonando La Morocha. Miles de voces, brazos en alto y un mar de gente bailando al compás de este hit veraniego crearon una estampa difícil de olvidar, que se convirtió en uno de los símbolos de este inicio de fiestas.
Los momentos estrella de las kuadrillas
Otro clásico de estas fechas, que año tras año se repite en redes sociales, son las divertidas y a veces disparatadas escenas que protagonizan las kuadrillas de blusas y neskas. Después de varios días de celebraciones, las ocurrencias se multiplican, y no faltan los vídeos caseros que inmortalizan las mejores.
Entre kalimotxos generosos y el inevitable cansancio acumulado, las anécdotas se suceden: bailes improvisados y sin coordinación, caídas que arrancan aplausos y carcajadas, algún espontáneo que acaba dentro de un contenedor y otras tantas situaciones surrealistas que se convierten en material de oro para el recuerdo colectivo.
La firma de Joseba Etxeberria en Murcia
Por último, el mundo del fútbol regaló otra imagen entrañable. Porque un athleticzale puede nacer y vivir en cualquier parte. La última muestra llegó durante el partido que enfrentó al Real Murcia y al CD Elcense.
En mitad del encuentro, un seguidor del Athletic se acercó al banquillo del Real Murcia, dirigido por el técnico vasco Joseba Etxeberria, para pedirle que firmara su camiseta rojiblanca. No era una camiseta cualquiera: llevaba el dorsal y el nombre del propio Joseba, en una edición de años atrás, cuando defendía los colores del club bilbaíno. El gesto, cargado de complicidad, quedó inmortalizado en fotos que ya circulan con entusiasmo entre los aficionados.