Rebeca Alfayat, actriz madrileña. Cedida por Rebeca Alfayat
Rebeca Alfayat, actriz madrileña viviendo en Euskadi, sobre los alquileres desde 650 euros: "Lo he sentido más caro que Madrid"
La actriz tuvo "mucha más dificultad para acceder a habitaciones", pues algunas de ellas estaban gestionadas por agencias o dirigidas a universitarios.
Más información: Euskadi, entre las comunidades más caras para comprar en un supermercado: la cesta alcanza un coste anual de 6.562 euros en Bizkaia.
Cambió su ciudad natal, Madrid, por Euskadi y ahora se describe como 'la chulapa vasca' que vive en las montañas. Rebeca Alfayat, actriz conocida por sus papeles en Las chicas del cable o Hay algo en el bosque, conserva un amor sincero por todo lo que atañe al País Vasco, como los txikiteros, quienes le dan ternura y pide que "no desaparezcan nunca"; las tradiciones, la cultura y el arte. Incluso los propios vascos, a quienes describe como gente auténtica, graciosa y "conectada con la tierra".
Aunque en Madrid nunca le haya faltado el trabajo porque siempre le salía uno nuevo, reconoce a CRÓNICA VASCA que se mudó a Euskadi hace meses sin pensárselo "dos veces" para grabar una serie. Eligió Bizkaia como destino porque fue la provincia que se ganó su corazón, pero no siempre lo tuvo fácil, sobre todo con la adquisición de la vivienda.
La dificultad de conseguir vivienda
A Alfayat le sorprendieron los precios a la hora de buscar casa en Euskadi: "Lo he sentido más caro que Madrid en muchos casos". El precio mínimo de una casa de 50 metros cuadrados en la localidad de Ermua (Bizkaia), como muestra el portal web de alquiler y compra de pisos, Idealista, se encuentra desde 650 euros al mes. Sin embargo, en Bilbao, la diferencia del precio mínimo es notable, ya que se sitúa en 750 euros para un piso de 25 metros cuadrados.
Tuvo "mucha más dificultad para acceder a habitaciones", pues algunas de ellas estaban gestionadas por agencias o dirigidas a universitarios. "Hasta hace nada estaba pagando en un pueblo de la costa por una habitación 400€, tuve suerte y encontré algo barato, pero he tenido que marcharme de allí porque no encontré un espacio donde estar tranquila".
"Encontrar casa no es tarea fácil", confirma mientras admite haber conseguido un hogar un poco más caro, pero sin precio "abusivo" gracias a una seguidora y en un pueblo pequeño de los que no tienen "nada y a la vez lo tienen absolutamente todo".
"Nunca había vivido entre montañas y está siendo una aventura, vengo de vivir en una gran ciudad donde constantemente hay estímulos y en mi nuevo hogar el estímulo son las estrellas, conocer el sonido de los pájaros, coger setas, comer pan de caserío y conocer las hojas de los árboles", añade.
La actriz disfruta estando pasando tiempo con ella misma, así que buscaba probar la experiencia de estar sola. Reconoce que en Madrid se tiende a comprar de manera compulsiva cuando una se encuentra "más sensible", incluso se realiza cualquier plan con tal de "despistar la cabeza". Pero en Euskadi una no tiene "escapatoria de mirar hacia dentro" y de escucharse.
No es la primera vez que vive en el territorio vasco, lo hizo hace cinco años en Bilbao. Aunque lo pasó "verdaderamente mal". Lo dejó todo atrás durante unos meses para poder grabar un proyecto de una serie, pero cuando terminó no encontraba trabajo de lo suyo. "Ahora a veces me genera ansiedad y miedo que me vaya mal en este trabajo de comercial, que me salga un rodaje y tener que dejarlo y no encontrar luego otro".
En Madrid, en cambio, nunca le han faltado oportunidades laborales y nunca ha tenido miedo a perder porque siempre le "salía uno nuevo". Ahora se enfrenta a nuevos retos en Bizkaia, donde, pese a sus temores, se ha entregado a la naturaleza.
San Sebastián es una de las ciudades vascas a las que es habitual profesar amor. Alfayat quedó cautivada, en cambio, por la ría de Bilbao, por la energía de la capital vizcaína y por su gente. Muestra de su amor por la villa es el dolor que le ha causado el cierre de los comercios de toda la vida, el ser testigo de una esencia que se pierde. "He estado 5 años obligándome a no venir a visitar de nuevo Bilbao porque sabía que si regresaba no me iba a poder volver a marchar de la villa".
"En mayo preparé todo para venirme a vivir de nuevo a Bizkaia y no creo que sea algo personal con la provincia: creo que me enamora el norte". Se siente estupenda entre montañas, cerca del mar y los ríos. También en Euskadi en su momento pude grabar varios proyectos y seguir alimentando mi actriz y eso me ha hecho volver a elegir Euskadi y no Galicia, Asturias o Cantabria. Aquí siempre se me acogió con los brazos abiertos y creo que hay que estar donde te sientes querida".
Su vuelta no ha sido fácil en cuanto a dejar toda su vida, de nuevo, de lado. Pero no se olvida de los aspectos positivos. "Todavía estoy en proceso de hacer mi hogar y de conocer personas con las que me sienta en casa. Eso todavía no lo tengo y a veces necesito ese sostén", porque le falta el cariño de su gente.
Aunque se encuentre lejos de los suyos, se siente con más energía que nunca por todo el cariño que recibe en la calle y lo abrazada que se siente por redes. Incluso por todo su aprendizaje sobre la identidad vasca y su lengua. "Aprender euskera está siendo una de las aventuras más bonitas, me llamaba mucho su sonoridad y la complejidad de sus palabras".
"Me apetecía acercarme al euskera para entender mejor la historia y la cultura vasca. No tengo todavía palabra favorita porque me gustan muchas, pero la palabra ortzadar ('arcoiris') me encanta. Creo que hay muchas palabras que más allá de su significado tienen su historia y eso me llama mucho la atención", apunta.