Eickholt da otro susto a los trabajadores de Gamesa
Es díficil dar con una empresa a la que el cóctel de pandemia, inflación e invasión de Ucrania le haya sentado peor que a Siemens Gamesa. La eólica de Zamudio, a punto de comenzar que Siemens Energy comience su absorción mediante una OPA, ha culminado la venta de su promotora de renovables a SSE deshaciéndose de otros 40 trabajadores. Un movimiento que, aunque conocido, llega en un momento que no contribuye nada a inspirar confianza en aquello de que los empleados no formaban parte de los problemas de la firma.
Más de uno de los trabajadores de Asteasu se preguntará, con razón, por qué no puede estar su puesto de trabajo diluido entre los 300 millones que quiere ahorrarse Siemens Energy en sinergias. Hace un mes, Reuters hablaba de que la compañía baraja deshacerse de 2.500 de los 27.000 trabajadores con los que contaba la eólica de Zamudio. Urge poner en marcha el plan Mistral y volver a hacer rentable un negocio que lo tiene todo para serlo en tiempos de crisis energética pero con la transparencia y la claridad que se echó en falta en una empresa que anunció su OPA un sábado al filo de la medianoche.