Pedro Sánchez, pirómano y bombero
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Tras haber publicado 'Manual de Resistencia' y 'Tierra Firme', el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sámchez, podría titular su próximo libro 'Cortafuegos'. El lunes, él mismo se encargó de cerrar la 'crísis' que por su propia cuenta había abierto el miércoles de la semana pasada a través de aquella carta publicada en Twitter donde planteó su posible salida del Gobierno central.
Sánchez denunció el 'lawfare' y los ataques públicos que tanto él como su familia habían sufrido en estos últimos diez años. Unos ataques similares a los que han llegado a experimentar otros tantos dirigente políticos de diferente signo e idología, pero que el líder socialista agigantó para abrir una crisis institucional.
Tensionar así a todo un país, a sus ciudadanos estupefactos, no era necesario. La reflexión sobre su continuidad podría haber sido silenciosa. Y no hablemos ya de la presunta utilidad que este amago de dimisión tiene para los propios intereses de Sánchez...
La reflexión que trata de hacer Sánchez acerca del 'lawfare' judicial, el papel de los medios de comunicación y los límites de la política es necesaria, sí. Pero no debe estar basada en intereses partidistas ni debe hacerse para consolidarse en el poder. Necesita de soluciones, medidas concretas y un debate político de calidad que incluya a todas las formaciones.