Un fotograma de 'Beekeeper: el protector'

Un fotograma de 'Beekeeper: el protector'

Cultura

Reivindicando las pelis malas (buenas) en tiempo de premios

'Beekeper: el protector' es la mejor película mala de la temporada. Y los amantes de este género la disfrutarán como nadie

19 enero, 2024 05:00

El mejor momento del año para estrenar las películas sin pretensiones, sin ansias de más reconocimiento que el de la taquilla, las palomitas y el hot dog es el verano y la temporada de premios. Y ahí es donde nos hallamos, entre los Globos de Oro, los Independent Spirit Awards, los Forqué, los Goya y los Oscar. Ahí es cuando justo se estrena 'Beekeper: el protector'. Una película mala, no lo duden, pero mala buena, porque lo que tiene de malo está bien hecho, porque esa parte mala es la que reivindica, defiende, busca y explota. Porque las películas malas también tienen su público. Porque a usted, a mí, a todos, nos gusta alguna película mala.

Vayamos por partes. Primero, 'Beekeper: el protector' es de Miramax, unos estudios de los denominados medianos y más impersonales de los últimos años. Sí, Miramax, los de 'Pulp Fiction' y 'La vida es bella', son los que ahora producen bastante morralla, cualquier producto -sí, producto- hecho al por mayor y sin alma. Segundo, el director es David Ayer, el de 'Escuadrón suicida', 'Corazones de acero' y series menores, con todas las dotes obvias de un digno artesano, de eso no hay duda. Sabrá manejar altos y poderosos presupuestos y tendrá detrás un equipo técnico más grande que una orquesta sinfónica, pero no esperen que le aporte un ápice de alma y personalidad a sus trabajos porque sencillamente no ocurrirá.

Jason Statham es buen actor, nada de lo que haga te tocará el corazón, pero, oye, qué bien mete guantazos, qué bien persigue, qué bien conduce y qué bien sonríe a las mujeres

Tercero, el guionista es del 'Salt', el de' La prueba', el de 'Desafío tota'l (la mala, la de 2012) y el de 'Los mercen4arios', Kurt Wimmer. Sin comentarios. Y, cuarto, está protagonizada por Jason Statham, el cachas calvo de moda, el guapo hercúleo de 'Megalodón',' Los mercenarios' o 'Asesinos de élite' (ojo los títulos). No es buen actor, nada de lo que haga te tocará el corazón, pero, oye, qué bien mete guantazos, qué bien persigue, qué bien conduce y qué bien sonríe a las mujeres. Es el mejor de los peores actores del momento. Y, además, produce la cinta.

'Beekeper: el protector' cuenta la historia de un agente retirado de un operativo secreto y de élite llamado, por supuesto, Beekeper, que se verá metido en una conspiración que afecta al Gobierno de Estados Unidos después de un asesinato que le interpela, que le saca de su letargo moral. El guion nos lleva de la mano para ir entendiendo -justificando, más bien- los métodos expeditivos del agente resucitado y le vamos acompañando en sus pesquisas, persecuciones y leñazos, pasándolo en grande, por un lado, y no dando crédito a tanto desatino por el otro. 

No pasará a los anales ni estará en ningún libro, pero, qué demonios, está bien hecha, te lo pasas bien porque da exactamente lo que ofrece, no es presuntuosa ni engaña a nadie

Hay una especie de obsesión en el momento actual porque todo lo que veamos en pantalla grande sea una obra maestra. En plan “ya que me gasto 10 euros en el cine, dame jamón de bellota y no mortadela”. Sin embargo, en esta época del año de tanta pata negra, trufas, huevo hilado, vino de reserva y gulas, un buen bocata de mortadela sin grandes pretensiones, sienta la mar de bien.

'Beekeper: el Protector' no hará historia del cine, no pasará a los anales ni estará en ningún libro, pero, qué demonios, está bien hecha, te lo pasas bien porque da exactamente lo que ofrece, no es presuntuosa ni engaña a nadie, es completamente consciente de sí misma y lo reivindica. Es una película mala, sí, pero es buena. Y estas películas, también son necesarias.