Star Wars: The Acolyte (Serie de TV) - Fotogramas

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Luces y sombras de The Acolyte, lo nuevo de Star Wars

Tras el estreno de los tres primeros episodios de la nueva serie del universo de George Lucas podemos afirmar que estamos ante una historia que promete. Pero que ha metido la pata con algo muy pero muy serio

14 junio, 2024 05:00

El universo Star Wars va a un ritmo desorbitado. Parece haber entrado en la velocidad luz porque cada año que pasa, lejos de estancarse, saca nuevos productos con más o menos éxito y ante una nueva y enorme expectación. Si hay un verdadero fenómeno fandom, si hay un verdadero concepto de cine postmoderno, si hay un ejemplo rotundo de lo que es la transmedialidad eso es Star Wars. Y el nuevo capítulo de este mundo inacabable es The Acolyte. Una serie que viene con polémica.

La historia comienza en el “hace mucho tiempo” del intertítulo inicial de las películas, en aquellos años, dentro de la cronología, que están antes de Luke y de Leia, antes de Vader. Es la época de la Alta República, un siglo antes de la historia que todos conocemos. Hay jedis y equilibrio en la Fuerza. Es una serie que comienza en momentos de paz, cosa rara en el este mundo. Los Sith, sin embargo, empiezan a concentrarse, a armarse, a tratar de conquistar el poder y los jedi, poderosos, numerosos, en más sintonía que nunca con la Fuerza, estarán ahí para detenerles. O no.  

Lo primero que llama la atención de la producción es que está planteada en clave casi de thriller. Hay una serie de crímenes sin resolver y una misión que busca los culpables. Los Jedi, una vez más, se ven inmersos en medio de esta trama detrás de la que están fuerzas oscuras e intenciones perversas. Lo segundo que llama la atención es que Leslye Headland, creadora de la serie, ha optado por ignorar algunas cuestiones del canon esperables en una precuela que, si bien por un lado suelen ser del gusto de los fans más enamorados de las primeras producciones de Star Wars, suelen ser siempre las que suscitan más polémicas como ocurrió en Solo o Rogue One.

Tercero, que hay un guiño LGTBI evidente que muchos han criticado como pura cultura woke por forzar la presencia de dos brujas lesbianas en la trama cuya relación desentona con la poca cantidad de subtramas románticas en todo el universo Star Wars. Y, cuarto, y esto es lo verdaderamente gordo, es la presencia de los midiclorianos como generadores de vida algo que, en teoría (y subrayamos el “en teoría”) estuvo siempre sólo reservado a Anakin Skywalker, el elegido, el único, el responsable de devolver el equilibrio a la Galaxia, el que tiene reminiscencias con el mismísimo Jesucristo y la Historia de la Salvación según el Nuevo Testamento. Si aquí “cualquiera” puede ser concebido por los midiclorianos, apaga y vámonos.

Los fans de Star Wars, entre los que se halla quien suscribe, somos capaces de encontrar cosas buenas hasta en Jar Jar Binks del que hablamos hace unas semanas con el reestreno de La amenaza fantasma, pero son también precisamente los más incapaces de perdonar los patinazos más básicos

Todo lo demás, modas, concesiones, guiños o cuotas (el “gordo” de la serie también se ha llevado su ración), son eso: modas, concesiones, guiños y cuotas. Pero, colegas de Star Wars, no me toquéis la esencia misma del mito, no le quitéis a Anakin Skywolker el sentido único y exclusivo de su propia naturaleza porque te cargas el tinglao.

No me interpreten mal. Vayamos al hecho, a lo que cualquier fan quiere saber. The Acolyte ¿es buena o no? Es buena, amigos. Es buena. Tiene personajes increíbles, espectaculares mundos, propuestas inquietantes, escenas de enfrentamiento poderosas, momentos que rozan el patetismo poético, otros casi de terror… Es potencialmente mejorable, claro, como todas, pero definitivamente entretenida y eficaz.

Los fans de Star Wars, entre los que se halla quien suscribe, somos capaces de encontrar cosas buenas hasta en Jar Jar Binks del que hablamos hace unas semanas con el reestreno de La amenaza fantasma, pero son también precisamente los más incapaces de perdonar los patinazos más básicos, los más fundamentales como aquel despertar del emperador Palpatine de la última trilogía que aún no hemos olvidado.

Véandla, disfrútenla, entiéndala y decidan si pueden perdonar lo que para esta fan es imperdonable.