Desde ningún punto de la ciudad dejarás de ver el chorro de agua que sale impulsado a doscientos kilómetros hora

Desde ningún punto de la ciudad dejarás de ver el chorro de agua que sale impulsado a doscientos kilómetros hora A. Viri

Cultura

Euskadi tiene vuelo directo con la metrópolis más pequeña del mundo: tiene restaurante vasco con Estrella Michelin

Ginebra tiene medio millón de habitantes, de los que un 40% son extranjeros

Más información: Parece Suiza, pero está en España: el pueblo vasco rodeado de montañas ideal para esta Semana Santa

A. Viri
Publicada

El tiempo que marcan los relojes en Suiza vale tanto como estés dispuesto a pagar. A tu gusto, del tamaño que desees, pero sin prisas. Ginebra es la residencia oficial de la alta relojería, donde las boutiques de las principales calles exhiben más modelos de relojes que de ropa.

Los neones, en lo alto de los edificios, se suceden con nombres de conocidas marcas capaces de certificar máxima calidad en sus acabados. Esperar un mínimo de dos años para a que el maestro relojero engaste los cientos, a veces miles de piezas, que lo componen, es bastante más sencillo que pagar lo que cuesta un peluco.

A partir de mil euros, arrancan las conversaciones en INITIUM; el límite está en la particular riqueza del comprador.

Puede decirse que Ginebra, que abrazó 1536 la reforma de Lutero, debe su prestigio relojero a la emigración de protestantes franceses e italianos, entre los que había artesanos. Con la prohibición del uso de joyas, los joyeros volcaron sus habilidades en los relojes, que no se vieron afectados por la restricción.

Cinco siglos después, la relojería es un arte que se envidia desde el escaparate y se admira en la visita del Museo Patek Philippe. De pulsera, de bolsillo, incrustado en un neceser, en un abanico, miniatura o de tamaño espectacular, pueden ser cualquiera de las 2.500 piezas que componen una de las colecciones más importantes del mundo en las que se aprecia el minucioso trabajo de esmaltado, grabado o decoración.

Los artesanos trabajaban en las partes más altas de los edificios para poder aprovechar la luz; las mujeres se encargaban del dorado, una peligrosa tarea que se realizaba con mercurio

Los artesanos trabajaban en las partes más altas de los edificios para poder aprovechar la luz; las mujeres se encargaban del dorado, una peligrosa tarea que se realizaba con mercurio A. Viri

Ginebra, que actualmente tiene medio millón de habitantes, de los que un 40% son extranjeros, y a donde diariamente llegan de Francia 100.000 trabajadores que ganan hasta tres veces más que en su país, siguió creciendo en el siglo XVII con la llegada de franceses que huyendo de la prohibición de importar tejidos indios instalaron sus fábricas en la ciudad o por el interés de familias italianas como los Medici, que introdujeron la banca.

Hoy es la segunda ciudad más verde de Europa, que se alimenta en un 80% de energía sostenible y se permite dedicar el 20% del presupuesto a la educación, la cantidad más alta de toda Europa.

También disponen de la reserva de agua dulce más grande que, proveniente del Lago Leman, nutre al 90% de la población. Agua tienen, pero no montañas, aunque así parezca mientras se pasea por el lago de Ginebra para ver de cerca la fuente Jet d’Eau que lanza su chorro hasta ciento cuarenta metros de altura, salpicando con el impulso del viento, a las viviendas cercanas.

Vistas del castillo desde el barco por el lago

Vistas del castillo desde el barco por el lago A. Viri

Cinco años después de que se hubiera construido como válvula de seguridad de la Red eléctrica de la que se surtían empresas como la relojera, fue trasladada a su actual ubicación, convirtiéndose desde entonces en el principal atractivo turístico.

Una manera de comprobar la vida del lago es pasear en un barco de la Belle Èpoque por Leman viendo montañas, puertos, viñedos y castillos que se asoman entre las orillas suizas y francesas. A orillas del lago, el Jardín inglés con su enorme reloj de flores es otro de los imponderables.

El reloj cambia de vestimenta cada poco tiempo

El reloj cambia de vestimenta cada poco tiempo A. Viri

No, el licor que lleva el nombre no está vinculado a la ciudad. Sin embargo, Ginebra, celebra los vinos que elaboran y que consumen ellos mismos casi en su totalidad.

Les Perrieres, octava generación de bodegueros y con más de 100 hectáreas de viñedos, regados por las aguas del Ródano, es la bodega más importante del cantón de Ginebra, donde hay más de 70 productores. Una curiosa manera de llegar hasta Peissy, donde se encuentra, es hacerlo en tuctuc.

La puerta al chocolate, ese dulce delicioso y adictivo que los ginebrinos elaboran con la misma precisión que los relojes, está siempre abierta a la tentación. Recorrer la ciudad en busca de las once chocolaterías incluidas en el tour y que entregan una pequeña bolsa con bombones es la manera más fácil de hacer que los niños caminen y que los adultos vayan consumiendo las calorías extras.

Ginebra, calificada como ciudad de la paz en la que la ONU tiene sede, espera al once de diciembre para rememorar el fallido intento de las tropas saboyanas de recuperar la ciudad. La olla de sopa hirviendo que Mère Royaume vertió sobre los soldados, se ha transformado en marmita de chocolate rellena de mazapán que todos comen en esas fechas.

Durante los días de celebración, la austera Ginebra se convierte en una aldea medieval por la que desfilan portando antorchas vestidos con trajes de época

Durante los días de celebración, la austera Ginebra se convierte en una aldea medieval por la que desfilan portando antorchas vestidos con trajes de época A. Viri

A los duques de Saboya pertenecía hace siglos Carouge, el barrio italiano, diseñado por encargo siguiendo el estilo de Niza. Sus casas bajas, con color, sus calles repletas de bares, restaurantes y flores la convierten en el contrapunto de la sobria Ginebra.

Pequeños comercios otorgan un carácter bohemio al barrio, lleno de vida y actividad

Pequeños comercios otorgan un carácter bohemio al barrio, lleno de vida y actividad A. Viri

Las mejores vistas de la ciudad, una vez subidos los cientos cincuenta y siete escalones, están en lo alto de la torre de la cambiante catedral de San Pedro. Sin embargo, para ver el museo arqueológico que esconde centro histórico, hay que descender

¿Sabías qué?

Sissi emperatriz fue apuñalada en la orilla del lago Lemans cuando se dirigía al embarcadero. La   emperatriz  tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de Luiggi Lucheni, un anarquista que pretendía matar al duque de Orleans quien a última  hora cambio de planes librándose de la muerte,  suerte que no corrió Sissi que no llevaba escolta.

Frankestein camina sin moverse por Plainpalais con sus cicatrices a la vista en una gran estatua de cobre. La criatura de ficción fue creada en Ginebra durante una corta estancia de la escritora inglesa Mary Shelley.

Borges vivió en la Grand Rue de  Ginebra, donde decía haber vivido sus años más felices y allí decidió pasar sus últimos días.

La ciudad tiene conexión Wifi gratis, aunque en ocasiones resulte débil.

Los hoteles facilitan una tarjeta de transporte público tantos días como dure la estancia.

La Geneve Pass permite visitar gratis la mayor parte de los museos, pasear en barca por el lago o realizar la ruta del chocolate.

¿Dónde comer?

Andrés Arocena, pese a su juventud, luce todo lo aprendido en su restaurante Le Micheline, abierto hace cinco años. Tiempo suficiente como para que las estrellas Michelin asomen en la puerta por la que los comensales, tras probar su merluza, txipirones, bacalao, coquinas… se resistan a salir.

Los sabores de la cocina vasca, adaptados por las manos de este cocinero que aprendió de Arzak y Berasategi se abren camino en Ginebra.

La experiencia de comer en Le Michelin da acceso a la carta de vinos más amplia del país. Arocena tiene a pocos metros otro restaurante Gigi

La experiencia de comer en Le Michelin da acceso a la carta de vinos más amplia del país. Arocena tiene a pocos metros otro restaurante Gigi A. Viri

Al Parc des Bastión, muy próximo al muro de los reformadores, acude la gente para hacer picnic o para comer en el Kioske des Bastions, decorado en estilo art deco.

En la orilla del lago, el bistró Eaux-Vives es el lugar perfecto para tomar una copa o comer tras tomar un baño.

¿Cómo llegar?

Vuelo directo desde Bilbao.