Ubicado en la región do Minho, la región con denominación de Origen de los Vinos Verdes, Ponte da Barca está integrado en el Parque Nacional Peneda-Gerês, el único Parque Nacional del país

Ubicado en la región do Minho, la región con denominación de Origen de los Vinos Verdes, Ponte da Barca está integrado en el Parque Nacional Peneda-Gerês, el único Parque Nacional del país A. Viri

Cultura

El norte de Portugal es ideal para los amantes del senderismo

El país luso ofrece rutas para practicar este deporte y disfrutar de vegetación, ríos e impresionantes paisajes

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El Parque Nacional Peneda-Gerês con sus casi setenta mil hectáreas atravesadas por ríos, está poblado de vegetación exuberante e impresionantes paisajes. El embalse de Lindoso que arranca en la provincia de Orense, pero ya muy cerca de Portugal, es un avance de lo que encontraremos en ese parque que los gallegos conocen como Xurés, los portugueses como Gerês y nosotros como Jurés.

Le llamemos como le llamemos, suena, y se ve, tan hermoso como el bosque de acebo del que disfrutaban todo el año los habitantes de Acedero antes de que las aguas del embalse lo cubrieran todo.

Desde Galicia, en los márgenes de la carretera, comienza la señalización de rutas de senderismo a través del parque que se vio amenazado por los incendios hace tres años y en el que las llamas del pasado verano devoraron dos mil quinientos metros cuadrados, poniendo en riesgo algunas sendas. Por fortuna, todas son transitables y en su mayor parte permanecen intactas.

Sin embargo, algunos tramos del río Limia reciben turbias escorrentías como consecuencia del arrastre de sedimentos y cenizas que contiene la tierra tras los incendios. Pese a ello, el paisaje sigue siendo impactante y se mantienen abiertas las casi 300 rutas con distintas distancias y dificultades.

Tan bonitos como en otoño, cuando las nubes y bancos de niebla se agarran a los árboles con la misma fuerza que los algodones de feria se aferran al palo, resultan los caminos en primavera, verano o invierno. De hecho, Ponte da Barca, hacia donde nos dirigimos, es un gran destino para esta actividad que en esta época del año ve las sendas tapizadas de musgo en las que se podría instalar un belén.

La idea vuelve a ponerse en marcha en Porta do Mezio, uno de los puntos más altos del Parque y centro de recepción para los turistas que en Navidad se engalana con luces y belenes visitados cada año por miles de personas. El "bosque encantado" le llaman. Y así es todo el año con sus increíbles cascadas y bellos senderos, pero en estas fechas las luces, los elfos y las sorpresas hacen a Porta do Mezio más merecedor del nombre. La entrada, gratuita para niños, cuesta 3 euros a los adultos y la recaudación obtenida se destina a recuperar el bosque perdido por los incendios.

A solo unos kilómetros, bañada por el omnipresente río Limia, Soajo, una aldea pequeña y tranquila de apenas unas calles, una iglesia y algunos bares donde se sirve comida típica, defiende con orgullo los privilegios de los que en la Edad Media gozaban sus cazadores, aunque la realidad es que consigue reconocimiento mundial por el conjunto de 24 espigueiros, hórreos de granito, verdadero tesoro arquitectónico del norte portugués.

Los espigueiros, calificados Bien de Interés Público en 1983, son estructuras de piedra del siglo XVIII cuya historia se remonta a la llegada del maíz un siglo antes

Los espigueiros, calificados Bien de Interés Público en 1983, son estructuras de piedra del siglo XVIII cuya historia se remonta a la llegada del maíz un siglo antes A. Viri

En Arcos de Valdevez, el río Vez cruzado por puentes y poldras añade en sus orillas passadiços que se adentran en la Ecovía de Portugal y llegan hasta las rutas de senderismo más bonitas del norte del país. Sus aguas claras parecen desmentir la leyenda de que en el siglo XII se tiñeron de rojo tras una encarnizada lucha entre Alfonso VII y Alfonso Henriquez y apostar, en cambio, por la resolución del enfrentamiento con un torneo, representado en el paseo por una curiosa estatua.

Aquí se creó Portugal, dice la leyenda que sostiene también que ese torneo evitó la batalla

Aquí se creó Portugal, dice la leyenda que sostiene también que ese torneo evitó la batalla A. Viri

Curiosa es también la fachada de Nuestra Senhora da Lapa, una de las cinco iglesias que se encuentran en el centro de la población. En dos mil dieciocho en la del Espíritu Santo, una de las joyas más valiosas del barroco portugués, se abrió el centro de interpretación del barroco. A su lado, la Iglesia Matriz y muy próximo a ella "Espaço  Valdevez", cuya misión es enseñar la historia del municipio. Nadie puede abandonarlo sin haberse acercado hasta uno de los monumentos nacionales más importantes, el Paço da Giela, restaurado y abierto al público en 2015. Tampoco debería de hacerlo sin admirar el arte callejero que da color a las rúas empedradas.

Algunos historiadores aseguran que el Paço comenzó a construirse antes de la Nación Portuguesa. La entrada cuesta un euro para los mayores de doce años

Algunos historiadores aseguran que el Paço comenzó a construirse antes de la Nación Portuguesa. La entrada cuesta un euro para los mayores de doce años A. Viri

 

Las intervenciones artísticas se inspiran en la historia y cultura de la región

Las intervenciones artísticas se inspiran en la historia y cultura de la región A. Viri

Ponte da Barca vincula todo su encanto al río, capaz de convertirse en playa fluvial, área de esparcimiento, lugar de recreo o espacio de desconexión. La construcción en el siglo XV del imponente puente de diez arcos asimétricos dejó en el paro al barquero que hasta entonces se encargaba de transportar mercancías entre ambas orillas. La villa con apellido en recuerdo de aquel trabajador podría vanagloriarse de casas solariegas, blasonadas, cruceiros, pazos, iglesias, mercados y hasta de monasterios, pero el puente se impone a todos ellos.

Calificado de Monumento Nacional, fue restaurado en los siglos XVIII y XIX

Calificado de Monumento Nacional, fue restaurado en los siglos XVIII y XIX A. Viri

 

Caminar a las orillas del Limia, por el Jardín de los poetas, dejarse llevar por el instinto para descubrir nuevos rincones, guiarse por el sonido de las campanas hasta localizar la iglesia del que procede y siempre seguros de que si subimos una escalinata estamos ante la iglesia matriz de São João Baptista, a la que un rayo dejó solo con una de las dos torres.

El Pelourinho de Ponte da Barca se encuentra frente al antiguo mercado, una zona porticada en la que se refugiaban los vendedores

El Pelourinho de Ponte da Barca se encuentra frente al antiguo mercado, una zona porticada en la que se refugiaban los vendedores A. Viri

Dormir

Hotel Tempus hotel & spa, a dos kilómetros de Ponte da Barca, es un hotel al que no hay que juzgar por las estrellas que lucen en su entrada, sino por su proximidad al parque de Gerês, a cuyas puertas se encuentra. Tiene como su nombre sugiere un pequeño, "doméstico", spa en el que para evitar pagar por toalla/albornoz, chancletas o gorro hay que llevarlo de casa. Con todo, lo mejor de este hotel es su estratégica ubicación “rural”.

En el restaurante hay que reservar hora para el desayuno o cena que se acompaña, si se desea, con el Vinho Verde, elaborado específicamente para el hotel a base de uva de viñedos cercanos, no en vano estamos en la región por excelencia de este vino.

El hotel dispone de 28 habitaciones, dos de ellas adaptadas a personas con movilidad reducida

El hotel dispone de 28 habitaciones, dos de ellas adaptadas a personas con movilidad reducida A. Viri

Sopas y bacalao no pueden faltar en la carta de ningún restaurante en Portugal

Sopas y bacalao no pueden faltar en la carta de ningún restaurante en Portugal A. Viri

Habitaciones amplias, con salida a la piscina exterior, y cafetera con cápsulas de bienvenida las extras cuestan un euro y minibar, también de pago.

No hay que alejarse ni un metro para caminar por preciosas rutas sin dejar de asombrarse con el Cruzeiro A Noso Senhor da Paz y la Casa da Quintã, que al igual que el PR 8, Trilho de Santo Adrião de poco más de 5 km, se encuentran ante las puertas del hotel en el que las mañanas comienzan con el canto de los gallos y el piar de los pájaros.