Economía

"Se nos pide el cierre comercial y hostelero pero sin dotarnos de medios para sostenernos"

Euskaldendak redacta una reclamación para exigir indemnizaciones por los daños y perjuicios que la pandemia está ocasionando en los sectores de la hostelería y el comercio

31 enero, 2021 05:00

Santiago Reyes es el responsable de la oficina técnica de Bizkaidendak y uno de los coordinadores de la Confederación de asociaciones de comerciantes, hosteleros, empresas de servicios de Euskadi, Euskaldendak. Reyes fue uno de los precursores de la campaña que la confederación puso en marcha el pasado mes de diciembre para reclamar indemnizaciones por los daños y perjuicios que la pandemia está ocasionado a estos negocios. El comercio local y la hostelería, dos de los grandes pilares de la actividad socioeconómica vasca, atraviesan por una crítica situación económica derivada de la crisis sanitaria. La pandemia ha reducido el número de clientes, sobre todo durante los meses de confinamiento domiciliario. Además, las ayudas y los recursos que les llegan desde las administraciones públicas se les antojan escasos. 

¿Cómo se gesta esta campaña emprendida desde Euskaldendak? 

Surgió de los comentarios que nos iban trasladando los hosteleros y comerciantes, del problema que iban viendo día a día. Incluso durante la pandemia, ellos ya hablaban de consecuencias materiales. Creímos que podría haber una responsabilidad patrimonial no solo por el estado de alarma y la falta de previsión por parte del Gobierno, sino porque detectamos problemas en cada municipio y en cada establecimiento. Llevamos desde abril estudiando el tema de las reclamaciones administrativas y patrimoniales, y eso fue generando un goteo de expedientes. Ahí llegó la reflexión. Empezamos con la campaña sin ninguna expectativa real, pero vimos que había esa necesidad de vertebrar una reclamación y decidimos llevarlo a cabo y abrirlo a todo el colectivo asociado, pero sin analizar cuál era el margen con el que jugábamos.  

 La relación que hemos tenido con el Gobierno vasco desde Euskaldendak es y ha sido de colaboración. Lo que planteamos no es en términos de agresión, sino de defensa del sector

Hasta hora contáis con medio millar de adhesiones, ¿le sorprendió esta movilización? ¿Se plantean algún límite? 

Si, a mi personalmente me está sorprendiendo la respuesta. No hay límites de adhesión, cualquier interesado puede unirse. De hecho hemos ampliado el plazo un par semanas porque hay un goteo constante de adhesiones. Además, hemos notado un aumento en las afiliaciones de hostelería, que refleja que es un sector que está desatendido.  

¿Cómo es vuestra relación con el Gobierno vasco?   

La relación que tenemos con el Gobierno desde Euskaldendak es y ha sido de colaboración. Lo que planteamos no es en términos de agresión, sino de defensa del sector. En esa colaboración, lo primero que toca es que el Gobierno conozca los datos reales. Y es que hasta ahora, esta confederación solo ha trabajado a partir de estimaciones y encuestas. Esta información sirve para tener la medida real de cuál ha sido el impacto en estos negocios. Creemos que todavía hay tiempo para valorar una indemnización antes de llegar a esas reclamaciones patrimoniales, que esperamos que sean el último escenario. Si se puede llegar con el Gobierno a una línea de indemnizaciones sin reclamar, bienvenido sea. La reclamación no es el mejor escenario para nosotros, porque esto se va a dilatar en el tiempo y va a ser más lento.  

¿Cómo van las ventas en términos generales? 

Las ventas se han reducido. Aunque varía mucho dependiendo del sector. La alimentación ha aumentado, la carnicería y la pescadería a pie de calle ahora mismo están muy bien; y la decoración, por ejemplo, se ha mantenido. Otros sectores no han tenido esa suerte. El textil y el calzado han reducido sus ventas en torno a un 50% con costes mantenidos, para ellos es una situación mala. Estamos pidiéndoles que cierren sus establecimientos, pero no les estamos dotando de medios para sostenerse. 

Las Instituciones sí anuncian regularmente paquetes de ayudas...

Son escasas. El comercio empezó a recibir las ayudas del Gobierno vasco hace dos o tres semanas. Como concepto las ayudas del departamento de Comercio están bien definidas, pero la partida es escasa para el sector que hay. La hostelería está peor. Desde que empezó esta situación, hace un año, han sufrido tres cierres. El Gobierno ha planteado una partida de siete millones para 15.000 hosteleros afectados. No es suficiente. Solo la han recibido la mitad y ha sido un total de 3.000 euros. Únicamente estos 3.000 euros representan el 20% del impacto que tuvo el primer cierre de sus locales. Por ejemplo, la hostelería que tenía producto perecedero había perdido solo en ese producto de media entorno a 15.000 euros. Eso supone aproximadamente 45.000 euros en los tres cierres que han tenido. Solamente con el ratio de producto, sin contar otros conceptos como el alquiler, personal, tasas... Y ante esto, la ayuda del Gobierno vasco ha sido de 3.000 euros, en el mejor de los casos, ya que solo la han recibido la mitad de los hosteleros. En los comercios la realidad no es muy diferente. Tienen la misma partida pero han tenido menos cierres y el impacto ha sido menor, pero solo el 10% de los comerciantes han obtenido esos 3.000 euros. También se dieron ayudas desde Lanbide, pero fueron un desastre, tanto su solicitud como la gestión de las mismas.  

La alimentación ha aumentado sus ventas y el sector de la decoración se ha mantenido, pero el textil y el calzado las han reducido en torno a un 50% con los costes mantenidos

¿Y qué tal han funcionado los bonos que salieron en la campaña de Navidad? ¿Han sido de ayuda? 

Son parches, positivos, pero parches. El comercio los ha percibido bien, se están utilizando y ha ayudado a que el comercio se mueva. Las ayudas están siendo positivas en todos los casos, pero hubiera ayudado que hubieran salido antes, y que no se confunda con periodos de consumo, como son las navidades. Nosotros ya en marzo empezamos a plantear lo de los bonos al Gobierno vasco, tenía que haber sido algo continuado a la reapertura, por mayo o junio. 

El comercio local, además, ya se enfrentaba a la competencia del comercio 'on line'...

Sí, hay problemas que vienen desde atrás. Hay una competencia desleal a la que no se le mete mano, parece que el comercio local muchas veces es ‘anti online’ y no es así. Tenemos formatos de plataforma de venta 'online'. Llevamos observando varias experiencias de este tipo que nos generan muchas dudas en cuanto a su fiscalidad. Si mi producto se vende al mismo precio, pagando el IVA con normalidad, y por otra parte, ese mismo producto está pasando la aduana sin cubrir esa fiscalidad, yo no soy competitivo y el cliente por muy buena experiencia de venta que le pueda dar no va a venir a mi porque hay una diferencia en el precio del 21%, que corresponde al IVA. Se ha informado a las autoridades competentes y no encontramos respuesta. Este es el primer problema, hay una competencia desleal con la fiscalidad.

En Euskadi se supone que en cada establecimiento hay 2,7 personas trabajando. Estas personas trabajan en un convenio colectivo provincial, pero desde la reforma laboral de 2012 hay muchas empresas que no están vinculadas a un convenio provincial, están vinculadas a un convenio estatal o peor, a un estatuto de trabajadores. Si para vender una zapatilla yo me tengo que remitir al convenio de Bizkaia, y mi competencia, que está en frente, es una franquicia domiciliada en Madrid y se remite al estatuto de los trabajadores, la diferencia de costes salariales puede ser de hasta 700 euros contando la seguridad social. Aquí volvemos a tener un problema de competencia. El problema siempre es el precio. Las grandes franquicias se llevan la tostada por una serie de condicionantes que van más allá de lo comercial, que tienen que ver con lo administrativo y con el control del cumplimiento de la legislación.  

Si la situación pandémica va a más, cambiará nuestra tendencia de consumo, nuestros horarios y nuestra forma de comprar

¿Cree usted que después de esta pandemia la población va a recurrir a los comercios que le han ayudado todo este tiempo, cuando tenía la movilidad restringida? 

Hay parte de la población que no recordará los comercios a los que iba en la pandemia, y va a volver a fijarse solo en el precio. En esos condicionantes el comercio local no puede entrar, pero hay otra parte de la población que sí que se va a acordar, pero no creo que sea mayoritario. Para nosotros, este es el momento en el que el comercio local tiene que posicionarse, tiene que visualizar su existencia, y si no lo hacemos ahora el error va a ser nuestro.  

¿La covid-19, cambiará nuestra tendencia de consumo? 

Si esto va a más, cambiará nuestra tendencia de consumo, nuestros horarios, nuestra forma de relacionarnos y sí creo que va a cambiar nuestra forma de comprar, buscaremos menos espacios comerciales.