Economía

El contrato de relevo, una reliquia de 663 vascos pendiente de renovar y con dinero de Lakua en 2023

Los sindicatos aceleran para cerrar una prórroga de la moratoria industrial y extender esta fórmula, para la que el Gobierno vasco tiene presupuestado capital para 2023, a otros sectores

19 diciembre, 2022 05:00

Con el 2022 a 12 días de echar el cierre, los calendarios legislativos, políticos y empresariales echan ya humo. En las mesas de empresas, partidos e instituciones se empiezan a acumular compromisos anuales; algunos de los cuales saldrán adelante y otros no. En la parte laboral, por ejemplo, se acumulan mesas negociadoras esta semana: la del metal de Bizkaia, la de Ibermática, la de Siemens Gamesa, la de Pepsico... y también la del contrato de relevo.

Una fórmula laboral que en 2008 llegó a estar por encima de los 5.000 contratos y que lleva desde 2013 en declive por los nuevos requisitos que hacen falta para su aplicación, que han acabado por convertirlo en una 'reliquia', con apenas 663 contratos en Euskadi durante este año... y ya está bastante por encima de los mínimos históricos. Ahora, sin embargo, la necesidad que tienen las empresas de amarrar talento joven hace que se vuelva a mirar a esta opción como una alternativa a resucitar. Se trata de una figura muy del gusto de los sindicatos y que ahora mismo está como uno de los puntos calientes de la negociación de la segunda fase de la reforma de las pensiones en Madrid.

Allí, necesitado de una renovación de la prórroga que se le concedió al contrato de relevo en la industria manufacturera, que expira a finales de este año, los sindicatos tratan de negociar todo lo opuesto a ese fin de prórroga. recuperar el viejo sistema del relevo previo a 2023. Un modelo que, en opinión de las centrales, tiene que crecer en protagonismo y extenderse de la industria manufacturera a todos los sectores. Pero los sindicatos no son los únicos que están dibujando un futuro de más protagonismo para el contrato de relevo: el propio Gobierno vasco, tal y como adelantó este periódico, tiene reservado 1,2 millones en subvenciones para esta modalidad de contrato en 2023, a lo que hay que sumar otros 700.000 euros de un programa destinado a asegurar un relevo generacional en pequeñas empresas y que también tiene el contrato relevo como base.

Ahora mismo son solo 663 los contratos de este tipo rubricados en Euskadi a lo largo de este año. La figura ahora mismo vigente permite que los empleados más mayores se reduzcan su jornada y que sea un relevista -pensado con la idea de que sea gente joven que tiene complicado acceder al mercado laboral- quien le suceda en el puesto ocupando ese procentaje de jornada que ya no hace el trabajador mayor, que puede oscilar entre el 25% y el 67%.

En el caso vasco, el grueso de los contratos tienen una duración superior a los dos años -lo cual da cuenta del importante papel de la excepción del sector manufacturero- y, aunque no hay grandes diferencias, esta figura la usan más ellas (353) que ellos (310). Aunque se utiliza habitualmente como ventana para un relevo generacional joven, el grueso de los contratados con esta figura en 2023 son treintañeros y los mayores de 45.

La cifra de cierre del año apunta a quedar ligeramente por encima de 2019, 2020 y 2021. Pero la evolución está todavía por debajo de 2018. El propio Ejecutivo de Sánchez acordó ese año, como alternativa al desierto que había generado la reforma del gobierno anterior, dar un impulso a este contrato pero únicamente en la industria manufacturera y con límite en 2023. Un empujón que ha reforzado el papel del relevo en las empresas industriales pero insuficiente como para devolverle el protagonismo general que tenía hace años.


Y es que la entrada de jóvenes a las empresas por esta vía está directamente ligada a la otra parte de la ecuación, la de las salidas. Precisamente el endurecimiento de las condiciones de acceso en 2013 tenía la motivación de desincentivar la jubilación parcial para aligerar el gasto de la Seguridad Social, un movimiento que se ha traducido claramente en una menor utilización de este contrato y que vuelve a estar en el centro del debate ahora que se está analizando en el diálogo social en España qué va a pasar con esta fórmula ahora que termina la moratoria en la industria.

Lo cierto, por lo pronto, es que esta figura se ha colado en la agenda de CCOOUGT -especialmente interesada en este aspecto por su peso en el mundo de la automoción- y de USO, cuya federación vasca fue la responsable de llegar una propuesta a este respecto en el congreso nacional de la federación de industria de la central para impulsar esta figura y exigir su prórroga con las condiciones actuales vista la "evolución favorable y positiva".