Bienvenidas, ladies breakers / BIKO

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Economía

Bienvenidas, ladies breakers

Álava repite como uno de los territorios anfitriones de The Break, programa financiado por la UE que incluye en su segunda edición formación y alojamiento en España para 720 mujeres emprendedoras europeas. “Estamos emocionadas de estar aquí. ¡Se estáncumpliendo todas nuestras expectativas!”

3 junio, 2023 05:00

Lo que llega del interior del semillero de empresas suena a inglés. Pero no inglés estadounidense, tampoco australiano o cockney. Es ese inglés que delata a quien no lo mamó desde la cuna. Y a la vez, son muchos ingleses distintos. La Torre de Babel de los acentos. El misterio se resuelve abriendo la puerta del edificio, encajado en las tripas del Casco Viejo vitoriano. Dentro, catorce chicas y diez nacionalidades europeas charlan sobre todo un poco mientras aguardan al inicio de un encuentro empresarial. Son las “breakers”. Así se llaman entre ellas. Así las bautizó la organización de The Break, un programa de emprendimiento femenino financiado con fondos Next Generation que en su segunda edición ofrece formación y alojamiento a 720 mujeres de toda la UE durante dos semanas y pico por 27 zonas de España.

Catorce aterrizaron en Álava el 20 de mayo, llegadas de Países Bajos, Francia, Bulgaria, Rumanía, Austria, Polonia, Alemania, Grecia, Hungría, Portugal, Croacia… Y tomaron el Valle de Kuartango como campamento base. Son la “cohorte de primavera” y estarán hasta el 13 de junio. En otoño, llegará una segunda tanda. Para las que ya andan aquí, el programa comenzó un par de meses antes del viaje, con asesoramiento online. La inmersión, eso sí, ha sido a las bravas. Desde que dejaron maletas en Elai Etxea y Casa Luna, los planes no han cesado. El tiempo se les escurre entre mentorías y encuentros con todo tipo de organizaciones para descubrir oportunidades comerciales, atrapar musas y tejer redes que les sirvan de apoyo en el impulso de sus propios proyectos.

“Estoy contenta, emocionada, inspirada… ¡Se están cumpliendo todas mis expectativas!”, asegura Alexandra Pelka en un castellano menos titubeante de lo que ella cree, a medio camino entre la sobriedad de su nacionalidad austriaca y la cantinela alegre de Italia, a donde se mudó “por amor”. Esta emprendedora de 27 años estudió Historia, pero pronto decidió adentrarse en el mundillo de las consultorías de sostenibilidad. Tras trabajar con marcas estratosféricas como Chanel, se atrevió a montar su propio negocio para asesorar a empresas en el camino hacia el impacto positivo. Ya tiene clientes en todo el mundo: China, India, Francia, Estados Unidos… Y aun así, quiere seguir aprendiendo, descubrir nuevas miradas, motivo que le animó a dar el “sí, quiero” a The Break.

BIKO

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El futuro de la economía es sostenible y tiene nombre de mujer

Las catorce participantes afincadas en Álava coinciden en “la oportunidad” que este programa les regala de “conocer a emprendedoras diferentes, compartir ideas y visiones”, pero también de crear redes de apoyo y explorar “colaboraciones” con negocios españoles, teniendo muy en cuenta la necesidad de promover un modelo que ponga en el centro a las personas y el planeta. Todas defienden el mantra de que “el futuro de la economía tiene nombre de mujer”. Por eso The Break se dirige a ellas: quiere ser una herramienta frente a la falta de referentes femeninos, los estereotipos o las barreras de acceso a financiación para que las posibilidades de emprender lo sean en igualdad de condiciones.

Además, a las “breakers” no les falta empeño. Un buen ejemplo lo representa Oana Romanescu, rumana de Brasov, amante de la moda desde que era niña. Es lo que estudió en París, después la vida le llevó por otros derroteros, y hace un año decidió retomar el sueño. Mano a mano con una amiga, puso en marcha “una empresa de zapatos”. Lo resume así aunque tiene tela que cortar. Se trata de una marca de calzado original, creativo y asequible “para mujeres que quieran sentirse libres”. Hay diseños modernos y otros inspirados en la estética tradicional de su país, confeccionados todos “con excedentes de otros negocios, con restos que el productor no puede usar en ningún lado”. Esto es pura economía circular aunque ahora, gracias a su experiencia en The Break, Oana quiere dar el salto y emplear también “materiales sostenibles”.

Las cabezas de las “breakers” andan efervescentes. Se nota en cada encuentro empresarial, en cada dinámica participativa, en cada espacio para seguir aprendiendo. De momento han estado en BIC Araba, dentro del Parque Tecnológico de Álava, y con AMPEA (Asociación de Mujeres Profesionales y Empresariales de Álava), todos los días tienen alguna mentoría, rascan huecos con más eficacia que Feijóo para aprender castellano y siguen dedicadas a sus propios negocios. Entre las aventuras profesionales de estas mujeres también hay un servicio personalizado de recogida y devolución de equipaje desde aeropuertos y estaciones de tren de París, un label de ropa social y sostenible que empodera a artesanas de la India, un proyecto cultural dedicado a enriquecer comunidades creativas no urbanas, un traje inteligente para mejorar los movimientos en el golf o un Centro para el Arte de la Vida en Movimiento especializado en pilates.

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El reto de convertir Kuartango Lab en referente internacional

Y por si esto no fuera suficiente, además están trabajando en un reto local. Es otra de las patas de The Break: aprovechar la diversidad de visiones y experiencias de las participantes para buscar soluciones a desafíos de los territorios anfitriones. Aquí la clave reside en Kuartango Lab, antiguo balneario del siglo XIX reconvertido en centro de emprendimiento. La idea es cocrear soluciones junto a la población del Valle y otras empresas para que la comarca y el edificio se conviertan en referentes internacionales de innovación y experimentación rural.

La selección de este descomunal desafío tiene un porqué. Kuartango Lab es sede de operaciones de BIKO, cooperativa alavesa por el bien común, una de las 27 organizaciones seleccionadas por la organización de The Break de entre las más de 60 candidaturas que se presentaron a la segunda edición para cobijar y acompañar a las emprendedoras. Hablamos de más de 5.000 metros cuadrados que poco a poco se van ocupando con un dispar menú: teatro, sidrería, coworking, semillero de empresas… A medio plazo, si los planes prosperan, también habrá coliving.

“Kuartango Lab el mejor ejemplo de cómo un problema se puede convertir en oportunidad cuando hay espíritu innovador. La excesiva superficie del edificio impedía que una sola empresa o institución se asentara en el edificio. Hacía falta poner en marcha algo diferente, hubo un proceso participativo y empezamos a ver resultados”, explica Ivan del Caz, socio cofundador de BIKO y coordinador de The Break en Álava. Además, la revitalización del viejo centro de aguas medicinales arrastra doble mérito porque se ubica en uno de los principales municipios vascos en riesgo de despoblación. Eso sí, las políticas de vivienda pública y la osadía del Ayuntamiento “están ayudando a revertir la tendencia”.

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“La gente aquí es muy abierta e inspiradora"

Las “breakers” lo saben porque llegaron a Kuartango con los deberes hechos. Y las catorce están encantadas de haberse decantado por este destino. De vivir la experiencia y de hacerlo desde Álava, disfrutando incluso de momentos de ocio, que también los hay. En el calendario de Google aparecen planes como visita al Salto del Nervión, a Rioja Alavesa o al campo de golf de Izki. “Me gusta muchísimo la región. La Naturaleza, los pueblos, las vistas desde Casa Luna, la comida...”, dice Oana, mientras sigue digiriendo el contundente menú del mediodía y vislumbra con ilusión el pintxopote que les aguarda tras la sesión empresarial.

“Además, la gente es muy abierta”, añade Alexandra. Le comenta Ivan que los vascos tienen fama de cerrados, y se sorprende: “Todo el mundo nos ha mostrado su disponibilidad, con cualquier problema o cualquier gestión, nos ayudan, nos inspiran”. El 13 de junio se acerca poco a poco y les apena pensar en despedidas. “Están pasando muchas cosas. Todo es diferente, nos llena de emociones”, coinciden. El equipo de BIKO se suma a la sensación general: “El año pasado fue nuestra primera vez. Aprendimos mucho y encaramos esta segunda edición con unas cuantas mejoras y deseos de aportar más. Es una experiencia enriquecedora para las participantes y también para el Valle”. En la Torre de Babel que es The Break, la cooperación, las ganas de aprender y compartir son el lenguaje común en el que todas se entienden.