El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha presentado el balance económico de 2022, un ejercicio "muy complicado" a nivel internacional sobre todo por la guerra en Ucrania y la inflación, aunque la tendencia es a una estabilización. Así, tras los recortes de previsiones el consejero encara con "optimismo" la segunda mitad de 2023 y asegura que en 2024 la situación será mejor, un repunte que se trasladará a los próximos presupuestos.
Así lo ha avanzado el responsable económico del Gobierno vasco, que asegura que las cuentas del próximo ejercicio permitirán "afrontar los retos de Euskadi". En ese sentido las arcas de las tres diputaciones gozan de buena salud por el continuo crecimiento del empleo y la subida de precios, lo que se traduce en una mayor recaudación vía IVA, un aumento de ingresos que da margen a la hora de trazar unos presupuestos cada vez más presionados por las necesidades sociales en el apartado del gasto.
Ya había advertido el consejero que tanto 2023 como 2024 serán años de crecimiento económico, despejando definitivamente el fantasma de la recesión. Todo apunta a que la previsión de crecimiento del PIB este año, la última del 1,6%, será revisada al alza a la vuelta del verano, según lo expresado este jueves por Azpiazu. Además, si se confirma su previsión, en 2024 el cuadro macro podría auparse claramente por encima del listón del 2% (el último cálculo es del 2,1%). Todo ello en un contexto de enfriamiento de las grandes potencias europeas como Alemania.
En cuanto al empleo se espera la generación de unos 11.000 puestos a tiempo completo este año y, en 2024, otros 16.000, cifras que también podrían revisarse al alza.