Esta misma semana se daban a conocer los datos de turistas del pasado mes de julio en Euskadi. Unos datos que el consejero de Turismo del Gobierno vasco, Javier Hurtado, calificaba de "muy positivos", ya que el número de visitantes ha crecido casi un 3% con respecto al mismo mes de 2022. Es un hecho que el turismo comienza a remontar tras la pandemia y así lo avalan los datos, de hecho, se prevé que el gasto turístico vuelva a suponer el 6,4% del PIB vasco, la cifra anterior a la pandemia.
Quienes no están tan satisfechos con la llegada masiva de visitantes son los vecinos de aquellas ciudades que más turismo concentran durante los meses estivales. Ejemplos se pueden encontrar por toda la geografía española: Mallorca, Tenerife, Málaga o Barcelona, son algunos de ellos. La situación es de tal magnitud que es cada vez más habitual oír hablar del término 'turismofobia'. Tanto es así que, recientemente, se conocía que, en algunas playas mallorquinas, los locales colocan carteles con mensajes falsos como "medusas peligrosas" o "rocas que caen" para ahuyentar a los turistas.
En el País Vasco, es en la capital guipuzcoana donde más voces discrepantes están surgiendo y piden que exista una equidad entre vecinos y viajeros. Tal es así, que algunos vecinos del Casco Antiguo de Donostia, se han unido y han conformado la asociación Parte Zaharraren Bizi con el fin de "mejorar las condiciones de vida" de los vecinos de esta zona, una de las más visitadas de la ciudad.
Desde esta asociación denuncian "la masificación del turismo". "La circulación de muchos turistas por las estrechas calles del Casco Antiguo genera molestias a quienes vivimos en el barrio, molestias relacionadas con el ruido creado y obstáculos a la circulación, obstáculos para realizar nuestras tareas diarias", señalan en su página web. Y es que aseguran que los grupos de visitantes 'se hacen' con los espacios públicos, hay mucho ruido e incluso se forman largas colas —de hasta horas— en los locales hosteleros para comer un pintxo.
En este sentido, un reciente ejemplo que denuncian desde la asociación es lo que ocurre en la plaza de la Trinidad, situada en el Casco Antiguo. Apuntan que varios clientes de los bares de la entrada de esta plaza "ocupan parte de las gradas e impiden a sus hijos practicar deporte". A ello se suma que, según cuentan, los grupos de turistas también han ocupado ese espacio. "Los intentos de colonizar Trini son interminables. La inercia del sector del ocio, el turismo y la hostelería son el catalizador, pero el ayuntamiento, una vez más, responde con buenas palabras, pero no actúa", escriben.
La proliferación de pisos turísticos
La proliferación de hoteles y pisos turísticos ha llevado a algunas ciudades a albergar más demanda de la que pueden asumir. A pesar de que Euskadi se sitúa a la cola de las comunidades autónomas en cuanto al número de plazas de alojamientos turísticos, en los últimos cinco años, han aumentado un 41,56% los apartamentos de uso turístico. "Estas plazas no están profesionalizadas y sus promotores no entienden el sector, lo que conduce a problemas de contaminación acústica, suciedad, daño al medioambiente y tantos otros", explica Marcelo Sánchez-Oro, profesor titular de Sociología de la Universidad de Extremadura y autor de 'La relación entre anfitriones y turistas: de la colonización a la turismofobia', en un artículo de El País.
En este sentido, en el mes de marzo, el Ayuntamiento de San Sebastián movía ficha y decidía suspender la concesión de nuevas licencias para la apertura de hoteles y viviendas de uso turístico en la ciudad. Una decisión que se prolongará, al menos un año, para poner freno a los efectos indeseados que el auge de este tipo de hospedajes ha causado en la ciudad, como el descontento de los residentes o la carestía de la vivienda.
El Gobierno vasco apuesta por un "turismo sostenible"
Desde las administraciones son conscientes de los problemas que esto está ocasionando. El Departamento de Turismo del Gobierno vasco asegura que apuestan por un "turismo sostenible" y es por ello por lo que ya han puesto en marcha varias medidas para revertir esta situación. Entre ellas, la desestacionalización, para atraer turismo en otras épocas del año y no solo durante el verano.
Por otra parte, desde el departamento trabajan para "atraer a un mayor número de visitantes internacionales" con el fin de aumentar la desestacionalización. Parece que este objetivo va por buen camino porque en los primeros siete meses del año, la Comunidad Autónoma Vasca ha registrado un incremento de turistas extranjeros del 24% frente al 6,5% de los nacionales. Por último, recuerdan que Euskadi es la primera comunidad que ha proclamado el Código Ético del Turismo, avalado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y en el que ya hay más de 600 empresas adscritas. "Este código aboga por el turismo responsable y sostenible. Nosotros trabajamos por este modelo y así lo vamos a seguir haciendo", precisan fuentes del Departamento de Turismo.