LAB prevé un curso de "conflictividad y huelgas", y confía en alcanzar "otra dialéctica" con ELA

El nuevo curso en Euskadi se presenta, por lo menos, movido para las empresas y las instituciones vascas. Desde LAB, su secretario general, Igor Arroyo, ha pronosticado este lunes un aumento de la "conflictividad, las movilizaciones y las huelgas" por parte de su sindicato para recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y reclamar la "dignificación de las condiciones laborales".

Un curso donde Arroyo, además, confía en llegar "a otra dialéctica" con el sindicato ELA con la que poder alcanzar "un mayor nivel de colaboración" y elaborar "una agenda compartida" entre ambos sindicatos.

En una entrevista a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Arroyo se ha referido al nuevo curso, que es "de continuidad, tanto en términos económicos como políticos". Así, ha explicado que "sigue sin recuperarse el poder adquisitivo de la clase trabajadora" y que desde su central sindical siguen observando "una postura bastante cerrada por parte de la patronal", lo que les lleva a afirmar "que este va a ser un curso de bastante conflictividad".

Los trabajadores "tienen claro que es hora de reclamar lo que les corresponde" y, por ello, "se están movilizando, se están organizando", ha aseverado, para añadir después que el pasado curso contó con muchas movilizaciones y huelgas, y que este va a compartir esa "tónica general para recoger el avance de los derechos y el poder adquisitivo de los trabajadores".

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El futuro de la relación entre ELA y LAB

Sobre la posibilidad de una nueva 'fase más colaborativa' entre ELA y LAB, según recoge Europa Press, Arroyo ha admitido que desearía "un mayor nivel de colaboración" y "una agenda compartida" con el sindicato que lidera Mitxel Lakuntza.

"Creo que es algo necesario, que es algo que demanda la clase trabajadora vasca y que es algo posible", ha insistido, para apuntar que en asuntos como "la huelga feminista o los servicios públicos" hay "oportunidad para realizar un trabajo en común".

Ha recordado que "el curso pasado no fue posible y, además, hubo unas críticas muy duras y fuera de lugar por parte de una especie de campaña de intoxicación que tuvimos que atajar de manera pública".

Sin embargo, considera que en el presente curso se pueda llegar "a otra dialéctica, a otro nivel entre ELA y LAB" que permita "por lo menos en ámbitos determinados como el de los cuidados, como la huelga feminista o el de los servicios públicos", llevar adelante "iniciativas comunes".

Trabajadores concentrados frente a la empresa Pepsico / LAB

Cambios estructurales en lo político

En el ámbito político, desde Europa Press informan que Arroyo ha asegurado que se percibe "un debate interesante abierto, tanto para la constitución del Gobierno español como a las próximas elecciones en la Comunidad Autónoma Vasca". "Son necesarios otros cambios más estructurales a nivel político y creemos que es el momento para impulsar en esa dirección", ha explicado.

El dirigente de LAB se ha referido a la pérdida salarial y a la inflación "desbocada" -aunque "más moderada" en los últimos meses-, lo que supone una situación en la que "llueve sobre mojado". En esta línea, ha recordado que el pasado año se realizaron huelgas "para reivindicar algo que es básico, que los salarios no pierdan peso frente a esa inflación", tras lo que ha añadido que durante el presente curso prevé que "en algunos de los convenios la batalla del IPC, la batalla del poder adquisitivo, va a ser también importante".

Con todo esto, LAB pretende "incidir en otros ámbitos, como la reducción de la jornada y la salud laboral", porque "la cuestión del IPC es una cuestión de mínimos, pero la ambición de los trabajadores y trabajadoras debe ir más allá y debe ser el posibilitar una vida digna y se dignifiquen unas condiciones laborales".

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Un PNV "insensible" con los trabajadores

Sobre las próximas elecciones autonómicas y el comienzo del nuevo curso político, Arroyo ha advertido de que "los conflictos no nacen por la voluntad de un sindicato determinado" sino que las centrales sindicales "tratan de atar canalizar las necesidades y demandas de los trabajadores".

En este sentido, ha indicado que "ha habido una clase política, principalmente un partido político, el PNV, y el Gobierno vasco, que ha sido muy insensible a las demandas de los trabajadores y que se ha posicionado muchas veces en situaciones de conflicto más del lado de la patronal".

"Parecía que la clase trabajadora no contaba o que no tenía voz y voto, y resulta que yo creo que se han dado cuenta (el PNV, el lehendakari Urkullu y el Gobierno vasco) que sí que tiene voz y que sí que tiene voto, y que no se puede hacer política, ni se puede seguir teniendo la hegemonía política a sus espaldas", ha sentenciado.

Con esto, ha recordado que el lehendakari "se quejó de los resultados como si las huelgas fueran algo que nacieran para perjudicarle" cuando estas "nacen de esa necesidad de los trabajadores y de esa negativa de la patronal actualizar los salarios".

Además, Arroyo ha advertido de que no ha observado "por parte de Urkullu, por parte del PNV, una voluntad de enmienda". "Tenemos que incidir en que se tienen que tomar medidas de calado que mejoren la situación de la clase trabajadora; si no se toman, vamos a ser críticos con ellos, y creo también que eso va a tener un coste electoral", ha manifestado.