El enfrentamiento entre las empresas y las verdaderas causas de la subida de la luz
La falta de un mix de generación equilibrado, la dependencia del gas y el enfrentamiento con las empresas para compensar la rentabilidad de las renovables llevan el precio de la luz a cotas desconocidas
15 agosto, 2021 05:00En sólo una semana el precio de la luz prácticamente se ha duplicado pasando de los 65 euros que se pagaban el 7 de agosto por el Mw hora hasta los 117 euros del pasado viernes. Es el resultado de concatenar cinco días seguidos con máximos históricos en el precio de la energía. Detrás de esta realidad hay una confluencia de muchas causas, pero una base permanente en nuestro paisaje energético: el mix de generación energética que no es suficiente para afrontar los picos de consumo. Sobre esa situación se han solapado el incremento del coste del gas natural, el coste de las emisiones de CO2 y la acción del Gobierno que ha tratado de reordenar la parte de impuestos y tasas de la factura de la luz desatando una pelea entre las empresas que suministran energía. Según señalan analistas del sector, son elementos que han coincidido con la ola de calor y en un escenario de grandes inversiones estratégicas que las compañías están preparando en el reto de la transformación que impulsan los fondos europeos.
En cualquier caso, el incremento del coste de la luz no sólo ha generado una tormenta política entre las diferentes formaciones, el Gobierno y la oposición, sino que también ha afilado los cuchillos entre las empresas. Repsol e Iberdrola llevan meses enfrentadas por la financiación de las primas y el 'Recove' de las Renovables a través del Fondo Eléctrico y esta misma semana las compañías de Aelec, la antigua Unesa, la patronal eléctrica, ha reclamado una revisión de la tarifa de la luz para desmarcarse de las gasistas. Todas estas causas en mayor o menor medida y según el contexto afectan al precio de la energía. Euskadi, principalmente, pero también España, parte de un problema de déficit energético. Es decir, no genera lo que consume, por lo que las compras al exterior suponen un condicionante extra.
1. Creciente importancia del gas
El Mix de generación energética es la combinación de las diferentes fuentes que se emplean para alimentar la red eléctrica. Provienen, principalmente de la energía nuclear, la hidráulica, las renovables (eólica y fotovoltaica), biomasa y gas, a través de las centrales de ciclo combinado. La combinación de este 'mix' debe atender de modo prioritario una base denominada de 'garantía de suministro' que representa la energía esencial para hacer frente al pico de consumo de cada momento. Esta energía debe ser constante y debe mantenerse inalterable aunque disminuyan las condiciones del viento o sea de noche. Actualmente, tanto en España, como en Euskadi, este flujo se obtiene en su mayoría con la actividad de las centrales nucleares. En función de la composición de este 'mix' energético la vulnerabilidad a la evolución de los precios será mayor si el papel de energías volátiles en precio es importante, como ocurre en España. Según explican los expertos este punto requiere una política energética de Estado que contemple la construcción un acuerdo a largo plazo para desarrollar las inversiones que establezcan este 'mix' para el futuro.
España y Euskadi están aumentando su dependencia del gas. El apagón nuclear y las elevadas temperaturas que aumentan el consumo hacen que las energías renovables no sean suficientes para dar respuesta a la demanda y el recurso al gas crece, aunque su coste se haya cuadruplicado en solo un año. Un termómetro de esta tendencia está en Euskadi en Bahía de Bizkaia Gas, la estación receptora de buques gasistas en el puerto de Bilbao participada por el Gobierno vasco duplicó sus beneficios en 2020 alcanzando los 22 millones de euros.
2. Cálculo del coste eléctrico en el mercado mayorista
Se trata del mecanismo por el que se fija el precio de la electricidad en el mercado en el que las eléctricas adquieren la luz que venden a los clientes finales. Su esquema de funcionamiento es por 'modelo marginalista', es decir, se establece que la útlima energía del 'mix' a la que se recurre es la que establece el precio para todas las demás. El orden para emplear una fuente u otra de energía viene marcado por la cantidad de emisiones de CO2 que genera. Así, la primera energía a la que se acude es la nuclear, luego la hidráulica, las renovables y, en último lugar, el gas a través de las centrales de ciclo combinado.
Teniendo en cuenta los costes por emisión de CO2, las últimas tecnologías en entrar en el sistema de generación están tendiendo a aumentar su precio todavía más. Este sistema de cálculo acentúa los problemas de un 'mix' energético caro. Si no se tiene capacidad suficiente de generación y es necesario recurrir a energías caras, el sistema penalizará los precios aún más en los momentos de mayor de consumo. Contar con más gigawatios de energía eólica instalada o un incremento del recurso a la energía nuclear permitiría no recurrir al gas, abaratando el coste energético.
3. La otra parte de la factura, tasas e impuestos
El coste de la luz y lo que cobran las empresas por su gestión asciende a la mitad de la factura que paga el consumidor final, la otra mitad son impuestos y tasas. El Gobierno recauda del orden de 8.000 millones de euros al año con esas tasas para financiar la subvenciones para la generación de renovables y para pagar a las eléctricas por las inversiones que han realizado en centrales energéticas que no emiten CO2, y que principalmente son las centrales nucleares y las hidráulicas. El Gobierno quiere reducir esos 8.000 millones de la factura del consumidor y repercutirlo por dos vías: El Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) que obligará a las petroleras a abonar por sus emisiones 5.000 millones para las renovables y, por otra parte, con la eliminación del pago anual de unos 1.500 millones conocido como 'beneficios caídos del cielo' que la Administración venía haciendo a las propietarias de centrales nucleares e hidráulicas.
Este anuncio ha desatado un enfrentamiento entre diferentes empresas, capitaneado por Repsol e Iberdrola, que no ayuda a un control de los precios.
4. La pelea entre las empresas y la búsqueda de rentabilidad
Las empresas que generan y comercializan la energía, según explican los expertos del sector, cuentan el acceso a un doble grifo con el que poder jugar. Con sus centrales en los diferentes tipos de energía pueden establecer que cantidad aportan al sistema de un tipo u otro estableciendo no solo el 'mix' de generación, sino el cálculo del coste en el mercado mayorista afectando a una parte importante del precio de venta de final. Pero además, los diferentes intereses y el escenario de inversiones abiertos ha generado numerosos enfrentamientos en entre eléctricas, gasistas y petroleras. La capacidad de controlar toda la cadena de producción, mecanismo de generación de precio y comercialización es un elemento de gran rentabilidad.
5. La falta de claridad y el simplismo de los discursos
Desde diferentes asociaciones del sector de la energía insisten en la necesidad de desarrollar un "discurso honesto" sobre la cuestión. Es una de las claves, no tanto para provocar la subida de la luz, pero sí para dificultar su comprensión. Apuntan que los discursos ideológicos se suelen refugiar en los simplismos de "las energías renovables son ya rentables y solucionan todos los problemas". Estos mensajes "trasladan la idea de que una transformación energética sostenible hoy supone ahorro, cuando no es así". Este desarrollo, "efectivamente, es mucho más barato que el deterioro del planeta, pero no supone un ahorro económico en el primer momento". En este sentido plantean explicar esta apuesta como una inversión, "tratando a su vez de rentabilizar al máximo infraestructuras energéticas actuales que no emiten CO2, y energías de transición".