La falta de un fabricante automovilístico en BasqueVolt dificulta el encaje en los fondos europeos

La convocatoria de uno de los PERTE (Proyectos Estrátegicos) para desarrollar con fondos de la UE más importante, la del 'coche eléctrico y conectado' está a punto de poner en movimiento más de 3.ooo millones de euros. Es la convocatoria más abultada de las líneas generales que ha diseñado el Gobierno central para repartir el fondo de recuperación de Europa y del que está pendiente uno de los proyectos principales escogidos por el Gobierno vasco en Euskadi, la fábrica de baterías de BasqueVolt, ideada para ubicarse en el parque tecnológico de Miñano, en Álava. 

El caso es que tras los últimos retrasos en la convocatoria, se esperaba para finales de diciembre pasado, el secretario general de Industria, Raül Blanco, señaló esta semana que se ultimaban los detalles y destacó el peso que tendrán los constructores y fabricantes de vehículos en los proyectos. Los grandes como Volkswagen o los agrupados en Stellantis han pedido más participación en el diseño de las líneas y mayor protagonismo para que sus fábricas de baterías se sitúen en España. Un movimiento que reduce las posibilidades de BasqueVolt para acceder a esta financiación en las primeras posiciones. Y es que, a pesar de los contactos que el proyecto liderado por el CiC Energigune ha mantenido con Volkswagen, la compañía está desarrollando su propio plan y no termina de incorporarse de un modo corporativo al proyecto de BasqueVolt. 

El Gobierno vasco contaba con obtener al menos 8 millones de euros de los fondos europeos para el lanzamiento de BasqueVolt, aunque ya ha anunciado que está dispuesto a realizar la inversión si estos no llegan.

La falta de fabricantes, como podría ser Mercedes, en el conglomerado del proyecto vasco dificulta el acceso a los PERTE que se podrían dirigir con más volumen a iniciativas que lideran las propias empresas constructoras. Así, Volkswagen ya señala a Valencia para desarrollar su fábrica de celdas de batería. La semana pasada la Generalitat Valenciana adquirió 5,6 millones de metros cuadrados al lado del polígono logístico de Sagunt para preparar esta infraestructura. 

Es necesario diferenciar las fábricas de baterías de las de celdas de batería. BasqueVolt está centrada en esta segunda opción, gracias a la tecnología que desarrolla para construir los elementos de la batería en estado sólido, lo que permite una mejor eficiencia, más duración y menos desgaste en la recarga. Así las cosas, los esfuerzos de CiC Energigune y del equipo que dirige  Nuria Gisbert se centran en hacer valer la tecnología desarrollada para que la celda de batería se pueda "vender a los 'Battery Pack makers' (fabricantes de baterías completas)", se trata "del elemento corazón, pero lleva más elementos ensamblados". Por tanto, el objetivo es buscar un hueco en el mercado y no depender solo de un fabricante. Así lo explicaban fuentes del Gobierno vasco.

El Gobierno vasco ya ha señalado que el proyecto de BasqueVolt seguirá adelante, independientemente de los recursos que obtenga de Europa. De hecho, como ya adelantó 'Crónica Vasca' una de las funciones del consejero delegado que se incorporará al proyecto es concretar la financiación y completar los socios que participarán en la iniciativa. Una financiación que deberá alcanzar los 707 millones de euros que según se recoge en la iniciativa se reparten con una financiación pública de 56 millones de euros entre el Gobierno de España, con 48 millones, y 8 millones que aportaría el Ejecutivo vasco. Una cantidad, la recogida por Euskadi que estaría condicionada a la recepción de los fondos europeos Next Generation. La inversión privada, en cambio, ascenderá a 276 millones. Mientras que el grueso de 375 millones de euros se esperan obtener de los Fondos de Innovación de la Unión Europea, un instrumento de financiación europeo para cumplir con los compromisos de neutralizar la emisión de gases 2050.