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La bajada del mercado frena el plan de crecimiento de Arcelor Mittal Sestao

La multinacional descarta por ahora elevar producción e incorporar eventuales como estaba previsto ante el descenso de pedidos para el tercer trimestre

30 junio, 2022 05:00

No hay buenas perspectivas para el sector del acero después del verano y se teme que el escenario pueda traer consecuencias en algunas factorías. Arcelor Mittal empieza a dejar síntomas de que vienen malas noticias para el negocio en Europa, el más significativo la parada antes de lo previsto de un horno alto en Dunkerque, en Francia, por la bajada de la demanda y la presion de los costes energéticos. Cuando la actividad empieza a flaquear en Europa una de las primeras plantas en echarse a temblar es la de Sestao, sobre la que no se ha comunicado previsión de nuevas paradas pero sí ve cerrarse la puerta a poder acometer a corto plazo los planes previstos. La apuesta por elevar el volumen de toneladas a lo largo de este año para tener la factoría a pleno rendimiento no va a materializarse ante el bajón de la demanda que se anticipa para el otoño.

La Acería Compacta de Bizkaia (ACB), siempre en la cuerda floja, retorna a la incertidumbre después del optimismo que se había generado en los primeros meses del año, con un regreso a la actividad tras los parones por los costes eléctricos a la que se sumaba un plan de expansión que tenía por meta alcanzar la plena capacidad, 1,6 millones de toneladas de bobina de acero, el año que viene. Ese horizonte de pleno rendimiento no solo se desdibuja llegado el ecuador de 2022, es que se ve prácticamente inalcanzable teniendo en cuenta que los ritmos productivos no han crecido estos meses.

Se mantiene así el calendario diseñado en el arranque de la primera semana de marzo tras más de tres meses de parada asociada a los altos costes eléctricos. El ritmo sigue siendo de 45.000 toneladas mensuales sin que se haya podido incrementar el ritmo como estaba previsto. Y, con la parada programada de agosto para labores de mantenimiento a la vuelta de la esquina, las previsiones para el otoño no auguran un acelerón. Y es que antes de poder poner la factoría a pleno rendimiento con las dos líneas productivas en marcha hay un escalón intermedio que pasa por pasar de las actuales toneladas a 80.000 mensuales, un salto que requiere de la configuración de cinco equipos para poder producir de forma continuada. A partir de ahí sería suficiente con poner en marcha la segunda línea, cuya puesta a punto se materializó en esta última parada invernal, para llegar al tope de 1,6 millones de toneladas.

A nivel de plantilla, en ese trayecto se marcaba el objetivo de recuperar la cota de los 370 trabajadores con la recuperación de los eventuales que dejaron de trabajar las pasadas navidades. La planta viene dando pasos en ese sentido y ha consolidado a un grupo de temporales este año tras producirse salidas por jubilación, pero la meta de alcanzar los 370 empleos que son necesarios para elevar el listón a 80.000 toneladas mensuales parece inalcanzable. Fuentes de la compañía indican que los planes de crecimiento de la producción quedan paralizados, al menos de momento, debido al difícil contexto en que se maneja ya el mercado, con bajada de pedidos de cara al tercer trimestre.

Por un lado aprietan los costes eléctricos y, por otro, el precio del acero sigue a la baja debido sobre todo a la concurrencia en el mercado europeo de nuevo producto procedente de India o Turquía para suplir al acero ruso. Una llegada de nuevo acero barato que hace que no se vislumbre el fin de la caída de precios iniciada hace unos meses. Los analistas llevan tiempo apuntando a que la situación debe normalizarse pero el hecho es que el aplanamiento de la curva no llega.

Planta de Arcelor Mittal en Olaberria. / EFE

Planta de Arcelor Mittal en Olaberria. / EFE

El convenio, en compás de espera

Así las cosas Arcelor Mittal ha optado por paralizar las negociaciones con el comité para renovar el octavo acuerdo marco que afecta a todas las plantas de España, unas conversaciones ya complejas por la elevada inflación y a las que ahora se suma un escenario más oscuro de lo previsto a nivel de demanda en el tercer trimestre. La compañía indica que prevé poder sentarse con los sindicatos de nuevo en septiembre, una vez se tenga más claro cómo está en ese momento el mercado y, además, pueda conocerse ya el impacto de las medidas impulsadas por el Gobierno español en torno a la factura energética de las empresas y las emisiones de CO2.

En los últimos contactos esta semana la dirección ha trasladado a los sindicatos asimismo negociar nuevas medidas de flexibilidad en forma de ERTE, una realidad a la que las fábricas españolas del grupo llevan tiempo acostumbradas. En Euskadi la multinacional angloindia cuenta con cerca de un millar de trabajadores repartidos entre Sestao, Etxebarri, que mantiene el buen ritmo y fabrica aceros y hojalatas para sectores como la alimentación, y las instalaciones guipuzcoanas de Bergara-Olaberria, que siguen operativas pero buscando la concentración de producción en horas con las tarifas energéticas más bajas.