Hay preacuerdo en el Metal de Álava, que logra firmar la paz social y desactivar las tres jornadas de huelga previstas esta semana. El punto de entendimiento alcanzado por la patronal SEA y los sindicatos LAB, CCOO y UGT tiene un peso específico no solo por desbloquear un sector de gran importancia en Euskadi, también porque la fórmula salarial pactada, que garantiza el mantenimiento del poder de compra al término del convenio en 2025, podrá ser utilizada en otras mesas negociadoras.

Ya la primera mitad del verano fue muy fructuosa para la negociación colectiva vasca con la firma de media docena de sectores pero el preacuerdo en el Metal de Álava es un paso adelante cualitativo, un punto de inflexión. Y todo eso cuando desde ambas partes, empresarios y sindicatos, se reconoce abiertamente que estamos a las puertas de un otoño muy complicado en las empresas que se va a traducir en un aumento de la conflictividad.

Con grandes grupos industriales con la negociación del convenio aparcada, caso de Arcelor Mittal o Nervacero, y otro sector de mucho peso como es el Metal de Bizkaia a las puertas de nuevos paros, el preacuerdo en la industria alavesa es un importante paso adelante que sin duda contribuye a rebajar el clima de tensión laboral que se anticipaba para los próximos meses. El primer indicador en ese sentido será lo que ocurra en la próxima cita negociadora del Metal de Bizkaia de finales de mes y si, como ha ocurrido en Álava, la patronal FVEM entra a negociar alguna de las grandes demandas sindicales para desatascar la negociación. Las centrales ya han advertido de que si no se produce un movimiento en esa reunión habrá más huelgas a comienzos de octubre.

Imagen del piquete en Mercedes Vitoria durante la huelga del metal en Álava. / Twitter @ArabakoElaMetal

Un acuerdo inesperado

Y es que la mesa del Metal alavés se ha desbloqueado de forma inesperada. Ha sido decisivo para ello el movimiento de los empresarios alaveses, como han reconocido los propios sindicatos, que habrían entrado este lunes a valorar una reducción de jornada y otras cuestiones relativas a la seguridad, igualdad y contra el acoso sexual. Y esa ha sido la llave del acuerdo y no tanto encontrar un camino en torno al tema salarial, que finalmente se resuelve con un pacto de rentas por la vía de las cláusulas de revisión al término del convenio, es decir, no se garantiza la inflación año a año pero sí cuando termine el plazo de vigencia en 2025.

En concreto, se firma, además de una actualización de tablas a 31 de diciembre de 2021 del 2% para los salarios inferiores a

18.000 euros y del 1,5% para el resto, incrementos de: 6,5% este año, lo que sí equivaldría a la inflación del pasado ejercicio; el 3% en 2023; el 2,5% en 2024 y el 2% en 2025. Un pacto de rentas que en última instancia se tendrá que dirimir cuando termine el nuevo convenio, cuando habrá que valorar si los 25.000 trabajadores afectados han perdido o no poder de compra y, en su caso, aportar las empresas ese desajuste que corresponda.

Concentración del Metal de Bizkaia en Astilleros Murueta en Erandio. / CV

Subrogación, espejo para Bizkaia

Por otro lado, se acuerda una reducción de jornada de ocho horas para la vigencia del convenio. En materia de subrogación, la misma se aplicará al sector del mantenimiento, así como al sector de instalación y mantenimiento de fibra óptica y línea telefónica. Esta última cuestión es importante ya que la subrogación fue la llave que permitió el acuerdo en la industria vizcaína en 2019 tras un largo conflicto. Entonces se pactó incluir este elemento legal (el mantenimiento del empleo en caso de cambio de contrata por parte de la empresa principal) únicamente en actividades de mantenimiento, y el objetivo sindical este año es ampliar este espectro. La fórmula alavesa podría ser un espejo en el que mirarse patronal y sindicatos en Bizkaia.

Como punto gris del preacuerdo hay que remarcar la ausencia del mayoritario ELA, que tampoco firmó en Bizkaia en 2019. Sale adelante en todo caso en Álava un acuerdo de eficacia general que consolida una cada vez más prolífica mayoría sindical en Euskadi como es la conformada por CCOO, UGT y LAB. El sindicato de la izquierda abertzale aporta su firma a un sector tan relevante como el Metal alavés el mismo día en que ha confirmado su regreso al Consejo Económico y Social (CES) vasco dentro de su apuesta estratégica por repensar su política de participación institucional.