Parecía que la excepción ibérica iba a reanimar la cogeneración pero, salvo un tímido repunte en noviembre, los datos muestran que este sistema para generar electricidad y calor, principalmente con gas, continúa bajo mínimos. De hecho Euskadi, donde hay empresas muy relevantes que usan esta tecnología como Michelin, Petronor, Unilever o las grandes papeleras, está entre las comunidades con peores números dentro de "la debacle" generalizada de esta actividad en España. Tras cerrar 2022 con una caída en la producción del 69% el año 2023 ha comenzado incluso peor, con una bajada en enero del 77% respecto al inicio de 2021, según datos de la patronal Acogen.
"La industria de cogeneración ha sido la gran discriminada del tope al gas", dice el director general de la agrupación del sector en España, Javier Rodríguez. "El Gobierno ha decidido apostar por los ciclos combinados de las grandes energéticas (la alternativa para compensar el agujero energético que deja la cogeneración) en vez de por una generación que es un 30% más eficiente", lamenta Rodríguez.
En esencia lo que denuncia el sector es que las medidas del Gobierno central llegaron tarde y para cuando lo hicieron prácticamente había amainado ya la tormenta del gas. Es decir, el parche había perdido su efectividad. En cambio, la opción de la retribución (las plantas pueden optar por el mecanismo de la excepción ibérica o por cobrar por la electricidad que se genera) se hace en base a un cálculo que "está obsoleto". "Es como si te dicen que el litro de gasolina está a un euro. No, hace mucho tiempo que está casi al doble", dice el director de Acogen. Las compensaciones sí permitieron arrancar algunas plantas en noviembre, cuando sí se notó un cierto repunte en Euskadi, pero en diciembre y sobre todo este pasado enero la situación ha vuelto a ser de auténtico parón.
Nuevo sistema en pocas semanas
En España dos tercios de las plantas de cogeneración están paradas y la situación en Euskadi es incluso peor, advierte Acogen. La caída del año pasado en la cogeneración vasca duplicó el descenso producido en España, de algo más del 30%. Sufre principalmente el sector papelero (Smurfit Kappa o Papresa), así como el de alimentación (Iparlat, la conservera Salica o Unilever) y también hay grandes compañías que generan electricidad por esta vía como Michelin o Petronor. En total son 87 las plantas que cogeneran en el País Vasco con una potencia total de unos 360 MW que parecía podían recuperarse cuando se anunció su inclusión en la excepción ibérica pero que, consumidos ya dos meses de 2023, siguen sin aprovecharse.
La esperanza es que el cambio regulatorio que se reclama desde la patronal llegue ya y permita dar la vuelta a estos malos números de arranque de 2023. El propio Rodríguez asegura que el Gobierno español promete instaurar un nuevo sistema de cálculo de esas retribuciones "en dos o tres semanas". "El tiempo se agota. Si no llega ya el nuevo marco retributivo, la debacle estará servida y el sistema actual colapsará las plantas el 1 de julio. España perderá una gran oportunidad para la descarbonización", señala el director de Acogen, que indica que ya hay ejemplos de cogeneración en base a hidrógeno y biogás. Se reclama certidumbre y seguridad tanto a la hora de operar como a la hora de acometer nuevas inversiones.
Hay que recordar que las ayudas a la cogeneración eran uno de los puntos destacados del plan energético que elaboró el Gobierno vasco en el peor momento de la tormenta energética, junto a otras como la mejora del sistema de interrumpibilidad, y la inclusión de este sistema de generación de electricidad y calor en la excepción ibérica fue muy celebrado en Euskadi. Los datos de utilización señalan en cambio que hace falta una nueva fórmula para poder mantener este sistema de generación energética.