EmakumeEkin se trata de una asociación que reúne a mujeres emprendedoras y empresarias en Euskadi y que lucha por erradicar la desigualdad de género que también se produce en este ámbito. Su nueva presidenta, Izaskun Rama, conoce en primera persona las dificultades de emprender. Estudió Administración y Dirección de Empresas en la Facultad de Sarriko de la UPV/EHU y acumula quince años de experiencia trabajando por cuenta propia como profesional en materia de consultoría de emprendimiento y formación.
-¿Con qué objetivo empezasteis en EmakumeEkin hace ahora diez años?
Sí, justo ahora hemos celebrado nuestro décimo aniversario y EmakumeEkin surgió entonces, de la mano de cinco emprendedoras que se juntaron y empezaron a hablar de ciertas cosas que les pasaban y empezaron a identificar que había una cuestión de género por debajo. Nació con el objetivo de apoyar, visibilizar, generar referentes y poner encima de la mesa que hay otras maneras de emprender, que necesitamos otras herramientas para emprender y que en el emprendimiento también hay desigualdad, como en muchos ámbitos de la vida.
-¿Cuál es el perfil de las mujeres que emprenden en Euskadi y en qué sector lo hacen?
Lo más frecuente es que las mujeres emprendan entre los 35 y los 45 años y la media en Euskadi está en los 42 años. Normalmente es pasada la maternidad y emprenden, fundamentalmente, en el sector servicios.
-¿También existe infrarrepresentación femenina a la hora de emprender en sectores técnicos e industriales?
Sí. Por eso es necesario trabajar mucho para fomentar la parte steam, pues cada vez hay más mujeres trabajando y emprendiendo en esas áreas, pero todavía tenemos que realizar mucha labor para crear referentes en ciertos ámbitos que han estado más masculinizados.
A las mujeres siempre se nos ha relegado a las tareas de cuidado, de estar pendientes de los demás, de no tener iniciativa... Al final son los roles que nos ha asignado la sociedad y luego nos encontramos con que para poner en marcha un negocio, a la hora de tener iniciativa o poner precio a tus tenemos dificultades porque no hemos sido educadas en ese sentido.
-¿Existe una brecha en materia de emprendimiento entre hombres y mujeres? Es decir, ¿emprenden el mismo número de mujeres que de hombres?
Sí, incluso ahora puede que incluso haya un poquito más de mujeres emprendedoras que hombres, pero la forma en la que emprendemos las mujeres y los hombres no tiene nada que ver. De hecho, la mujer emprende con la mitad de capital que un hombre.
-¿Por dificultades añadidas a la hora de acceder a la financiación?
Sí, creo que hay ciertas barreras de financiación también. Hay algo de desconfianza cuando una mujer presenta su negocio. Pero además ellos destinan una media de 30.000 euros, mientras que nosotras estamos en 15.000 euros, y eso las que piden financiación, porque muchísimos emprendimientos liderados por mujeres comienzan con ahorros. Las labores de economía doméstica y de gestionar la casa que históricamente hemos realizado las mujeres se ven reflejadas en el emprendimiento.
-De ahí la importancia de tener en cuenta la perspectiva de género también en el emprendimiento.
Sí. Intentamos identificar problemas que tenemos para poner herramientas que nos ayuden, porque no somos conscientes de por qué o de dónde puede, pero cuando empiezas a quitar capas encuentras con que todo viene del ideario colectivo, de cómo nos han educado. Siempre nos han dicho eso de "calladita estás más guapa" y ese tipo de frases. Y luego, cuando sales a vender piensas que no estás capacitada para exponerte y hacer tareas comerciales, tenemos miedo a sobresalir y a ganar dinero, entonces cuando nos preguntan hablamos todo en forma pequeñita. Decimos eso de "tengo una empresita", es decir, nosotras mismas nos empequeñecemos. De hecho, en EmakumeEkin tenemos un glosario muy divertido con algunos 'palabros' que utilizamos para intentar recoger las cosas que nos pasan.
Tener que poner un precio a nuestros servicios también nos supone gran dificultad porque cuando eres tú el servicio te tienes que dar valor a ti misma y según la relación que tenemos las mujeres con el dinero parece que nosotras no podemos ganar dinero, que con un poquito, ya nos vale. Si le preguntas a un hombre cuánto quiere ganar lo dice sin problemas, mientras que nosotras respondemos con el mínimo con lo que nos apañaríamos.
Otro comportamiento muy habitual es el auto regateo. Cuando te piden presupuesto y al prepararlo crees que la cifra que sale no te la van a pagar, entonces tú misma ya te lo bajas. Y lo que hay que hacer es todo lo contrario, subirla (sonríe).
-¿Considera necesario trabajar en red?
Claro, porque el emprendimiento es un proceso muy solitario y ayuda mucho poder compartir las dificultades que se presentan en este camino. Todos los años realizamos unas jornadas, con el apoyo de la Diputación de Bizkaia, relacionadas con la innovación, donde contamos con la participación de mujeres referentes de otros países. Este año hemos celebrado la quinta edición y han venido representantes de Berlín, ha sido muy enriquecedor.
-¿Cuáles son las razones o motivaciones de las mujeres que emprenden? ¿Es un camino vocacional o más bien obligado?
Normalmente es más un emprendimiento por necesidad que por oportunidad, pero depende del sector porque si eres fisioterapeuta o artista lo más probable es que sea el camino que decidas seguir. Pero hay muchos casos en los que después de la maternidad, muchas mujeres que han dedicado parte de su vida a cuidar, que han elegido cuidar de forma totalmente lícita, cuando han querido reincorporarse al mercado de trabajo se encuentran con 45 años y con muchas dificultades porque se les cierran muchas puertas. Entonces encuentran en el emprendimiento otra vía de entrada.
-¿Y qué forma empresarial es la más habitual en las mujeres?
-Hay cada vez mujeres con empresas más grandes, pero en su mayor parte tienen estructuras pequeñas, principalmente como autónomas que colaboran con otras autónomas, pero hay más porcentaje de mujeres que de hombres que están dentro de formas jurídicas de economía social o cooperativas.
-¿Tenemos más miedo a fracasar las mujeres?
Yo creo en la diversidad de formas que hay de hacer las cosas en una empresa. Venimos de unos modelos muy hegemónicos de crecimiento, escalabilidad...
-Pero el éxito es un término con muchas concepciones distintas. Quiero decir, que porque tengas una empresa pequeña no quiere decir que no tengas éxito...
Tú puedes tener el éxito que tú consideres, es decir, para ti el éxito es un concepto y para otra persona puede ser otro, y tu manera de hacer las cosas y tu modelo de negocio no tiene que ser una réplica de lo que hace otro. Es bueno inspirarse, conocer lo que hacen otros, pero hay que saber que la diversidad de modelos posibles es muy grande.
-¿Cómo se lleva eso de la conciliación con ser autónoma o tener tu propia empresa?
Una de las desigualdades con la que nos encontramos también las mujeres es con que tenemos que cuidar de los hijos, de los padres, etc. ¿Cómo se compagina? Pues hay mujeres a la que emprender le echa para atrás, porque creen que no va a poder conciliar, mientras que otras valoran la flexibilidad que da tener tu propio negocio o organizar tus servicios, pero es un arma de doble filo.
Si no pones límites, parece que tú siempre puedes hacerlo todo. Llevar a los críos al colegio, al médico... Como eres autónoma, parece que puedes hacerlo, entonces se produce una desigualdad, porque tú necesitas más horas para desarrollar tu negocio que un hombre, ya que tienes limitadas las horas disponibles para hacer tu trabajo.
Hay muchas mujeres que emprenden después de la maternidad con el deseo de poder conciliar, pero luego se dan cuenta de que es muy difícil sacar proyectos adelante y a veces se hace muy duro.
-¿Cuáles son vuestras principales reivindicaciones como empresarias y emprendedoras?
El año pasado, desde EmakumeEkin promovimos un manifiesto, que suscribieron otras 15 asociaciones de mujeres del País Vasco, y que presentamos al Parlamento vasco para que lleven a cabo medidas correctoras a través de políticas públicas que puedan corregir las desigualdades que nos encontramos las mujeres en este ámbito.
Hablamos de la desigualdad económica en el emprendimiento y para ello nos gustaría que, al igual que se hace con la brecha salarial por cuenta ajena, que en Euskadi es del 17 % entre hombres y mujeres, se calculase la brecha salarial que existe entre los hombres y las mujeres que trabajan por cuenta propia.
Sabemos que las mujeres que han trabajado por cuenta propia tienen una pensión media que es casi un 30% inferior a la de los hombres que han trabajado también por cuenta propia, lo que viene a dar un poco pistas de lo que podemos encontrarnos. Son datos de 2014, cuando las pensiones medias de este colectivo de mujeres era de 586 euros. Es decir, aunque ese dato haya mejorado en 2023, estamos hablando de niveles de pobreza que no se corresponden siquiera con la pensión mínima. Estamos hablando de empobrecimiento de las mujeres.
-Otra de las medidas que proponen es la de promover una cuota de cotización específica para personas cuidadoras, tanto de menores como de mayores.
Sí porque al final el día tiene 24 horas para todo el mundo y, en teoría, dedicamos ocho horas al día a trabajar, pero si además tienes que hacer tareas de cuidado que te impiden trabajar igual sería necesario que no tengas que pagar la cuota de autónomos completa sino que pudiésemos suscribirnos a una cotización específica para personas cuidadoras.
-Y también denuncian que las ayudas de los fondos europeos no están llegando a las empresas lideradas por mujeres.
Eso es. Nos gustaría saber a qué empresas están llegando los Fondos Next Generation de Europa y quién lidera estas empresas. Porque nosotras lo que vemos es que las empresas lideradas por mujeres, que en general tienen estructuras más pequeñas, nos estamos quedando fuera de estas ayudas. Con lo cual, una vez más nos quedamos fuera de la economía y hacen falta medidas correctoras de estas desigualdades.