Iberdrola rescinde un nuevo contrato de eólica marina en EEUU

La filial de Iberdrola en Estados Unidos, Avangrid, está realizando unos movimientos que, aunque son práctica habitual en el sector energético, están siendo analizados con gran cautela en el mercado financiero. La semana pasada sus acciones bajaban por debajo de los 30 dólares, su mínimo histórico en la Bolsa de Nueva York, ante la incertidumbre generada acerca de sus planes de futuro.

Y es que la compañía se ha visto obligada a rescindir un nuevo contrato de eólica marina en Estados Unidos, el segundo en menos de un año, debido a la inflación, los elevados intereses y el incremento del precio de los materiales necesarios en la fabricación de los aerogeneradores flotantes, que también se han disparado en el continente estadounidense.

Precisamente el pasado mes de julio, Iberdrola prestó mil millones de euros a Avangrid en unas condiciones más ventajosas que el mercado bancario, pero principalmente para demostrar respaldo a la filial, creada a finales de 2015 a partir de la fusión de Iberdrola USA con la eléctrica estadounidense UIL.

El presidente estadounidense, Joe Biden, con Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola.

Pero las últimas noticias relacionadas con Avangrid han provocado una gran merma en la confianza de los inversores. Y es que la filial estadounidense ha rescindido los acuerdos de compraventa de energía suscritos en Park City Wind, uno de sus principales proyectos de eólica marina en EEUU, en el que había anunciado una inversión de 1.200 millones de euros para construir un parque de 804 megavatios en la costa del estado de Connecticut. 

La causa por la que habría rescindido sus acuerdos de compraventa de energía en este proyecto sería la misma que la que, a finales del año pasado, le hizo dar marcha atrás en el parque Commonwealth Wind de 1.200 megavatios proyectado en Massachusetts, en el Estado de Nueva Inglaterra. Y no es otra que porque no le saldría rentable al tratarse de “un proyecto no financiable en las condiciones de los contratos existentes”, según explica la compañía, que ha asegurado, a través de un comunicado, que su decisión ha sido tomada al considerar que “las condiciones pactadas no garantizan su viabilidad económica”.

Sin embargo, Iberdrola asegura que “en ambos proyectos su deseo es el de seguir adelante, avanzando en los diferentes trámites y permisos”, por lo que se presentará en las nuevas subastas con la esperanza de que las nuevas ofertas se enmarquen dentro de un proceso competitivo que tenga en cuenta el aumento de costes sin precedentes que ha experimentado el sector. 

Por otro lado, hay que recordar que Iberdrola continúa al frente de Vineyard Wind, también en Massachusetts, que, según sus previsiones entrará en funcionamiento antes de finalizar el año y se convertirá en el primer proyecto eólico marino a gran escala en Estados Unidos.

Iberdrola ultima sus proyectos de eólica marina de 'Saint-Brieuc' y 'Baltic Eagle'. IBERDROLA

Retroceso de la eólica marina

Hace un año, Avangrid fue la primera compañía desarrolladora de eólica marina en Estados Unidos en "hacer públicos los vientos económicos en contra y sin precedentes que enfrenta la industria, incluida una inflación récord, interrupciones en la cadena de suministro y fuertes aumentos de las tasas de interés", lamenta a través de un comunicado.

Al igual que tuvo que abonar una multa de 44 millones de euros por cancelar su proyecto Commonwealth Wind en Massachusetts, para el que contaba con una inversión estimada de 4.240 millones de euros, ahora, con su nuevo fallido parque en Connecticut, deberá abonar la correspondiente multa.

A pesar de los últimos reveses, Avangrid, que dispone de 37.000 millones de euros en activos, sigue siendo económicamente solvente. En la actualidad está presente en 24 estados y tiene desplegados más de 130.000 kilómetros de líneas eléctricas a través de ocho distribuidoras de Nueva York, Connecticut, Maine y Massachusetts. Además, gestiona 10.000 megavatios de capacidad instalada aproximada, de los que más de 8.600 proceden de energías renovables, principalmente de energía eólica y solar fotovoltaica.

No obstante, la deriva que experimenta Avangrid podría servir de ejemplo de la deriva de la energía eólica marina, cuya tecnología no ha cuajado en Reino Unido por sus elevados precios, y cuyos planes de expansión han empezado a retroceder en Estados Unidos, a pesar de que los planes de su presidente, Joe Biden, pasan por alcanzar los 3.000 MW de capacidad eólica marina en 2030. Y es que se está produciendo un goteo de contratos frustrados. Uno de los últimos casos es el del parque de Massachusetts denominado SouthCoast Wind, recientemente cancelado por la estadounidense Ocean Winds y la británica Shell.