Petronor acogerá la primera hidrolinera de Euskadi en sus instalaciones de Abanto-Zierbena

El coche de hidrógeno es algo que aún suena más a ciencia-ficción que a realidad, pero son varias las empresas que están tratando de desarrollar esta tecnología. Aquí tenemos el ejemplo de Petronor, quien apuesta por avanzar en la implantación de esta alternativa en suelo vasco y acaba de anunciar la inminente instalación de la primera hidrolinera -también llamada hidrogenera- de Euskadi.

Para este primer surtidor de hidrógeno, impulsado por Repsol y el Ente Vasco de la Energía (EVE), se ha elegido como emplazamiento el Parque Tecnológico de Ezkerraldea-Meatzaldea, en Abanto-Zierbena, donde la petrolera vasca acaba de inaugurar sus nuevas oficinas del Energy Intelligence Center.

Se trata de una localización estratégica, ya que permitirá que la flota de Petronor pueda repostar para realizar sus trayectos internos entre el Parque Tecnológico y su planta productiva en Muskiz. Por el momento, la hidrolinera será utilizada por sus coches de hidrógeno, pero también por los primeros autobuses y vehículos pesados abastecidos por este gas y que pertenecen a la plataforma logística de movilidad del propio parque, que espera ir recibiendo poco a poco nuevas empresas.

Detalle de las tuberías del electrolizador para la generación de hidrógeno. Petronor

Los puntos fuertes y los puntos débiles del coche de hidrógeno

Pero dejando a un lado todo el ecosistema necesario para que el vehículo de hidrógeno pudiera despegar, y centrándonos en sus fortalezas y debilidades, vemos que una de sus ventajas es su autonomía. Y es que es capaz de alcanzar los 650 kilómetros. Además, el tiempo necesario para rellenar su tanque es el mismo que el que necesita un coche de diésel o gasolina, ya que el repostaje es inmediato.

Por contra, no existen apenas hidrolineras y el precio del hidrógeno es superior al de la electricidad, por lo que a día de hoy es más económico el vehículo eléctrico. Asimismo, la expansión de este sistema ha hecho que haya más fabricantes en el mercado y existan modelos eléctricos o híbridos cada vez a un precio más competitivo con la irrupción de las marcas chinas, mientras que los modelos de hidrógeno rondan los 70.000 euros, como en el caso de la segunda generación del Toyota Mirai, unidad que Petronor tiene en sus instalaciones. Y es que la marca japonesa es una de las pocas que cree en esta tecnología para descarbonizar los vehículos ligeros.

Según las especificaciones de este modelo, viene equipado con un motor eléctrico de 182 CV (134 kW) y 300 Nm, capaz de proporcionar un 0-100 km/h en 9,2 segundos y una velocidad punta de 175 km/h. Su pila de combustible está compuesta por 330 celdas, con un consumo algo inferior de un kilo de hidrógeno cada 100 kilómetros y tiene 128 kW de potencia. 

Por último, aunque son tan silenciosos como los coches eléctricos, otro de los inconvenientes de los coches de hidrógeno sueltan agua para su funcionamiento, ya que durante la hidrólisis necesaria para obtener hidrógeno se produce también H2O líquido. Y a modo de beneficio es que, si bien su espacio interior hábil se reduce, en el caso del Toyota Mirai cuenta con tres depósitos de hidrógeno que funcionan a una presión de 700 bares y pueden almacenar un máximo de 5,6 kg de hidrógeno, es importante destacar que la construcción de este tipo de vehículos no requiere de baterías de litio.