La banca deja atrás un 2023 más que fructífero y se cuestiona si el nuevo año será igual de bueno ahora que los tipos de interés apuntan a iniciar su desescalada. Kutxabank cierra el primer año bajo el gobierno de Antón Arriola con récord absoluto de beneficios (ya en septiembre se superó la cifra de todo 2019) y se planta en enero con la misión de mantener el ritmo en un escenario plagado de incógnitas.
Sube el telón 2024 con la sensación de que vienen unos meses apáticos a nivel de actividad, en especial en los tractores industriales, lo que puede condicionar negativamente todo el ejercicio. La previsión es que a medida que vaya madurando el año la economía irá ganando velocidad, pero los análisis manejan crecimientos del PIB en Euskadi en el entorno del 1,5% (1,6% Confebask; 1,4% Laboral Kutxa). Décima arriba décima abajo va a ser más o menos el nivel de este año pasado o, dicho de otra forma, no se vislumbra a estas alturas esa curva ascendente anunciada por el Gobierno vasco el pasado verano.
El contexto influye y mucho en los resultados de la banca, que vive en gran medida del dinero que presta a familias y empresas, más allá de que situaciones excepcionales catapulten sus ingresos de manera coyuntural como ha ocurrido en 2023. Toca fin, parece, la carrera del Banco Central Europeo (BCE) por frenar la inflación en previsión de que la fuerte subida de tipos en el último año y medio (hasta el 4,5%) sea suficiente para contener los precios.
El rápido crecimiento del precio del dinero disparó los réditos de Kutxabank en 2023 por el núcleo del negocio bancario, con un incremento de casi el 54% del beneficio total hasta septiembre. Solo en nueve meses la entidad de Arriola ganó 385 millones de euros, un nuevo récord que de rebote supone una lluvia de millones para sus accionistas BBK, Kutxa y Vital (ya se han aprobado dividendos por el 60% de esa cantidad, a lo que se sumará lo correspondiente al último cuarto del ejercicio).
Las hipotecas, a la baja
Tras un bautismo de oro, Arriola encara su segundo año al frente del banco vasco con el listón muy alto. Y todo apunta además a que la política monetaria está cerca de alcanzar la ciaboga para dar inicio a una reducción de tipos, algo que podría llegar incluso ya en la parte final de 2024. Y eso todavía con una dinámica descendente en la firma de nuevos créditos hipotecarios (a la caída esperada del 10% en 2023 se suma una previsión de bajada de las hipotecas del 3,5% este año).
Además dos de los pilares en los que se quiere asentar la estrategia de crecimiento del grupo, el crédito empresarial y al consumo (para compensar el peso del crédito hipotecario) deberán convivir en ese contexto económico gris que se espera al menos en los primeros meses del año.
Una de las cartas para mantener el tirón es la firme apuesta por ganar mercado en Madrid. La capital española se ha convertido en un enclave prioritario para el banco vasco, que estrenará allí nueva sede, en concreto en el barrio de Salamanca, con el objetivo de dar un impulso al negocio en toda la comunidad. Las nuevas promociones urbanísticas y el atractivo de la capital a la hora de captar inversiones empresariales hacen factible poder duplicar los resultados aportados por Madrid a los balances de la entidad.
Solvencia y participadas
Kutxabank cierra un año más que notable también en lo referente a los exámenes de solvencia de los supervisores bancarios. La Autoridad Bancaria Europea ha vuelto a designar a la entidad vasca como la más solvente del sistema financiero español con números que le colocan como la tercera de Europa con menor nivel de riesgo. Eso se traduce en unas exigencias de cobertura ante posibles crisis muy por debajo de la media.
A partir de aquí el gran objetivo del equipo de Arriola (en 2024 se estrenará en el consejo de administración del banco María Eugenia Fernández-Villarán) es ganar volumen sin perder esa plena confianza del BCE. El propio presidente reconoció al poco de asumir el bastón de mando que el banco vasco necesita crecer a más velocidad para equipararse a los ritmos que maneja el sector, sobre todo dando pasos en vías alternativas a las hipotecas.
El directivo de Durango ha mostrado además su compromiso con las grandes empresas participadas (Petronor, Ingeteam, CAF e Iberdrola) dando a entender que la etapa de las desinversiones está cerrada: "El compromiso es absoluto con nuestras participadas. No contemplamos ninguna venta". Además Kutxabank ha puesto en marcha en 2023, junto a Elkargi, un nuevo fondo "de acompañamiento" a pequeñas empresas en expansión de 200 millones de euros.