El macroproyecto impulsado desde Forestalia, que pretende atravesar hasta doce provincias con trazados eléctricos de muy alta tensión (440 kV) para evacuar la energía de sus parques eólicos y fotovoltaicos emplazados en Aragón, se ha encontrado con una fuerte oposición en todos los territorios que atravesará en su trazado. Y es que a pesar de haber recibido la aprobación por parte del MITECO, el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, ésta está supeditada a la aprobación por parte de cada una de las comunidades autónomas que se verán afectadas con su planteamiento.
De este modo, el Gobierno central pasa la pelota a las comunidades autónomas para que sean ellas quienes establezcan condiciones a Forestalia en un macroproyecto del que no se conoce su planeamiento final. “No es comprensible que el MITECO haya aprobado algo antes de conocer en qué quedará finalmente, sino que lo lógico hubiese sido hablar primero con esas comunidades autónomas, después solicitar las modificaciones que se considerasen necesarias y trasladarlas a la empresa para que pudiese presentar el proyecto final para su aprobación o rechazo definitivo”, critica José Luis Ruiz, portavoz de la asociación Cinco Villas, en Zaragoza.
Además, se ha producido un “incumplimiento de la normativa", denuncia, ya que quien ostenta la propiedad, gestión y mantenimiento de las líneas de alta y muy alta tensión en toda España de forma exclusiva es Red Eléctrica Española (REE). “Con esta decisión, se abre la puerta a empresas privadas y eso es muy peligroso, ya que podría ocurrir como con las líneas de telefonía, que cada empresa tirase sus propios líneas de alta y muy alta tensión con sus trazados y sus torres y eso sería una completa aberración”, lamenta Ruiz.
Son seis los trazados de muy alta tensión (440 kV) que quiere construir Forestalia. Entre todos ellos suman más de 1.300 kilómetros de longitud que sembrarán con centenares de torres de entre 70 y 90 metros de altura los paisajes de Álava, Bizkaia, La Rioja, Burgos, Navarra, Lleida, Tarragona, Barcelona y Valencia. Además, de los territorios en los que esta empresa ha construido ya diez parques eólicos y tres fotovoltaicos, entre Huesca, Zaragoza y Teruel.
No obstante, de esas seis líneas de muy alta tensión aprobadas por el Ministerio, son dos las que atravesarán Euskadi: la línea 4, Biota-Vitoria / Biota-Gatika, y la línea 5, Tauste-Jundiz. La línea 4, de 179 kilómetros, sale de la localidad zaragozana y se bifurca al llegar a la muga de Álava con Navarra para dirigirse por un lado hacia la capital alavesa y por el otro entrar por Bizkaia y terminar en Gatika. La línea 5, de 185 kilómetros, sale de Zaragoza y finaliza en el municipio alavés de Jundiz.
Posicionamiento del Gobierno vasco
Las comunidades autónomas afectadas: Navarra, La Rioja, Castilla y León, la Comunitat Valenciana, Cataluña y País Vasco ya han alzado la voz. Preguntado el Gobierno vasco por su posicionamiento en torno a estas dos líneas de Forestalia que atravesarían los territorios de Álava y Bizkaia, su respuesta a Crónica Vasca se ha limitado a lo siguiente: “Hemos participado en la tramitación ambiental de seis proyectos de Forestalia entre 2021 y 2022 y en cada uno de ellos hemos emitido varios informes o hemos solicitado que completasen la documentación aportada”.
Desde la Consejería de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente explican que en sus primeros informes cuestionaban “el encaje de las líneas de evacuación en la planificación territorial, en la planificación de la red de transporte de energía eléctrica vigente y en la planificación energética de Euskadi”, advertían “que el estudio de alternativas para las líneas de evacuación no había justificado adecuadamente que fuese necesario evacuar la energía generada a casi 200 kilómetros del punto de producción y la inexistencia de otras alternativas más cercanas al mismo” y “que no se habían analizado los efectos acumulativos ni sinérgicos con otras infraestructuras lineales en las zonas por las que discurren las líneas, ni tampoco la afección a la conectividad ecológica”.
Y en los últimos informes emitidos por el Ejecutivo vasco, señalaban también “que estos proyectos forman parte de un conjunto con numerosas instalaciones eólicas y fotovoltaicas, por lo que valorábamos que debían ser analizados y valorados de forma conjunta por sus implicaciones en varios niveles en la CAPV, incluyendo el patrimonio natural”. Es decir, el Gobierno vasco solicita más información antes de tomar la decisión de aprobar o no estas líneas eléctricas de muy alta tensión que atravesarían los territorios de Álava y Bizkaia y no avanza qué medidas va a llevar a cabo con respecto a este proyecto.
Ante esta postura “tibia” del Gobierno vasco, los vecinos afectados y sus ayuntamientos correspondientes, junto con las asociaciones ecologistas, se plantean la necesidad de “manifestarse de forma urgente” para solicitar la paralización de este macroproyecto de Forestalia, al igual que están haciendo en Aragón y en otras comunidades autónomas, porque “proyectos como el de Forestalia fomentan un modelo energético que, aunque está basado en las energía verde, es insostenible, y pone en riesgo la protección del medioambiente y la salud de las personas, al igual que ocurre con la interconexión eléctrica de España con Francia a través de Euskadi”, denuncia Álvaro Campos, experto en energía y perteneciente a Ekologistak Martxan y a la plataforma Interkonexio Elektrikorik Ez!.