Así es Konpondu, el proyecto vasco de reparación de objetos referente en Europa
Vitoria lanza en marzo una “campaña de comunicación integral” para seguirdando a conocer Konpondu, iniciativa que incluye buscador con más de 100 negociosdedicados a arreglos, taller de autorreparación, clases para aprender a solucionar averías y actividades de concienciación
6 febrero, 2024 05:00Esos zapatos comprados en el arrebato de las rebajas. La lavadora que tan bien funcionó durante ocho años. El teléfono móvil sin el que ya es imposible vivir. Da igual que sea un artículo de capricho o necesario, con aspecto frágil o resistente. Va a durar menos de lo que gustaría y, como se estropee, con alta probabilidad acabará siendo sustituido. La razón está en el sistema, moldeado a conciencia para acortar la vida útil de los objetos, estimular el consumismo, hacer a las personas más incompetentes. Y parece no haber escapatoria. O tal vez sí.
Vitoria cumple tres años rebelándose contra la cultura de usar y tirar a través de un proyecto referente en Europa. Se llama Konpondu e incluye buscador online de negocios que arreglan todo tipo de cosas y un taller de autorreparación dentro del servicio Reutilizagune, además de actividades de sensibilización en centros educativos y a pie de calle. Ahora en marzo, sin ir más lejos, el Ayuntamiento lanzará “una campaña de comunicación integral” para seguir dando a conocer la iniciativa y agitar conciencias.
La nueva acción municipal llega en un momento estratégico. Justo la semana pasada, el Parlamento Europeo alcanzaba un acuerdo provisional para seguir reforzando las normas de protección del consumidor cuando los objetos se averían. Se trata de hacer efectivo el derecho a reparar, más allá de las tres famosas erres: reducir, reutilizar, reciclar. “Da igual si hablamos de economía circular, de estrategia residuo cero o 'zero waste'; nos referimos a evitar que los productos vuelvan a la Naturaleza en forma de basura. Y si hay una línea de actuación top, esa es la reparación de todo aquello que ya está fabricado para alargar su vida útil y contribuir a ralentizar los ciclos de producción y de consumo, aflojando la presión que ejercemos sobre el planeta”, defiende Pascual Borja, concejal de Gestión Ambiental.
Antes de poner en marcha Konpondu, el Ayuntamiento quiso saber a qué panorama se enfrentaba para que el proyecto no cayera en saco roto. Por un lado, prospectó el sector gasteiztarra de la reparación. Por otro, realizó un sondeo a la población sobre hábitos de consumo. Y los resultados fueron de lo más elocuentes. Casi el 45% afirmó creer que cambiando nuestra forma de consumir se puede mejorar el planeta y un 42% se mostró dispuesto a cambiar la manera de comprar. Ahora bien, la estadística mostró que solo un 10% de la gente opta por reparar un artículo cuando se avería, apenas un 20% compra segunda mano y menos del 20% se decanta por lo reacondicionado o lo ecodiseñado.
Desde ese punto de partida, con los equipos municipales de las áreas de Gestión de Residuos y Apoyo de Empresas trabajando mano a mano, nació Konpondu en 2021. Una solución de abajo arriba que da impulso a los negocios dedicados a la reparación y, a la vez, espolea a la ciudadanía a cambiar rutinas, a adquirir competencias. El propio lema con el que se lanzó el proyecto en 2021 lo deja bien claro: “Rebélate y repara. Hazte konponder”. De las cifras oficiales, se deduce que en Vitoria ya hay unos cuantos.
El año pasado se arreglaron más de 25.000 pares de calzado, unas 8.500 bicicletas, casi 4.000 pares de pantalones vaqueros, cerca de 3.000 ordenadores portátiles y como mínimo 2.000 frigoríficos. También vivieron una segunda oportunidad 2.600 móviles, resurrecciones que se traducen en “casi 600 kilos de basura electrónica evitada, pero también 20 toneladas de metales que no ha habido que extraer de las minas para fabricar teléfonos nuevos”.
Todo ese trabajo lo llevaron a cabo los más de cien negocios incluidos en el buscador online. Dentro se encuentran alrededor del 90% de los profesionales de la ciudad que se dedican a las reparaciones, en ningún caso talleres de vehículos ni compañías relacionadas con reformas del hogar. “El objetivo es facilitar a la ciudadanía el arreglo de objetos que por su precio de venta son más susceptibles de acabar en el contenedor ante una rotura o una avería”, aclara Pascual. Además, Konpondu ha puesto en evidencia el valor de este sector empresarial: es un aliado clave contra la obsolescencia programada, agente imprescindible para empaparlo todo de Economía Circular, genera empleo cualificado y el dinero se queda en casa.
Konpondu empuja a la ciudadanía a asumir un papel activo y protagonista dentro de los resquicios que por ahora cede la maquinaria capitalista. Y eso pasa también por enseñarle a arreglar objetos, sin necesidad de pedir ayuda y antes de darse por vencida. El traslado del Reutilizagune el año pasado a una calle mucho más céntrica de la ciudad vino acompañado de la apertura, dentro del mismo espacio, de un taller de autorreparación. Allí la gente puede encontrar las herramientas necesarias para apañar cualquier objeto averiado, pero también recibir clases. Durante 2023 se organizaron varias sesiones asistidas para restaurar y poner el día equipos informáticos, a las que asistieron más de cien personas.
El Ayuntamiento tiene claro que “la implantación generalizada del ecodiseño y el etiquetado ambiental” será lo que marque un punto de inflexión hacia la cuadratura de la economía circular. Mientras tanto, “la ampliación de la vida útil de los productos se puede considerar como una de las estrategias más efectivas para reducir el impacto de nuestro consumo”. Y de eso va Konpondu. O de eso van los konponders, para quienes existe descripción y va incluso un poquito más allá del objetivo concreto del programa. “Un konponder es alguien que rechaza comprar lo que no está hecho para durar, o que prefiere no comprar sino pagar por el uso, o no comprar artículos nuevos sino de segunda mano o productos reacondicionados, que decide reparar antes que tirar y que finalmente segrega correctamente los residuos para facilitar la recuperación de productos, piezas y materiales”. Gente, en definitiva, que ya se enteró de que el futuro no es desechable.