Es ya crónica de una muerte anunciada, tal y como aseguran desde la parte sindical, “no se puede hacer mucho más”. La plantilla de Mecaner Urduliz lleva seis meses luchando porque su histórica factoría no se cierre, mientras la multinacional francesa de la cual es propiedad no da respuesta, las instituciones desoyen las solicitudes de ayuda y varios pedidos -encargados antes de que el grupo francés anunciase su decisión- descansan en la fábrica vasca ante la imposibilidad de ser terminados por los pocos trabajadores que a día de hoy, y con una huelga indefinida convocada por ELA desde el pasado 7 de febrero, acuden a su puesto de trabajo.
Mientras, la situación en la fábrica de Stellantis de Vigo, una de las otras tres plantas de la multinacional francesa en España, es muy diferente. En 2023 su producción aumentó un 31,5% respecto al año anterior, llegando a producir 531.732 vehículos en solo un año.
Este aumento en la producción no solo se ha registrado en la factoría vecina, también en los números globales del grupo. Y es que en el primer mes del año, Stellantis pudo confirmar la tendencia positiva de ventas, registrando en enero un aumento interanual del 17,6% en volúmenes y logrando una cuota de mercado del 19,7%, según los datos ofrecidos por la propia compañía, en la que se incluyen marcas como Abarth, Alfa Romeo, Chrysler, Citroën, DS, Fiat, Jeep, Lancia, Maserati, Opel o Peugeot. En su plan de crecimiento se incluye su propuesta de electrificación de dos de sus plantas, la de Zaragoza y la de Vigo; inversión para la que han solicitado apoyos correspondientes a la segunda convocatoria del Perte del vehículo eléctrico y conectado.
Este jueves, el ministerio de Industria publicaba una resolución provisional con los proyectos que habían sido elegidos para ser dotados con cerca de 170 millones de euros de ayudas públicas. De ellos 160 irán a seis empresas vascas, entre ellas, la mayor cuantía, 129 millones, para Mercedes.
En esa lista provisional no se incluye, de momento, la firma francesa aunque, tal y como apuntan desde fuentes sindicales, de los 617 millones que faltan por adjudicar -la suma total de la línea B de este PERTE asciende a 787 millones de euros- se espera que “un buen monto vaya destinado para la planta de Vigo”, en la que están empleados más de 6.000 personas.
Está previsto que la resolución definitiva de estas ayudas se publique la semana que viene. Así, mientras el grupo francés las espera con ansia: “apostamos por España como país receptor de las inversiones previstas para futuros proyectos industriales, para los que, además de los altos niveles de competitividad, calidad y clima social de nuestras plantas, son imprescindibles estos apoyos”; continúa sin intención de negociar una salida para su planta de Urduliz.
El plan B de la plantilla de Mecaner
Bajo este contexto, la plantilla de Mecaner presentaba este jueves en Urduliz un plan de transición ecosocial "para evitar el cierre de la empresa y asegurar su futuro", realizado por el comité de empresa de la mano de Cooperativa Garua, y con la ayuda del Ayuntamiento de Urduliz.
El resultado final de dicho planteamiento pasa por ofrecer un catálogo de productos alternativos, varias propuestas de modelos de gestión y propiedad, una descripción de cómo se podrían superar los obstáculos de la reconversión y una identificación de las vías de financiación pública que podrían impulsar este proceso.
Por ejemplo, y entre las propuestas, se incluía vincularse con sectores industriales que van a aumentar su actividad durante los próximos años y están recibiendo financiación pública para impulsar la fabricación de las tecnologías asociadas a la transición energética.
Habrá que esperar a ver si las instituciones recogen el guante y apuestan por reconvertir esta histórica fábrica o, si por el contrario, la planta en la que ahora mismo trabajan 148 empleados acaba bajando la persiana en los próximos meses.