Competencia vasca alerta del riesgo de la inteligencia artificial para el libre mercado

Los avances tecnológicos, el relevo generacional o la transición energética están modificando rápidamente el día a día de las empresas y transformando sectores. En ese camino evidentemente va a haber ganadoras y perdedoras pero la carrera debe ajustarse a unas normas.

Tantos cambios y tan bruscos complican la detección de alianzas y prácticas anticompetitivas, función que en Euskadi corresponde a la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC). El organismo que encabeza Ainara Herce ha elaborado un plan estratégico hasta 2028 que recorre algunos de los principales 'puntos calientes' que pueden impactar en la libre competencia, entre los que se incluye el rápido desarrollo tecnológico y en concreto factores como la inteligencia artificial y la computación cuántica.

Aunque sigue siendo un concepto futurista para la mayor parte de la población, las empresas han asumido ya que la inteligencia artificial ha llegado para quedarse. La que se ve como "la mayor revolución de nuestra era", en palabras de Jesús Renero, experto de Ikerlan, presenta numerosas aristas legales incluso éticas y, en lo económico, puede generar grandes desequilibrios entre las empresas.

"La adopción de nuevas herramientas, en especial la inteligencia artificial, redefine la gestión empresarial y afecta a la competencia", señala el organismo de Ainara Herce, que aboga por prestar atención a este punto en los próximos años para garantizar que el uso de la inteligencia artificial no propicia prácticas anticompetitivas.

Ainara Herce dirige la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC)

Batalla por el talento

Ligado a lo anterior está el problema de cómo asegurar el acceso a la formación para el uso de este tipo de herramientas y, en especial, construir "un entorno empresarial equitativo" a la hora de acceder a mano de obra cualificada. La falta de profesionales es ya un problema importante para las empresas que se va a agudizar con el paso de los años a medida que se jubile la generación del baby boom.

Así, la AVC fija como prioridad "evaluar cómo las prácticas empresariales afectan a la atracción y retención de talento, asegurando que no hay discriminación y que las oportunidades son accesibles para todos". Es un hecho que ciertos sectores, en especial los de perfil tecnológico, han iniciado ya una batalla por el talento y que, evidentemente, son las grandes corporaciones las que pueden ofrecer mejores condiciones a los jóvenes y pueden tener de salida la partida ganada.

Por otro lado, Competencia pone el foco también en dos cuestiones en clave global como son las tensiones entre grandes bloques comerciales, que pueden tener consecuencias en Euskadi, y la transición energética y la sostenibilidad, que están modificando el marco normativo obligando a una rápida adaptación a las empresas.